T2 E6 POSESIÓN

Llevaba dos días deambulando por las calles en las ciudades principales de México, los lugares en lo que creí que estaban mis conocidos ya o no existían o eran otra cosa hoy día. Mientras iba en el auto, la bola de cristal se iluminó. El rostro de Bell salió reflejado.

- ¿Ross, puedes decirme que has estado haciendo estos días? No has entregado tu reporte en la libreta.

- Hola Bell, menos mal apareces. Tengo que hacerte una pregunta.

- ¿Más preguntas? Eres el demonio de las preguntas Ross.

- Si, mira, ¿Cómo localizo a alguien aquí en la tierra después de tanto tiempo?

- Solo debes decirle a la bola de cristal su nombre exacto y ella te dará la información. Y Quiero la redacción de ese diario antes de medía noche. Cambio y fuera.

Solo tenía que decir sus nombres a esa bola. Había estado subestimando los poderes de esa cosa.

Detuve el coche y puse el objeto sobre mis piernas.

- Bueno probemos. Dije.

- Samantha Farfan ubicación.

Inmediatamente en la bola de cristal salió el lugar donde se encontraba ella.

- Asi que allí estás hija de p. He pasado por allí varias veces.

- ¡Vamos allá!.

Mientras conducía la bola de cristal habló:

- Debes dar vuelta a la derecha.

- ¿Que? ¿Quien dijo eso? ¿Quien está allí?

- Soy yo, la bola de cristal. Puedo hablar, y hacer cualquier cosa para ti. Incluso puedo convertirme en cualquier persona.

- ¿Porque dijiste eso? ¿En serio puedes hablar? Me viste dar vueltas varios días sin saber dónde encontrar a los que me asesinaron y no dijiste nada ¿Y ahora dices que eres un GPS? Ok, que útil eres.

- Pues tu no me preguntaste. Xd. 🔮😎

- Pues ya está. Llegamos.

El lugar parecía un club nocturno. Como nadie me puede ver, sino solo a mi coche, lo aparque cerca. Salí y como Pedro por su casa entré al la lugar.

Se siente bien no tener que pagar las entradas e insultar a los que cobran en las puertas.

Estando dentro, comencé a ver todas las personas. Habían muchas mesas, de madera roja que estaban rodeadas por mujeres y hombres sentados en sofás negros.

Habían mujeres bailando en tubos. También habían hombres trans en las tribunas.

Muy al fondo logré reconocer Samantha, un poco más madura pero era ella. Estaba con un chico sentada en una de las mesas. Tenían varias botellas de whisky.

Caminé hacia ellos y me paré justo en frente de Samantha. De vez en cuando se besaba con el chico.

- Es hora de usar esta bola. Entraré en el cuerpo de su novio.

Le puse la bola de cristal al novio de Samantha en la frente y al instante ya estába viendo en primera persona desde su cuerpo. Al estilo POV.

Entonces decidí besarla apasionadamente. La tomé en sus brazos y le dije que la amaba.

- Que lindo estás está noche Roger.

Roger, así se llama su novio. Debo memorizar ese nombre para saber cuándo se vaya a dirigir a mí.

Minutos después llegaron otros chicos a la Mesa. Habían dos chicas lindas más y un chico.

- Bueno es hora de irnos. Dijeron

Salimos del lugar como a las nueve de la noche.

Samantha me preguntó:

- ¿Roger cariño quieres conducir?

- No cielito, házlo tu. Le dije.

Porque aún no sabía acceder bien a los recuerdos de Roger. Solo empezaban a llegar imágenes de el y Samantha. A los lugares que iban, las cosas que hacían. Roger en el baño.

- ¡Demonios! Que cosas extrañas hacen estos dos. Pensé, mientras accedía a los recuerdos de Roger.

Y por supuesto nos dirigíamos a hacer una 0rgía. Con mi cuerpo real no había hecho una antes.

Yo iba en el asiento trasero. Busqué en los bolsillos de Roger y tenía billetes y preservativos.

-Vaya Roger eres un pilín.

Entre los recuerdos que me llegaban de Roger, había uno donde se la estaba jalando con un vídeo de Sasha Grey.

- Vaya, vaya, las cosas que uno encuentra en las cabezas de las personas.

Esa noche antes de llegar al apartamento de Samantha entre a todos los cuerpos de las personas que iban en el auto.

El otro chico, cuyo nombre es Carlos tenía recuerdos de haber estado cogiendo con Samantha. Por lo que imagino que comparten novias.

En los recuerdos de Carlos también hallé que es fan número uno de Jayden Jaymes. Todo se empezaba a poner divertido.

- ¡Y llegamos! Dijo Samantha.

Por lo que debí volver al cuerpo de Roger inmediatamente.

- Chicos ¿No sintieron como si algo entró en ustedes? Cómo si de pronto fuésen otra persona.

- ¡Claro que no!. Dijeron todos en coro.

- Deben ser los tragos, estaban algo fuerte. Dijo una de la chicas.

Bajamos todos del coche, y entramos al lugar. Mientras subía el ascensor, Samanta me iba manoseando el bulto y me guiñaba el ojo.

Precisamente por eso no me había querido meter en el cuerpo de Samantha, no quería que alguno me fuese a tocar siendo mujer. Sería algo muy raro

Cuando entramos al apartamento, una las chicas cerro con llave la puerta. Samantha sacó cocaína y regó en la mesa.

- Vengan Chicos esta cocaína está buenísima, es Colombiana.

Todos fuimos a aspirar y de verdad que estába potente.

En un minuto todos estaban volando sin ropa. Al verlos así, también me quité la ropa, para que no sospecharan.

Ya Carlos se estaba cog1endo a Foxy una de las dos chicas. En total eran tres mujeres incluyendo a Sami.

Samantha estaba acostada en la cama viendo su celular completamente desnuda.

Movia su rodilla en forma pendular.

Supe entonces que me estaba esperando a mí.

Los tres chicos quedaron en la sala en medio de gem1dos, cocaína, alcohol y música electrónica.

Yo entré al cuárto de Samantha y cerré la puerta.

La acomode al borde de la cama, demanera que yo quedaba de pie y ella boca arriba. Ella no me miraba, seguía chateando en su teléfono sin más.

Preparé el nuevo p1to y entró con cuidado, ella estaba húmeda. El infierno realmente ardía dentro de ella. Cuando ya estaba sin posibilidad de marcha atrás ella me miró fijamente con cara de chivito mirando al precipicio.

- Vaya que bien se sentía estar en el infierno de la mujer que me mató. Pensaba.

Su cadera esbelta semi delgada y pálida era lo más satisfactorio que podía vivir.

- ¿Quien dijo que estar muerto era desagradable?. Seguía pensando.

Se experimentaban tantas sensaciones y emociones en aquel lugar pagano con la mujer asesina.

Luego ella empezó a mover la cadera en forma circular, lo que hacía más brutal el momento.

- Si tan solo supieras Samantha que yo soy Ross, al que Mataste a sangre fría. Decía mi conciencia.

No podía aguantar las ganas de decirle en su cara que yo era Ross, era una pelea interna que me empujaba a decirle la verdad con tanta fuerza.

Pero, si le decía algo de eso iba a dañar el momento. ¿Estaría dispuesto a hacerlo?

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Comments

Siara

Siara

al parecer no era una santa la tal Samantha! JAJAJAJA

2023-02-06

1

Alicia Salamanca Hernández

Alicia Salamanca Hernández

Muy interesante 😌 saludos Autora felicidades

2022-06-05

3

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