6:50 pm Luego de saludar a mi familia salí afuera, al cruzar la puerta pude notar que junto a esta estaba el nabo que había tallado, en unos momentos mi madre saldría a encenderlo. Aunque tal vez no era necesario esperar tanto, pensé mientras me estiraba para tomar el nabo.
Sujetándolo en mis manos lo primero que hice fue voltear a ambos lados verificando que nadie me estuviera viendo. Ese momento me concentré, ya sabía que la ira funcionaba como catalizador para mis poderes, pero aun así era muy difícil usarlo, luego de hacer la pelota de béisbol sentí bastante cansancio y me costó bastante trabajo.
Cree una pequeña flama en la punta de mi dedo (apenas del tamaño de una canica), acercando al orificio del ojo tallado introduje mi dedo índice en el ojo para encender la vela. Suspire levemente y volví a poner el nabo en su lugar para seguir mi camino.
Sentí que el viento le aullaba en los oídos pasar por mi cabello no mucho aunque sí lo suficiente para que mi cabello se moviera. Era una tarde fresca y sus mechones agitándose eran una fresca y agradable sensación.
El cielo estaba terminando de oscurecerse del sol ya no quedaba más que un pequeño vestigio al horizonte. Deborah Sorsone apresuraba el paso hacia la casa de Lara Orea que quedaba al final de la manzana.
Al llegar Deborah Sorsone se detuvo a observar el cielo antes de subir los escalones para dirigirse hacia la puerta. Las botas de suelas lisas le facilitaban el caminar, su madre pensó hacerle botas de tacón o plataforma, pero le resultaba muy incómodo siquiera pensarlo.
Ella llamó a la puerta, esperó mientras miraba al adorno de la calabaza Jack-o-Lantern en el suelo.
La puerta se abre y Deborah ve a la madre de Lara.
-Hola Deby, pasa por favor -Exclama abriendo la puerta.
-Gracias. -Le responde Deborah entrando.
La señora Orea cierra la puerta mientras Deborah está de pie en el recibidor.
-Mi madre les manda esto. -Exclamó Deborah entregando el paquete que su madre le había dado.
-Gracias. -Dice la señora Orea tomando el paquete.
-¿Y Lara? -Preguntó Deborah.
-Se había ido a bañar ya debe estar por bajar. -Le responde la señora Orea caminando con ella hacia la sala donde está la señora Fair.
La señora Fair es la esposa de la señora Orea, la señora Orea concebio a Lara por medio de inceminacion artificial, ya que es lesbiana y deseaba tener un hijo o hija.
-Buenas tardes, Lara. -Saluda la Señora Fair a Deborah levantándose de la silla donde estaba sentada leyendo un libro de ciencias.
-Buenas tardes, señora Fair. -Le responde Deborah saludándola.
-Ven siéntate -Exclama la señora Orea apartando una silla.
-Gracias. -Responde Deborah sentándose.
Más tarde Lara Orea se encontraba en su habitación, con parte del traje de gato puesto secando su cabello. En realidad solo le faltaba ponerse la máscara, los guantes y las botas que estaba todo hecho de piel sintética color blanco mientras el enterizo que llevaba puesto estaba hecho de piel sintética color negro hasta la cola a excepción del pecho donde una parte blanca simulaba una mancha para aparentar ser un gato negro con manchas blancas.
Mientras ella se secaba el cabello sobre su cama se podía ver los guantes junto a una careta negra con bastantes detalles hasta bigotes.
Mientras Deborah estaba en la sala hablando con las madres de Lara.
-¿Cómo están tus padres? -Le preguntó la señora Orea a Deborah mientras la señora fue a guardar el paquete en el refrigerador.
-Mamá está bien, contenta porque la próxima semana ya tiene una exposición de arte. -Respondió Deborah con una sonrisa.
-¿En serio? -Pregunto la señora Orea sorprendida.-Tenía razón cuando dijo que sus pinturas se volvieron famosas.
-Si, todo está saliendo bien, por suerte. -La sonrisa de Deborah se borró luego de decir eso.-Y a papá casi no lo veo.
-Es lo malo de ser piloto, casi no tiene descanso. -Exclama la señora Fair.
-Si, lo extraño demasiado. -Responde Deborah dejando ver su tristeza con un gesto mientras baja la mirada.
-Te entiendo. -Le dice la señora Fair.-Pero no faltan mucho para las vacaciones ¿sabes dónde irán este año?
-Papá dijo que sería a Francia. -Le respondió Deborah.
