T2 E5 LA CALAVERA PARTE II

Llevé a mi apartamento a Ángela, allí pudo estar más tranquila. Hicimos huevos revueltos, revisamos nuestros álbumes familiares. Las Fotos con mamá y papá. Esas que nos recordaban que una vez fuimos pequeños y felices. Pero la vida se nos enreda tan rápido, y es tan complicado salir de los nudos y arcos de la vida.

Allí pasamos una semana, su ojo había mejorado y se veía de buen ánimo. Estaba superando todo. Mi jefe me volvió a llamar y tuve que volver al trabajo y a los turnos dobles.

Le había pedido a Ángela no salir del apartamento, yo llevaba todo lo que necesitábamos. No podía arriesgarse a que alguien por venganza le hiciera daño.

El bar estaba remodelado, mi jefe me tenía confianza, así que me pidió estar a cargo mientras el salía de vacaciones unos días. Con el dinero que ganaba era suficiente para los dos. Me sentía tranquilo porque Ángela ya no estaría en peligro.

Una noche mientras trabajaba me llegó un mensaje:

- Hola Ross, estoy en la casa de Ender, ven a buscarme. ✓✓ 23:07

No entendía que había pasado, se suponía que Ender estaba muerto, o así fue como lo dejé. Inmediatamente abandoné mi turno. Le dije a mi compañero Barney que ahora estaba a cargo.

- Espera Ross, ¿A dónde vas? No puedes irte así. ¿Que sucede hermano?

- ¿Recuerdas lo que te dije de mi hermana?

- No me digas que está vivo ese desgraciado. Dijo Barney.

- Al parecer si bro.

- ¿Te puedo acompañar?

- Gracias Barney, pero debo solucionar esto yo solo.

- Entonces llévate esta Desert Eagle, Me la dió un tío que trabaja en una agencia secreta.

- Gracias Barney, nos vemos, cierras el lugar.

- Ok hermano, cuídate.

Tiré el delantal y salí en mi Moto rumbo a la dirección dónde estába Ángela.

Revisé el arma que me había dando Barney, el proveedor estába a tope de balas y la guardé en mi cinturón.

Toqué la chapa de la puerta y se abrió pues no tenía el cerrojo puesto.

Adentro se escuchaban gritos. Pasé por la sala con el arma en la mano muy sigiloso.

Lo gritos venían de la habitación.

Le dí un fuerte golpe a la puerta y se abrió. Al instante ví a Ender, tenía amordazada a Ángela mientras le apuntaba justo al corazón.

Ender tenía la cara totalmente desfigurada, tenía la quijada agarrada con alambres. Las heridas aún vivas, se podía notar que no fue al hospital. Causaba miedo solo ver su apariencia.

- Hola Ross, si, aquí estoy muriendome pero aun me quedan fuerzas para hacerte daño mucho daño. Me convertiste en un monstruo, no conforme con eso me cortaste el p1to. Baja la put4 arma o le disparo a tu hermana.

*Tiré el arma a un lado*

- Déjala en paz Ender. Si no puedes estar con una mujer pues déjala, no seas tan hijo de p. de hacerle daño. Mujeres hay muchas. Deja a mi hermana en paz. Y arreglemos esto tu y yo, como hombres.

- Ross, tú me dañaste y me quitaste lo más valioso para mí. Ahora tú vas perder algo muy valioso para tí.

- Tranquilo tilín. Ángela te dije que no debías salir de la casa ¿Que viniste hacer a este lugar? Le pregunté.

Ender le quitó la mordaza para que pudiese hablar.

- Ross tenía que venir, después de todo es mi marido. Lo amo muchísimo, aún así como está y como es.

Ángela no terminó de hablar cuando el hijo de p. de Ender le disparó en el corazón tres veces seguidas.

Todo se detuvo al instante, ella cayó al suelo.

- ¡Noooooooo! ¡Ángela! Grité.

- Ups, se me disparó el arma. Ahora estamos a mano Ross.

Yo solo podía tratar de asimilar que mi hermana estaba muerta.

Ender me hizo un disparo, pero me dió en el hombro.

En mi mente pensé:

- ¡Demonio, si me sacas de esta te debo una!

Me tiré al suelo justo donde estaba mi arma, la tomé, le apunté a Ender y le dí justo en el ojo antes de que me volviera a disparar.

*Cayó al piso y soltó el arma*

Corrí a dónde estaba mi hermana tirada aún con los ojos abiertos. La abracé, y lloré a mi hermana.

-¿Porque la vida tiene que ser tan difícil? Pensaba.

Me levanté, mire a Ender donde estaba aún retorciendose.

- No resucitaràs más, desgraciado.

Le vacíe el proveedor en la cabeza hasta dejarla como una masa informe.

- Nos vemos en el infierno. Le dije.

Y así fue como perdí a mi hermana Ángela.

Pero esa noche no solo perdí a mi hermana, también perdí el único ser que me hacía sentir humano. Esa noche murió un poco de mí.

La sepulté yo mismo en el cementerio.

- Tranquila hermanita, vas hacer un buen viaje. No hiciste nada malo, solo te enamoraste del hombre equivocado. Salúdame a papá y a mamá. Fueron mis últimas palabras para ella.

Después de eso, volví al Bar.

Barney estaba cerrando.

- Hermano estás sangrando bastante. Entra te limpiaré la herida y le pondré puntos.

- La mató viejo, la mató. 🥺

- No mames Ross, lamento mucho escuchar eso. Joder, que fuerte amigo.

Barney me llevó adentro, limpió la herida y la suturó. Saqué el arma para entregarsela pero dijo.

- Hermano, creo que ahora tu la vas a necesitar más que yo.

- Gracias Barney, no Tengo como agradecer esto que haces por mi.

- Tranquilo bro, para esto somos los amigos. ¿Mataste a ese hijo de p.?

- Si, ya no quedó nada de él.

- Ross, mi tío me habló de un trabajo. Necesitan a alguien que no tenga miedo a matar. Yo iba a coger ese trabajo pero me he dado cuenta de que no tengo sangre para eso. Si te interesa, esta es su tarjeta.

- Gracias, me lo pensaré. Le respondí.

Después de un tiempo acepté el trabajo y desenterré la calavera de mi hermana, la limpie bien y la puse en mi sala.

*Termina flashback de la historia detrás de la calavera*

Mi mente me perdí en los recuerdos esa tarde en la playa. Levanté la calavera y me subí al Camaro.

Mientras conducía me preguntaba que había sido de la vida de Barney. Puesto que, después de que acepté el trabajo no volví a saber de él.

Quería reencontrarme con él.

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