9:00 p.m. Lara ya había ido a un par de casas más, en realidad, ya básicamente habían recorrido todo el vecindario así que Lara regresó a donde había estado con Deborah antes de separarse para esperarla.
La noche comenzaba a refrescar, el viento movía las hojas de los árboles y las luces iluminaban la calle de un color anaranjado rojizo.
-¿A quién buscas?
Escuchó Lara la voz de Deborah que provenía detrás de ella por lo que se volteó y la vio frente a ella. Lara pudo notar que Deborah estaba con la respiración agitada y algo transpirada para la temperatura que había.
-¿Estás bien? -Le pregunto Lara a Deborah.
-Sí, estoy bien. -Responde Deborah haciendo una pausa para dar un suspiro exhausta.-Es que me distraje y se me pasó el tiempo así que estuve corriendo para buscarte.
-Sí, tardaste un poco... -Exclama Lara sonriendo.-Vamos a descansar ya se hizo bastante tarde.
-Sí, vamos.-Responde Deborah-¿Tuviste suerte?
Lara sonríe mostrando su bolsa de dulces con poco más de la mitad.
-Si, todo salió bien, y ¿a vos como te fue? -Dice Deborah.
-Creo que me fue bien. -Exclama Deborah sonriente mientras levanta su saco totalmente lleno.
-¿Cómo lo hiciste? -Pregunta Lara sorprendida.-Recorrimos básicamente todo el vecindario.
-Pienso que tuve suerte.-Responde Deborah mostrando que en su otra mano tiene otro saco (el de Sergio) que está por la mitad y se lo da a Lara.-Hasta conseguir unos extra para ti.
Lara observa con recelo el saco que Deborah extiende hacia ella.
-¿De dónde lo sacaste? -Le pregunta Lara a Deborah.
-Me regalaron el saco en una de las casas que visité. -Respondió Deborah.-Es para ti.
-Gracias, Deby. -Responde Lara tomando la bolsa.-Vamos a descansar ya me duelen las piernas.
-Si, ya vamos. -Exclama Deborah caminando junto a ella.
Se dirigen a la casa de Lara.
Lara Orea y Deborah Sorsone caminaban juntos hacia su casa, tenían que pasar por la plaza, pensaron que la noche terminaría bien, pero pasando por allí vieron a Andrea Fisher, Brie Pabón y Wanda Valadez quienes voltearon a observarlas. Lara y Deborah continuaron caminando viendo las de reojo mientras el grupo de chicas comenzó a susurrarse una a la otra.
Ellas se susurraron sin dejar de ver a Lara y Deborah quienes caminaban mirando de reojo:
-¿Vieron la cantidad de dulces que tienen? -Le preguntó Wanda a sus amigas.
-Sí, son bastantes. -Exclamó Brie con su mirada fija en los sacos que Lara y Deborah llevaban.
Tanto Lara como Deborah sabían que no era una buena señal que ellas las estuvieran viendo tan fijamente y menos que estuvieran susurrando, ya que en una ocasión tuvieron que correr porque ellas intentaron robarles sus dulces y Lara temía que intentarán hacerlo de nuevo. Por otro lado, Deborah hacía un esfuerzo por no sonreír, ella esperaba que las persiguieran de nuevo, ya que era una buena oportunidad para vengarse de ellas también y asegurarse que el resto de tiempo que le queda de estudiante sea tranquilo.
El grupo de chicas continuó observando los sacos repletos de golosinas que llevaban Deborah y Lara.
-Vamos, esta vez no se van a escapar. -Exclamó Brie.
En estos momentos en la plaza no había casi nadie ya era tarde y la mayoría de los niños ya se habían ido a sus casas.
De repente esas chicas comenzaron a caminar lentamente hacia ellas.
-Ahí vienen... -Susurro Deborah.
-Corre!-Le respondió Lara a Deborah también en un susurro
Deborah y Lara comenzaron a correr rápidamente por lo que Andrea y su grupo corrieron también intentando alcanzarlas.
