Movimientos

Lissy no es tan precavida, sin darse cuenta está facilitando las cosas. El secretario tuvo que venir temprano, algo no está saliendo bien en los cálculos de la negociación, un revés se está aproximando.

- Señor Simón Rivera, buenos días ¿Qué le trae por aquí?

- Buenos días. Las cosas no están saliendo del todo bien. Pero solo diga al señor presidente que vine a verlo.

- Todavía está durmiendo.

- Solo dígale que vine por emergencia comercial, él ya sabe a lo que me refiero.

- Muy bien. Iré a avisar.

A la joven mucama le dice...

-Dile al jardinero que desactive la cámara del cuarto, a ver si hoy tengo suerte.

Hace una seña al guardaespaldas. Éste entra.

- Irás a configurar el celular de la señorita Lissy ¿Ya sabes cómo es su celular?

- Sí, lo puedo reconocer.

- Perfecto. El mayordomo hará señal si es favorable o no.

- Está bien.

Mientras tanto, en el interior de la habitación responde al llamado.

-Está bien. Me baño y bajo a revisar el problema.

El mayordomo se queda espiando para escuchar la conversación, hay que dar señal si es favorable o no.

- ¿Tan temprano te levantas?

- Se presentó un problema en el trabajo.

- Trabajo, trabajo y trabajo.

- ¿Me puedo duchar en paz?

- Nos duchamos los dos.

- Tengo prisa.

- Tú no me quieres – hace berrinche.

- No es hora de hacer berrinche – reprime su malestar.

- Tú estás de parte de tus sirvientes. Tú no me quieres. - ella reclama.

- Está bien, te recuerdo que estoy apurado.

Se fueron a la ducha. El mayordomo da señales y el guardaespaldas de inmediato hace el trabajo de configuración de teléfono, fue muy fácil reconocer el equipo. El guardaespaldas es tan diestro que ahora el celular está listo para grabar todas las llamadas que hace y recibe.

- Listo, equipo configurado.

- Muy bien muchacho, quédate a desayunar, los dos van a demorar, ella es tan manipuladora.

El guardaespaldas sonríe y tanto él como el secretario toman el desayuno, Archer tardó una hora y veinte en bajar. Simón si estaba enojado.

- Señor presidente, buenas. Me ha hecho esperar una hora y veinte cuando la negociación está saliendo mal. Hay un revés que está a punto de arruinar el contrato.

- What? (¿Qué?) ¿Cómo que está mal? Hemos hecho cálculos toda la tarde para que esto salga perfecto.

- Le aconsejo que revise la carpeta. Las estadísticas están marcando todo lo contrario.

- No debe estar pasando esto. Hay que resolverlo rápido, llama al contador y al administrador, no puedo perder tantos millones. Esto sería la ruina.

En casa, Lissy ya empezó mal su mañana.

- ¿Cómo se atreven a molestarnos cuando estamos descansando? Pero ¿Es que en esta casa no respetan ni el descanso de Archer?

- Señorita, buenos días. El secretario vino y estaba con carpetas.

- ¿Y tú quién eres para obedecer las estúpidas órdenes del muerto de hambre del secretario?

- Preguntó por el señor Blackville con carácter de urgencia. Yo solo cumplí eso.

- La próxima vez que espere.

- ¿Qué desea para el desayuno, la señorita?

- Vayan a comer caca, será mejor.

Subió las escaleras e hizo una llamada a Santiago.

- ¡Aló! ¿Santiago?

- Si, princesa, ¿Qué pasó?

- Necesito de ti.

- Eso suena a mucho trabajo.

- Por favor, ven. Lo necesito de verdad.

El mayordomo habló con el jardinero para que active la cámara de vigilancia de la habitación. Santiago llegó y Lissy le abre la puerta.

- ¡Amigo, que gusto verte!

- A mí también, la vez pasada nos quedó chico el tiempo.

Sabían actuar muy bien. Y van avanzando por la sala.

- ¿Quieres comer algo?

- Todavía no. Gracias ¿Has transformado tu casa?

- No, que va, amigo. Es una rutina de limpieza general.

- No sabía que también te gustaban estos colores.

- La gente cambia, tengo que ser considerada con las personas que me vienen a mi casa. No imponer mis gustos.

- Me estás dando miedo, tú no eres así ¿De dónde sacaste eso? Esto se ve muy delicado y a ti te gusta lo moderno.

- Ya te dije. Rutina de limpieza general. Ya no hablemos de eso, vamos arriba tengo que mostrarte algo.

Ellos suben y la joven mucama levanta el mantel y saca el micrófono para que Simón descargue la conversación. El mayordomo le envía un mensaje con respecto a eso. Simón sólo responde con un emoji del dedo arriba. Una vez en la habitación Santiago no se le ve muy animado para la acción.

- Lissy ¿Qué rayos pasa contigo?

- Es mi casa y yo hago los cambios necesarios cuando quiero. - lo tarta como si fuera mandataria.

- Estás agresiva ¿Para eso me llamaste?

- Para ser sincera, no. Se me ha presentado un problema en la empresa y mi secretario lo está resolviendo.

- ¿Tú secretario? ¿Acaso Archer no es que te tiene los medios para ayudarte?

- Mi amor. Él es mi secretario. Es muy hábil en el mundo de los negocios. Muy pronto seremos los más ricos del planeta, solo unas firmas y listo. Mientras Archer trabaja, nosotros solo tenemos que disfrutar.

- Yo quiero formalizar la relación y fundar una familia. Con mi empresa basta.

- Yo quiero mucho dinero, quiero vivir bien. Soy una mujer cara. No me pidas hijos porque me cuesta mantener mi figura. Si tuviera que parir, quedaría como una vaca.

- Una mujer que se cuida no pasa por eso.

- Ese es mi miedo. De quedar como una vaca.

- Estas diciendo estupideces.

- Sí me juras que mi figura no se verá afectada entonces acepto.

- Por supuesto.

Inician la acción, pero a Santiago no se le ve muy animado, lo hace por compromiso. Lissy se da cuenta y ella hace de todo para provocar a la bestia dormida en su amante. Pasaron las horas y no habían terminado.

Archer y su equipo están arduamente resolviendo el problema para que el proyecto de la fusión siga su curso, están a un mes de la recta final, de una de las tantas fases, nada puede salir mal. Tantas horas de reunión en una inversión que tiene que resultar. Invertir miles de millones en un proyecto para que fracase es la ruina para ambos bancos.

El reloj marca las diez de la noche, Lissy y Santiago por fin están separados, sus cuerpos están agotados de tanto trabajo en cama, pero él se fue y Lissy no puede moverse de tanto dolor sea de su zona “v” que en las piernas.

- Santi, me duele mucho mi zona y mis piernas no las siento.

- Es tu culpa. Exigías, exigías y exigías, te has comportado como una ninfómana.

- Me vuelves loca cuando me haces sexo rudo.

- La próxima vez, no seas tan golosa. Mi saco está casi vacío, - mientras toca su naranja.

- La próxima vez que venga Ulises, quiero volver a vivir un trío.

- ¿Estás loca?

- Yo quiero un trío. Quiero a ti y a Ulises. Lo recuerdas en nuestro viaje al extranjero.

- ¡Ah, sí! En la playa nudista. Al atardecer, fue una loca idea tuya.

- Porque me gustó lo que quiero volver a hacer.

- No pareces normal, me asustas.

- Yo quiero hacer un trío. Y será la próxima semana. El trío o nada.

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