Capítulo 6 - La reunión con Cyanspring III

Cuando llegaron a la puerta primero entró la doncella a anunciar que habían llegado y seguidamente entró Sarah sin saber muy bien qué esperarse. ¿Sería alto y guapo? No, si ese fuera el caso no tendrían problemas para comprometerle. ¿Sería más bien una persona muy ancha? ¿Sería tan bajo que resultaría incluso cómico? O tal vez... ¿Tenga alguna deformidad? O peor... ¿Será una persona de pocas luces?

-Hola. -Saludó secamente- Ya puedes levantar tu cabeza.

Ese tono altivo realmente molestó a Sarah pero por fin podría poner cara al "famoso" Vinward Cyanspring.

Vinward Cyanspring, un joven atractivo y talentoso en la esgrima, bueno en las finanzas pero que carecía completamente de etiqueta. Con un temperamento tosco y complicado, pasaron sus virtudes desapercibidas y los rumores simplemente resaltaron su mal genio. Lo que hizo que cada vez fuera más complicado encontrar una prometida para él.

Sus ojos eran de un azul brillante, como los de su padre y su cabello rizado, rosa oscuro hacía un contraste precioso con sus ojos. Como Sarah no se esperaba que fuera tan guapo, se quedó sin palabras. Todas sus expectativas estaban equivocadas.

-¿No sabes hablar? -Esa pregunta rompió la imagen que Sarah se estaba formando en su mente.

-¿Perdone?

-Te he dicho hola, ahora tu tienes que saludar de vuelta.

-Pero bueno, quién se cree usted. -Dijo Sarah fingiendo estar indignada- Eso no se le puede considerar un saludo. -Resopló- De saber que me encontraría esto yo...

-¿Tu qué? No podías hacer nada, igual que yo.

-No me meta en su mismo saco, bárbaro.

-¿¡Bárbaro!?

-Eso es, mira que ni siquiera besarme la mano o pedir que me siente... -Dijo poniendo su mano en su frente.- Oh, que desgraciada de mi, ¿qué clase de vida me esperaría en un matrimonio así?

-Tampoco soy el más afortunado de la sala. Padre dijo que eras diferente, pero sólo eres otra niñita de papá.

-¡Oh, dios! Además, un matrimonio sin amor. Sin amor, sin respeto, ¿qué me prepara la vida? ¿¡Qué otra desgracia tiene lista para mi!?

El joven Vinward por primera vez en sus 17 años se había quedado sin habla.

-Disculpen por interrumpir, el Marqués me ha ordenado traerles este té y estas galletas. -Dijo entrando la sirvienta seria de antes.- Son los favoritos de la Marquesa, espera que sean de su agrado.

-Gracias, puedes retirarte.

-Si, señorito.

-Te llamabas Sarah, ¿no? -Ella asintió- Depende de ti como vaya a ser el matrimonio. ¿Quieres que sea agradable? Pues deja de ser una niñata insoportable y ve a llorar a otro lado.

-No quiero pasar mi vida con alguien como tu, me niego rotundamente. Merezco algo mejor.

-Siento no agradarle a la señorita de los gritos.

-Prefiero pasarme la eternidad gritando antes que una vida contigo.

-Ya imaginaba que esto era un error, es un tremendo y enorme error.

-La desgracia es para mí -Contestó Sarah tumbándose dramáticamente en el sofá- ¿¡Qué vida tan desdichada he sido condenada a vivir!? Con una persona que es tan desagradable y sin saber cómo tratar a una dama adecuadamente.

Vindward suspiró notablemente y decidió ignorarla el resto del día. Por otro lado, Sarah lo sintió como una victoria. Si los dos estaban en contra del compromiso tendrían que escucharles ¿no? Si no son capaces de convivir, si se ve que tendrían un matrimonio y una vida desastrosa, lo mejor sería no juntarlos.

Lamentablemente para Sarah ese pensamiento fue erróneo.

Había subestimado la buena relación entre el Conde y el Marqués, así que el compromiso siguió en pie.

En el carruaje de vuelta a su hogar los Condes estaban satisfechos y alegres pero Liam y Sarah tenían caras largas (estaban tristes, desanimados).

***

Como de costumbre, Sarah no podría dormir. Menos aún después de lo que había pasado, tenía que pensar otras formas de librarse de él. La joven estaba en una habitación que le parecía realmente confortable, con una infusión de pasiflora recién hecha cuando entró su hermano en la sala.

-¿Cómo te ha ido? -Preguntó Liam.

-Horrible. ¿Tu le conoces?

-Conocer nos conocemos, pero no somos amigos.

-¿Qué opinas de él?

-Huye.

Ambos hermanos rieron levemente.

-Es muy guapa -Dijo Sarah.

-Lo sé -Suspiró Liam.

-¿De verdad no harás nada?

-No, quiero mirar al futuro y no quedarme atascado en una causa perdida. -Sonrió ligeramente- ¿Tu que harás?

-Mi primer plan ha fallado, mi segundo plan es dar una imagen tan horrible que quieran romper el comprimiso o algo por el estilo...

-Visto lo visto hoy no parece que vaya a funcionar

Sarah suspiró desanimada.

-Si me escapo, ¿Vendrías conmigo? -Preguntó ella.

-Te lo prometí, ¿no? Siempre a tu lado. -Sonrió Liam- Y si no funciona tu plan de ser horrible para ellos, ¿Te casarás con él?

-El último recurso sería encontrar otro candidato, pero no quiero casarme... Quiero estar soltera toooda la vida y vivir tranquila.

-Soñar es gratis

Ambos rieron un poco más animados.

-Ya estoy más relajada, gracias.

-No hay de que

-Buenas noches Liam. -Sonrió levemente.

-Si, buenas noches hermanita. -Al oír eso Sarah se sorprendió ligeramente pero de forma positiva.- Y recuerda que, aunque haga calor, ya se acerca el otoño y por las noches empieza a hacer más frío.

Sarah asintió.- Gracias.

***

Sarah y Vinward estaban obligados a verse por lo menos dos veces a la semana, pero su relación no hacía más que empeorar. Ella montaba escenas quejándose y comportándose como una mimada y él o la ignoraba o le gritaba. Ambos padres se desentendían del asunto y seguían con el compromiso.

Al mes de haberse conocido, Liam y Vinward debían volver a la academia, lo que iba a dar un descanso a Sarah o eso es lo que erróneamente ella creía. Debido al compromiso la iban a obligar a ir a visitar en la academia una vez cada dos semanas al futuro Marqués.

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