Todos sabían que Vinward sería el acompañante de Sarah al ser su prometido, lo que no sabían era la tormenta emocional que vendría esa noche tan especial.
Antes de darse cuenta los dos meses habían pasado y llegó el gran día. Hacían en palacio un baile de debut mensual para que pudieran asistir el máximo de personas en cada uno y nadie pase demasiado desapercibido. ¿La razón de ello? Pronto lo veremos.
Sarah y Vinward no se habían visto en dos meses y la última vez fue algo notablemente incómodo por ambas partes. La joven no sabía que esperar respecto el comportamiento de su prometido, ¿seguirá molesto? ¿Hará como si nada hubiera pasado? ¿Intentará algo con ella?
Ahí estaba él, llegando en el carruaje tan característico de su familia. Bajó con serenidad, estaba más serio que nunca. Besó la mano de Sarah haciendo que esta se sonrojara, se había olvidado lo guapo que era cuando no hablaba.
«No olvidemos que es Vinward, en cualquier momento dirá un comentario para molestarme.»
Sin mediar palabra subieron al carruaje. El joven estaba siendo el perfecto caballero, Sarah sentía como si tuviera a otra persona delante. Nunca le había visto tan arreglado, en ese momento sentía como si tuviera delante a un marqués de verdad.
No podía apartar la mirada, era digno de admiración. Se veía tan elegante mirando por la ventana con cara seria. Tenía un aura de poder y dignidad, era la máscara que debía llevar frente la sociedad.
-¿Tengo algo en la cara? -Preguntó finalmente el joven.
-Ah... no no -Sarah se sonrojó ligeramente al darse cuenta de que no había parado de mirarlo.- Es solo que estás diferente a lo usual.
-Claro, vamos a palacio.
Sarah no se imaginaba que el impulsivo y maleducado de Vinward fuera a comportarse así, así que supuso que le preocupaba la impresión que daría Sarah.
-Hemos llegado. -Anunció el cochero un largo rato después.
Ambos bajaron elegantemente, tal y como habían subido. Vinward ayudó a Sarah a bajar del carruaje ofreciendo su mano.
Cuanto más se acercaban al salón de baile más nerviosa se ponía, sabía que habría muchísima gente, que la estarían juzgando y probablemente fuera uno de los momentos más decisivos de su vida.
-La señorita Sarah de Neira y su acompañante, Vinward Cyanspring.
La joven sintió como todas las miradas se dirigían a ellos, eran la comidilla del baile debido a que ya se había esparcido el rumor de la amnesia de Sarah y su peculiar comprimiso.
Una vez habían bajado las escaleras Sarah empezó a dirigirse lentamente a la pista de baile mientras Vinward se apartó sin decir palabra.
-¿No vamos a bailar? -Preguntó la joven- Es tradición que el primer baile sea con el prometido, si tiene o con el hermano si no hay prometido.
-Esta noche no está tu hermano para ayudarte. -Contestó fríamente antes de alejarse a saludar.
«Seguramente siga enfadado por lo que pasó con Tyneth»
Como Sarah se quedó sola fue a por una copa de vino y se sentó en uno de los sofás a observar.
-Buenas noches, querida. -Dijo una voz familiar.- Veo que mi hermano no está contigo.
-Buenas... -Suspiró.- Parece que tenía que saludar a unos conocidos.
-Que lástima -Respondió Lessonas tapando ligeramente su sonrisa.
-Ya lo sé, ya.
-No hablaba de eso, me refería a que es una lástima que no vayáis a conjunto, como hacen todas las parejas. -Dijo con un leve tono de burla.
«Un momento...»
En ese momento Sarah prestó más atención a su alrededor y vió que lo que Lessonas decía era cierto, todas las parejas vestían a conjunto, seguramente para mostrar una relación fuerte y unida. En cambio ella llevaba un vestido morado con un diseño infantil en comparación al traje azul y blanco de Vinward.
-¿Te encuentras bien? Es normal que estés cansada ya que no estás acostumbrada a este tipo de ambientes -Contestó sarcásticamente.
-¿Qué estás insinuando?
-Oh mi, que maleducada. Simplemente estoy preocupada por ti.
-Si tu lo dices...
-Así que... Por curiosidad, ¿con quién será tu primer baile?
-Con Vinward, por supuesto.
-Como no le veo por ninguna parte... He pensado que tal vez no sería con él. Y ya que tu hermano tampoco ha podido venir...
-...