-Separemonos, nos vemos en mi casa. -Exclamó Lara corriendo junto a Deborah.
-Está bien -Dijo Deborah deteniéndose para tomar una piedra y se las arrojó casi golpeando a Andrea en la cabeza, eso hizo que ella y Brie dejaran de ir tras Lara para ir tras ella mientras Wanda seguía yendo tras Lara.
Deborah corrió guiandolas hacia el cementerio donde tenía pensado encargarse de ellas.
Al llegar al cementerio Andrea y Brie entraron al cementerio para buscar a Deborah. La oscuridad de la noche, la maleza, los pocos árboles y criptas hacían que fuera una difícil tarea.
-No se va a escapar. -Exclamó Andrea.-Vamos a separarnos para buscarla.
-¿Y si la encontramos? -Pregunto Brie.
Andrea suelta una risa sombría.
-Si alguna de nosotros la encuentra haganla gritar y las demás vamos a ir. -Le respondió Andrea a Brie.
Brie y Wanda soltaron unas risitas, Wanda asentía con su cabeza mientras se reía y Andrea sonrió.
Deborah caminó por el lugar buscando donde ocultarse mientras cada una toma una un camino diferente para buscarla por el cementerio.
Lo que ellas no sabían es que con cada paso que daban lo que hacían era meter su cabeza en las fauces de un fiero león de melena anaranjada.
Wanda camina con una gran sonrisa buscando a Deborah, lentamente por el sitio hasta que comenzó a sentir una ligera angustia ¿Era por el silbido del viento al pasar por la maleza y hojas de los árboles? ¿O era porque estaba en un terrorífico cementerio abandonado y en decadencia en una noche oscura?
Mientras Andrea caminaba avanzando por el oscuro lugar, la maleza del lugar le llegaba hasta por encima de los tobillos.
De repente al acercarse a una cripta pudo notar una luz naranja que salía de su interior por lo que metiendo su mano en su bolsillo comenzó a buscar algo.
-Trajiste una linterna? -Exclama Andrea en tono burlón mientras saca una navaja de su bolsillo. -¿Le tienes miedo a la oscuridad?
Al acercarse a la puerta noto que solo había una pequeña fogata, pero había algo en esa fogata que le llamó la atención por lo que decidió entrar para inspeccionar de cerca. Era como pensaba esa pequeña fogata estaba hecha de hojas y a pesar de que había viento esa flama anaranjada ni se inmutaba. Andrea se acercó para arrodillarse frente a la pequeña fogata.
Ella no podía creer el color de esa flama, era más anaranjada de lo normal, de hecho, le recordaba el color del cabello de Deborah. No había explicación posible para que esa fogata siguiera encendida con el viento que había, ni siquiera se podía imaginar cómo fue que se pudo encender esa flama en esas condiciones.
-¿Te gusta mi fuego?. -Le preguntó Deborah poniéndose de pie detrás de ella.
Andrea volteó a ver a la entrada y vio la silueta de Deborah quien estaba de pie de fuera de la cripta. Al ver a Deborah, Andrea se puso de pie rápidamente con una sonrisa burlona, ella pensaba que Deborah se iría corriendo, pero ella se quedó de pie con una mirada inexpresiva. Sus ojos color verde esmeralda resaltan en la oscuridad de la noche y aquella mirada aunque inexpresiva si conseguía atemorizarla, no sabía bien porque porque eso le ponía los nervios de punta, aun así camino hacia Deborah para atacar mientras ella se mantenía de pie.
-Ya te encontré y ahora...
Deborah interrumpió a Andrea cambiando su aspecto;
Su cabello se había cubierto de flamas color naranja y aunque estaba prendido fuego no se consumia y tampoco parecia causarle ningún dolor, en ese momento sus ojos verdes brillaron más intensamente al apar que su piel tomo un tono azul.
-Creo que yo te encontré a ti. -Le dijo Deborah generando flamas en las palmas de sus manos.
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