CAPÍTULO 11: ¡ESTA NIÑA ESTA LOCA!

NARRA EL GRAN DUQUE LONRDO

hoy es un gran día, la bestia, dejara de existir de una vez, en mi escritorio analizando cada uno de mis planes y mis movimientos, tocan la puerta—¡señor en un momento va a empezar el festival! — doy un gran suspiro — ¡está bien, ya voy! — le respondo con cansancios.

Me levanto de la silla, recogiendo todos mis planes, me dirijo a la mini biblioteca, que tengo en mi oficina, jalo en libro, que abre la puerta del paraíso.

Empujo la puerta, caminando en lo oscuro, aplaudo haciendo que todas las velas se prendan, empiezo a bajar las escaleras, pero antes, me aseguro que la puerta esté cerrada, nadie puede saber de este lugar ni mi propia sombra.

llegó a mi otro escritorio, jalo una de la gaveta, guardando mis análisis de mis planes y futuros proyectos, trancado con llave, escucho algo caerse, volteo, son unos libros.

Camino hasta los libros, recogiendo cada unos de ello, llevando a su lugar.

NARRA OGRO (MEJOR AMIGO DE AYANA):

Después de llevar Ayana al castillo, me dirijo al bar para ayudar a Melisa, ya que hoy es un día agotador y atravesado para todos.

Mientras me dirijo al bar, me quedo pensando, lo que pasó hoy con ella, no entiendo por qué se comportó así conmigo su mejor amigo, la conozco muy bien, me agarró mi barbilla, acariciándola para pensar mejor, miro hacia el cielo, yo creo que Ayana está enferma.

—ugh —siento que algo pega en la cabeza —¡hay eso dolió! —escucho unas carcajadas, volteo para ver quién era, solo se trataba de unos niños, unos de los ellos levantan su mano, volviendo a lanzar algo en mi frente — oye que les pasa —suelto un gruñido.

los niños salen corriendo, tumbando de risas, no le prestó mucha atención a pesar que me dolió y mucho.

—las carcajadas retumban mis oídos —¡que...es. ¡Eso! —me siento un poco débil, tanto golpe en la cabeza me está dando efecto secundario — ¡pa! — ¡QUE...! ¡OTRA...VEZ! —miro hacia los lados tratando de encontrar lo que me están lanzando.

Agacho mi cabeza, viendo que en mi ropa me estaban lanzando —¡ME ESTAN LAZANDO PIEDRA, ESTAN LOCO, NIÑOS! —me acarició la cabeza — ¡pa! —¡qué es lo que pasa! —miro hacia los lados, no veo quién era el que me estaba tirando piedras.

Me detengo con los caballos, debajo de un árbol de Araguaney, me abajo del carruaje observo a mi alrededor, no entiendo lo que estaba pasando.

Empiezo a girar a mi alrededor —¡no quiero ser malo así que! —mientras me dirijo al carruaje —están haciendo que el verdadero Ogro salga —le gritos con todas mis fuerzas, busco mi daga metiéndolo en la bota, después busco unos dulces de Ayana, en el carruaje ya que a ella les encanta los dulces.

—¡señor! —siento un jalón en mi bota, volteo observando el vacío, ¿qué es lo que está pasando?, observo una niña sentada en una rama —oye niña —le hablo con mucha ternura, mientras me voy acercando con mucho cuidado.

—¡niña debes tener cuidado! —mi frente empieza a sudar frio —te puedes caer —la niña solo se ríe, me preocupa mucho que se caiga y se rompa un hueso —mi niña porque no bajas, de esa rama es peligrosa —La niña empieza a moverse, mientras se ríe a morir, me agacho.

—mira —me levanto del suelo ofreciendo mi mano —vamos si —ella lo único que hace es reírse como una tonta —¡mira aquí tienes dulces! —saco unos de los dulces que tengo en mi bolsillo, mostrándoselo.

—¿sabes qué?, no quiero ser malo, pero estás haciendo qué me vuelvo malo, esta niña está loca —¿quién está loca? —abro mi boca como un plato —acabas de decir que estoy loca —todo mi cuerpo tiembla y suda al mismo tiempo.