Capítulo 17 - Visita al santuario

Dos meses después de que Liam heredase el título iba recibiendo cada vez más y más trabajo, habían muchos problemas, visitas de Vinward para ayudar, más reuniones misteriosas y menos tiempo. Sarah pensó que sería temporal hasta que se adaptase al nuevo título, así que después de conseguir fuerzas decidió salir sola.

La joven quería ir al santuario para buscar respuestas, esos dos meses de no salir le permitieron organizarse para saber exactamente qué quería.

-Qué deidades se veían envueltas en la vida y la muerte y cómo son.

-Dónde van las almas de los muertos.

-Qué son los recuerdos en esa religión.

-Si hay alguien que pueda hablar con ellos.

-¡Me voy! -Exclamó Sarah más animada.

-¿Dónde vas? -Preguntó Liam serio.

-Al santuario

-¿Vas sola?

-Claro

-¿En carruaje tu sola?

-Si

Liam sonrió al escuchar esa respuesta. Finalmente Sarah había superado su miedo a ir en carruaje sola.

-Ten cuidado de todas formas.

-¡Siempre!

***

Sarah iba tan sumergida en sus pensamientos que llegó al santuario antes de darse cuenta. Era un lugar amplio, tranquilo y limpio en todos los sentidos. Tenía grandes espacios abiertos, los edificios tenían un estilo romano y sus columnas jónicas eran más perfectas de lo que se podía apreciar a simple vista.

El templo estaba abierto al público, es decir, que cualquiera podía ir el tiempo que quisiera. Así que había gente pero no demasiada.

-Disculpe. -Le dijo Sarah a un sacerdote que pasaba caminando.- Si tengo preguntas sobre la deidad de la muerte, ¿A quién debería preguntar?

-Oh, joven... ¿Sería acertado suponer que es usted Sarah de Neira? -La joven asintió- Le recomendaría solicitar una audiencia con la Santa o con el Gran sacerdote. Por desgracia están fuera de la ciudad ahora, pero les dejaré el recado. Si me disculpa, debo irme a hacer mis rezos.

Sarah se quedó sin habla. No se le había pasado por la mente que los rumores hubieran podido llegar incluso a los sacerdotes. "La joven con amnesia que perdió a sus padres hace sólo un par de meses". Eso es lo que decían de ella.

Se giró para irse con la decepción encima pero vio a lo lejos a un joven con el cabello verde oscuro. ¿Podría ser Tyneth?

No dudó ni un segundo y se acercó corriendo. El joven al escuchar unos pasos acercándose se giró y su cara de sorpresa no pudo ser mayor.

-¿¡Sarah!?

-Sa-sabía que... eras... Tu -Dijo quedándose sin aire por el sprint.

Tyneth la miró callado con cara de pena, no sabía que decir.

-¿Cómo -Empezó a decir el joven.

-Siento muchísimo lo que hice -Dijo Sarah interrumpiendo.

Le miró aguantando las lágrimas.

-No volverá a pasar, porfavor no te vayas otra vez.

Tyneth sonrió levemente y acarició suavemente su cabeza.

-De acuerdo.

Al recibir ese gesto, Sarah se sonrojó y sonrió levemente.

-¿Cómo has estado? -Preguntó ella mirándole.

-Bien, no ha habido mucha diferencia en mi vida... -Dijo algo triste.- ¿Tu cómo te encuentras?

-He tenido tiempo para reflexionar sobre varias cosas... Ah, ¡Pero estoy bien! -Sonrió Sarah.

-¿De verdad estás bien? -Preguntó preocupado.

-¿Crees que si no estuviera bien, hubiera salido de casa sola?

-Touché -Rió ligeramente Tyneth- Por cierto, ¿que haces aquí?

-Ay, tu siempre preguntando qué hago en los sitios -Contestó bromeando.

Ambos rieron por la broma exagerada de la joven.

-Si no has estado antes aquí, te recomiendo ir al mirador que hay en esa dirección -Dijo señalando a los jardines.- Las vistas son realmente preciosas. Si tuviera tiempo te acompañaría, pero por desgracia me tengo que ir ya.

Sin intercambiar más palabras ni gestos de despedida, el joven siguió su camino a la salida. Sarah miró en la dirección del mirador y empezó a dirigirse a la zona sin esperar que se encontraría a otra persona conocida...

A los dos minutos de caminar por los jardines, llegó al precioso mirador. Pero para su sorpresa, habían dos personas en los inicios de hacer cosas indecentes.

-Tu... -Dijo Sarah extremadamente sonrojada.

Una joven salió corriendo cubriendo su rostro para evitar ser reconocida en tal embarazosa situación. El joven dirigió su punzante mirada a Sarah, al verla, su rostro cambió completamente.

-Nos volvemos a encontrar. -Dijo juguetón.

Sarah no era capaz de vocalizar una palabra por la vergüenza. Era el mismo chico que vió en su debut, el pelinegro de ojos amarillos que era tan bello que parecía una pintura.

El joven pelinegro acercó a Sarah cogiéndola del antebrazo suavemente, sentándola donde se encontraba su compañera, en su regazo.

-Deberías tomar la responsabilidad por asustarla. -Dijo acercándose a su rostro lentamente con una sonrisa seductora.

-N-no. Sois vosotros los que no deberíais haber hecho algo así en un lugar público. -Contestó finalmente, desviando la mirada.

-¿Hm? -Sonrió aún más, acercándose poco a poco de nuevo.

-¿Q-que in-intentas? -Dijo frunciendo el ceño.

El pelinegro besó un mechón de cabello de Sarah y luego la miró.

-¿Que quieres que intente? -Contestó acariciando suavemente la mejilla de Sarah con la palma de su mano.

La joven se quedó sin habla.

Él creyó que era la señal para besarla.

Se acercó aún más.

Y

Ella giró su cara rápidamente.

-¿N-no debería saber tu nombre antes? -Preguntó ella claramente nerviosa.

-Vaya, parece que lo de la amnesia es cierto. -El joven sonrió y se levantó.- Soy el Duque Gareth Axequiver, mano derecha del futuro emperador, caballero con honores y muchos más títulos que no diré para no aburrirte.

La cara de Sarah expresaba toda su sorpresa. El joven cogió su mano y besó su dorso.

-Ahora... ¿Podemos seguir donde lo hemos dejado? -Dijo medio bromeando sentándose de nuevo.

-No. -Contestó Sarah retirándose lentamente.

-¿No? ¿Estás segura? Tal vez más tarde no te deje la oportunidad de probarme.

-Tal vez la próxima vez no me acerque tanto. Adiós. -Huyó.

-Aún está muy verde... Pero caerá -Rió Gareth ligeramente.

***

Sarah fue directa al carruaje para volver a su hogar con Liam. Ella estaba notablemente nerviosa durante la cena, pero no le explicó a Liam su encuentro con el duque para que no tenga más preocupaciones.

Pasaron los días y Vinward fue a visitarles varias veces.

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