Capítulo 7 - Primera visita oficial a la academia

Debido al compromiso obligaban a Sarah a ir a visitar en la academia una vez cada dos semanas al futuro Marqués y había llegado el primer día de la primera visita.

Desde que conoció a Vinward Cyanspring no le habían dado un respiro, le pusieron más profesores para que mejorase la etiqueta y no avergonzar a la familia. También le hicieron estudiar muchísima historia y política para empezar a prepararla a su futuro.

Debía conocer las posiciones políticas de cada familia y saber de forma general la historia de cada familia para entender las relaciones actuales. Digamos que su único día de descanso era el día que visitase al joven Vinward en la academia.

***

Sarah estuvo todo el camino con el ceño fruncido, la habían despertado más temprano de lo habitual para vestirla, maquillarla y arreglarle el cabello. A ella le gustaba dejarlo suelto y libre, pero le hicieron un recogido con una trenza dejando un par de mechones sueltos.

-Ya hemos llegado, señorita. -Dijo el caballero que la escoltaba.

-Vale.

Ella estaba de peor humor de lo habitual, no tenía ganas ni energía para fingir o aguantar a Vinward. Su cara cambió cuando, al bajar del carruaje, vio al mismo chico que la última vez. Quería saludar pero a la vez se quería esconder de él.

-¿Ocurre algo, señorita? -Preguntó el caballero.

-¿Podrías escoltarme con un poco de más distancia? Por favor.

-Por supuesto.

El caballero dejó una distancia de unos cinco o seis metros entre ellos. La joven siguió caminando sin saber muy bien hacia dónde iba.

-¿Otra vez por aquí? -Dijo una voz conocida.

-¡Eres tu! -Dijo sorprendida de que él se acercase primero.

-¿Esa es forma de saludar?

-Como no me dijiste tu nombre no te puedo saludar bien jeje...

El joven suspiró.

-Te diré sólo mi nombre, como hiciste tu. -Sarah asintió- Tyneth.

-Encantada de conocerte, Tyneth. -Dijo mientras le daba la mano.

«Este chico... Cada vez que lo veo está más guapo.»

El joven le dio la mano de vuelta y se quedó en silencio mirando las manos, no podía evitar pensar que la de Sarah era más pequeña y fría. Tardó un par de segundos en reaccionar y soltar la mano de la joven. Ambos se miraron sin mediar palabra durante unos segundos.

-¿Porque sonríes de esa forma? -Preguntó el joven extrañado.

-¿Quieres que te lo diga?

-Por eso estoy preguntando.

-¿De verdad lo quieres saber? -Sonrió más

-...

-Sonrío porque me he dado cuenta de que no tienes casi habilidades sociales.

-¿Eso es algo por lo que sonreír?

-También sonrío porque me da la sensación de que llegaremos a ser muy cercanos.

-... -Tyneth apartó la mirada algo avergonzado por sus pensamientos.

-Señorita, él debe estar esperando -Interrumpió delicadamente el caballero.

-Oh, si. Se me había olvidado.

-¿Vas a ver a tu hermano? -Preguntó ligeramente curioso.

-Por desgracia no. ¡Nos vemos! -Se despidió rápidamente.

En cuanto ella se dio la vuelta el joven sonrió levemente sin darse cuenta.

***

-Buenos días, querido. -Saludó Sarah sarcásticamente mientras se acercaba.

-Podrás llamarme así el día que nos casemos. -Contestó Vinward en el mismo tono.

-Iugh. No, gracias.

-No te quedará más remedio.

-¿Y si te llamo bolsa de dinero andante? -Dijo Sarah.

-¿Y si te llamo...? Mejor no decirlo.

-Venga, dilo

-No

-Vamos, valiente.

-¿Te puedes callar ya? Pesada.

-Que lástima que tengas que aguantarme tooda la vida... A no ser... que...¡Canceles el compromiso!