-Aún recuerdo cuando nos invitó el año pasado a Brasil. -Exclama la señora Orea.
-La pasamos muy bien esta vez. -Agrega la señora Fair.
-Justamente le había dicho a mi madre por llamada si querían venir con nosotros a Francia él les conseguía los pasajes de nuevo.
-Suena bien, nunca antes habíamos ido a Francia. -Exclama la señora Fair.
Al dar las 7:30 p.m Lara entra a la sala con su disfraz de gato puesto.
-Te queda muy bien el disfraz. -Exclamó la señora Orea viendo a su hija.
-¿Estas lista? -Le preguntó Deborah a Lara.
Deborah tuvo la idea de ir a las 7:00 p.m porque siempre debía esperar a que Lara se preparaba y siempre terminaban saliendo a las 8:00 p.m. al menos saliendo a las 7:30 tenía media hora extra.
-Ya estoy lista. -Exclamó Lara.-Tarde mucho?
-No, tenemos toda la noche para disfrutar.-Responde Lara levantándose de la silla.
-Esperen, quiero tomarles una foto. -Dice la señora Fair antes de ir a buscar una cámara.
Lara y Deborah posan para una foto antes de salir juntas con sus grandes sacos a buscar dulces.
-Tengan cuidado.-Exclama la señora Orea despidiéndose de ellas.
-Y no vuelvan muy tarde. -Agrega la señora Fair.
Deborah y Lara se despiden de las madres de Lara para salir a la calle. La noche era oscura, solo había una o dos estrellas casi imperceptibles e indetectables a simple vista.
Cuando Lara y yo salimos de su casa estábamos emocionadas siempre conseguimos muchos dulces en Halloween, esperamos que esa noche no fuera la excepción. Antes de comenzar con nuestro recorrido escucharon unas risas por lo que escuchamos unas risas agudas que nos hicieron voltear, nosotras alcanzamos a ver una pastorcita, un caballo, un hada y un fantasma. Ambas observamos cómo les daban caramelos a los niños que deberían tener entre 6 y ocho años e iban acompañados por una señora que seguramente era la madre de alguno de ellos (o de todos).
-Qué disfraces tan interesantes hay este Halloween. -Le menciona a Lara observando a los niños disfrazados.
-Me encanta tu disfraz. -Exclamó Lara observando mi vestido.-Tu madre domina la máquina de coser.
Sonreí y asentí con mi cabeza añadiendo:
-Si, la verdad es que me gusto mucho. Voltee a ver a Lara.-Es muy bonito tu disfraz de gato. -Le dije observando los detalles de su careta.
-¿Verdad que sí? -Preguntó Lara señalando su careta. -Hasta bigotitos tiene y me veo realmente como una mujer gato.
Asentí de nuevo con mi cabeza admirando los detalles de su máscara.
-¿Hacia qué lado vamos primero? -Me preguntó Lara.
-Vamos hacia allá. -Respondió volteando hacia su derecha mientras señala con un dedo hacia esa dirección.
-Buena idea. -Exclamó Lara comenzando a caminar junto a mí. -Espero que este año Walter y los demás no salgan a pedir dulces también
-¿Por qué? -Le pregunto caminando mientras voltee a verla junto a ella.
-No quisiera tener que soportarlos. -Respondió Lara.
El temor de Lara se debía a que cada Halloween teníamos que soportar bromas y burlas en Halloween. En una ocasión ambas corrimos perseguidas por Andrea Fisher, Brie Pabón, Wanda Valadez y Graciela Naya que querían robarnos los dulces que habíamos reunido.
Lara esperaba no cruzarse a ninguno, pero yo tenía otros planes, yo quería vengarme de ellos. De hecho, mi objetivo principal esa noche (Antes incluso que el objetivo de conseguir dulces) era vengarme de todos ellos. Ambas tomaron rumbo hacia la primera casa, de una de la cual en el suelo había un tapete que decía "Feliz Halloween".
-¿Me llamo yo o tú? -Preguntó Lara.
-Tu primero, yo llamare en la próxima. -Le respondí sonriente mientras levantaba el saco.
Lara levantó también su saco con una mano mientras que con la otra llamaba a la puerta tocando el timbre.
Ambas se situaron de pie una junto a la otra sosteniendo el saco en sus manos.
Al abrirse la puerta apareció frente a nosotras una señora sonriente con un tazón de caramelos en su mano.
-¡Dulce o truco!. -Gritamos Lara y yo al mismo tiempo.