-Por supuesto que podría ser con Tyneth, pero no creo que él quiera verte -Sonrió satisfactoriamente Lessonas.- Bueno querida, me tengo que ir, me están llamando por allí. Ha sido un placer verte.
-Me gustaría decir lo mismo. -Contestó Sarah.
-Oh, casi me olvido. Pronto te enviaré una invitación para una fiesta del té en nuestra mansión, espero poder contar contigo. Ten una buena noche. -Dijo finalmente antes de irse.
Después de la extraña conversación con Lessonas se levantó a caminar un poco para tranquilizarse cuando de repente se chocó con alguien y le manchó de vino la ropa.
-Perdone, no estaba mirando. -Dijo Sarah algo nerviosa.
-No te preocupes -Contestó una joven.
Cuando Sarah miró a la joven no se podía creer lo bella que era. Tenía el cabello oscuro y ondulado, con un semi recogido que dejaba ver lo largo que era, sus ojos eran color ambar/ anaranjado. Llevaba un vestido azul oscuro con detalles de encaje negros, precioso.
-Dios mío, no me había fijado, cuánto lo siento. Si lo ponemos en remojo tal vez el vino salga -Dijo muy nerviosa.
-De verdad, no te preocupes -Contestó la joven cogiendo suavemente la mano a Sarah.
-¿Cómo lo puedo compensar? -La joven sonrió ligeramente.
-Puedes acompañarme mientras me cambio el vestido. -Dijo mientras se cogía del brazo a Sarah para empezar a caminar juntas.
-¿No hay nada más que pueda hacer?
-Estas cosas pasan, por eso siempre llevo vestidos de repuesto.
La joven avisó a un mayordomo en la sala y éste las guió a una habitación privada.
-¿Les puedo ofrecer algo mientras esperan?
-Un té rojo para mí, por favor -Dijo la joven.
-Para mí un zumo o fruta, por favor. -Pidió Sarah.- No sabía que se podía hacer esto en los bailes.
-Bueno, en teoría se puede solicitar una sala privada aunque no mucha gente lo suele hacer debido a que está mal visto.
-¿Por qué está mal visto?
-Hay gente que aprovecha los bailes para escabuyirse con sus amantes
-Comprendo...
-Una vez me haya cambiado te invito a conocer un poco más palacio, es precioso.
-¿Eso también se puede hacer?
-Palacio es tan grande que no llegarías a encontrar los rincones prohibidos -Rió la joven.
-No puedo esperar para verlo -Dijo aliviada Sarah.
-Si quieres, más tarde te podría acompañar
-Señoritas, aquí les traigo lo solicitado. -Dijo el mayordomo trayendo las bebidas, una canasta de frutas y el vestido de recambio para la joven.- Además está aquí una sirvienta para ayudarla a cambiarse.
La joven asintió mientras probaba su té.
-Entonces, me retiro.
Una vez el viejo mayordomo se fue Sarah miró a la chica con cara de incredulidad.
-Han sido muy veloces.
-Esto es palacio -Rió la joven.
-Señorita, como su té aún está muy caliente ¿Prefiere cambiarse primero? -Dijo la doncella
-Si, gracias.
Aquella joven era tan elegante, femenina, bella, amable y además daba una sensación de poder. Mientras se cambiaba no intercambiaron palabra ninguna. Una vez terminó y se retiró la doncella, la joven se sentó de nuevo con Sarah.
El nuevo vestido también era increíblemente hermoso, era verde oscuro y algo más ceñido que el anterior. Sarah no podía evitar admirar la belleza de la joven.
-¿No bebes vino? Está delicioso.
-No, gracias -Contestó Sarah ligeramente incómoda.
-¿Te cuesta aguantar el alcohol?
-Oh, no, jajaja... Es porque la última vez que bebí hice alguna que otra cosa de la que me avergüenzo... -Dijo Sarah poniéndose roja recordando el beso con Tyneth.
-No estés nerviosa. -Contestó la joven mientras cogia a Sarah de la mano.- A todos nos ha pasado alguna vez, ¿No? -Sonrió.
-Supongo. -Dijo devolviendo la sonrisa.
Estuvieron un rato hablando sobre cosas triviales mientras terminaban los aperitivos. Una vez estuvieron llenas salieron para volver al salón de baile.
-Ay, se me olvidaba lo más importante -Paró de caminar- Me llamo Elisabeth Falldwarf, del ducado Falldwarf.
***¡Descarga NovelToon para disfrutar de una mejor experiencia de lectura!***
Updated 54 Episodes
Comments
Ivon Caraballo
No autora quiero que Sarah y Winward queden juntos
2022-09-04
6