-Por enésima vez, si pudiera lo hubiera roto.

-A ver... Si yo encuentro un pretendiente mejor que tu, romperán este compromiso. -Al escucharlo, Vinward rompió a carcajadas.- ¿De qué te ríes? -Preguntó Sarah bastante molesta.

-¿Tú? ¿Conseguir un candidato mejor que yo? Deberías dejar de soñar despierta.

Sarah le lanzó una mirada fulminante.

-¿Subestimas mi belleza?

-Sobreestimas tu personalidad.

-Habló el chico más agradable del mundo.

-Por lo menos no soy tan insufrible como tú.

-Eso es lo que crees. -Contestó la joven.

Vinward la miró frunciendo el ceño.

-¿No estás interesado en alguna chica? Tal vez si intentas buscar otra candidata romperían el compromiso.

-Dios, no. Sois insufribles, no hacéis más que llorar, gritar, quejaros y exigir cosas.

-Vaya, gracias, hombre.

-Es la verdad.

-¿Y si vas a un club de caballeros?

-¿Club de caballeros?

-Si, ya sabes... Manchar tu honor con otras mujeres.

-¿¡PERO QUÉ SE TE PASA POR LA CABEZA PARA PROPONER ESO!? -Preguntó súper rojo.

-Tal vez... -Dijo para sí misma.

-Tal vez...?

-Nada, nada. No lo quieras saber.

-Si es otra propuesta extraña, desde luego que no lo quiero saber.

-Jeje -Rió Sarah.

«Creo que finalmente he averiguado la forma de romper el compromiso sin necesidad de otro matrimonio.» Pensó la joven.

Tuvieron una comida más agradable de lo que esperaba Sarah, se estaban llevando inesperadamente bien. En realidad, para ella era bastante divertido poder molestar a alguien de esa forma.

-Por cierto. -Dijo Vinward.

-Dime

-¿Qué relación tienes con Huntgreen?

-¿Con quién? -Preguntó extrañada.

El joven carraspeó un poco antes de responder.

-Con nadie, no importa.

No tardaron mucho en despedirse. Aprovecharon que no estaban sus padres para despedirse sin necesidad de aplicar el protocolo. El caballero que acompañaba a Sarah sonreía ligeramente.

-Parece que se llevan mejor. -Dijo el caballero.

-Puede ser, pero seguiría siendo un matrimonio sin amor y sería infeliz

-¿Porqué dice eso?

-No me quiero casar, además que tenemos personalidades incompatibles.

-Pero una vez se casen el amor irá creciendo. Ya sabe lo que dicen, del roce nace el cariño.

-Ejem!

-Lo siento, señorita, me he sobrepasado con ese comentario.

Sarah no respondió a la disculpa del joven, decidió ignorar el comentario.

***

Pasaron dos o tres meses, llegó el invierno y con ello el cumpleaños del joven Liam.

-Mi niño ya cumple 17 años -Dijo orgullosa la condesa.- Este año podrás participar en el cumpleaños de tu hermano, ya que casi tienes 15 años y falta poco para tu salida a la alta sociedad.

-¿No es eso saltarse las normas?

-Es ser flexible, querida. No hace falta que te presentemos, simplemente estarás ahí y nadie sabrá quién eres. Podrás aprovechar para ver cómo son este tipo de reuniones y poner en práctica lo que has estado aprendiendo.

La joven rodó los ojos mientras suspiraba. Sabía que no podía llevar la contraria a su madre, menos aún estando tan ilusionada.

-Eso sí, querida, nada de alcohol hasta tu debut.

¿Nada de alcohol...? ¿¡Alcohol!? Sorprendió a Sarah que dejaran beber siendo tan jóvenes, a pesar que debería estar acostumbrada después de casi un año allí.

A una semana para la celebración Sarah estaba terriblemente nerviosa. Vería a personas a las que había estudiado. Era como saltar al vacío.

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