La mirada de la señora se dirigió al cabello de Deborah.-Qué película tan buena parece real.
-No es película, es mi cabello y el color es natural.-Respondió Deborah.
-¿En serio?. -Preguntó la señora con una expresión de sorpresa.-Me gusta tu cabello.
-Gracias. -Responde Deborah sonriente y levemente apenada.
-Bien, veamos. -Exclama sonriente la señora tomando un puñado de caramelos.
Que alabaran su cabello era algo que le encantaba, después de soportar todos los días burlas sobre su cabello es bueno para ella salir de la rutina.
-Aquí hay unos caramelitos. -Dice la señora poniendo el puñado de caramelos en el saco de Deborah para luego tomar otro.
-Gracias.-Dice Deborah sonriente.
-Y aquí hay otros caramelitos.-Exclama la señora poniendo el segundo puñado de caramelos en el saco de Lara.-Buen disfraz.
-Gracias. -Le responde Lara a la señora.
A continuación ambas se dirigieron a la siguiente casa, una casa donde en la puerta había un cartelito que decía "Feliz Halloween" ambas llamaron a la puerta, esta vez llamo Deborah. Al abrirse la puerta apareció un pequeño niño de aproximadamente 4 años y detrás de ella su padre.
-¡Dulce o truco!. Vuelven a decir al mismo tiempo.
-Buenas noches. -Saluda el hombre con una amplia sonrisa.
-¿Eres una...? -Le preguntó El señor a Deborah.
-Soy una princesa. -Le respondió Deborah al señor.
-¿Qué es eso? -Le preguntó el niño a su padre señalando con el dedo a Lara.
-Es un gato. -Le respondió a su hijo.
-Gatito!. -Dijo el niño emocionado viendo a Lara.
Lara comenzó a maullar.
-Golosinas para la princesita. -Dice el señor mientras toma unas chocolatinas y paletas del tazón para ponerlas en el saco de Deborah.
-Gracias. -Responde Deborah sonriente.
-Y golosinas para el gatito. -Dice el señor poniendo también chocolates y paletas en el saco de Lara.
El niño se despidió de Lara mientras ella se alejaba con Deborah dirigiéndose a otra casa. En pocos minutos ya habían ido a todas las casas de esa manzana.
Así Lara y yo completamos varias manzanas de recorrido, nuestros sacos de tela estaban por la mitad y eran tan grandes como bolsas negras de basura, como la noche aún era joven solo eran las 8:30 pm podíamos estar aunque sea una hora más, normalmente a las 9:30 pm ya las calles están vacías y todos los niños regresan a sus casas a cenar.
Estaba concentrada en el recorrido y las casas que debíamos visitar, ella solamente estaba esperando conseguir muchos dulces, pero yo estaba más concentrada en ver si lograba encontrar a algunos de los malditos tontos de la escuela, sea como sea no era buena idea que ella estuviera conmigo en ese momento.
-¿Y si nos separamos? -Le propuse sosteniendo el saco donde llevaba más dulces por encima de mi hombro izquierdo, ya que el derecho se me estaba cansando.
-No creo que sea buena idea. -Respondió Lara.-No se trata de cubrir terreno, debemos ir a todas las que podamos para conseguir más dulces, separadas será igual o más difícil.
-Lo sé. -Respondí poniendo mis ojos en blanco.-Solo que...-Hice una pausa para pensar que decir mientras Lara me observaba con un gesto de confusión.
-Solo pensé que podríamos hacer una competencia a ver quién conseguía más dulces en el tiempo que queda. -Invente esperando que aceptara. -A las 9:30 nos reuniremos aquí y quien haya reunido más dulces es la ganadora. No podía ser difícil de suponer una competencia para que fuera más interesante.
-Creo que no es mala idea. -Respondió Lara para mi sorpresa.-Voy a ganarte.
-Ya quisieras. -Repuse sonriendo.
-Bien, que camino eliges.-Preguntó Lara.
Me volteé a mi derecha y luego a mi izquierda.
-Tomó el camino de ese lado. -Dije señalando a mi derecha.
-Yo iré por el otro
-A las 9:30 pm nos reunimos aquí. -Exclamé sonriente.
-Nos vemos a las 9:30 entonces. -Me respondió Lara.
Ambas fuimos en diferentes direcciones para buscar dulces. Ella lo hacía para buscar dulces en realidad, yo sugerí que debíamos separarnos porque lo que tenía que hacer ahora era algo que tenía que hacer sola.
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