Un funeral a lo Sherlock Holmes.

El funeral de Camila se organizó rápidamente. Victorio ordenó el mejor servicio fúnebre que logró conseguir. La multitud luego de asimilar lo ocurrido quedó recelosa. ¡Habían asesinado a una importante Omega en la casa del alfa de alfas!. Era una situación de Estado grave. Mientras todos esperaban que acomodarán el cuerpo y lo dejarán listo para su partida hacia la otra vida. Victorio llamó a todos los de grado superior a su despacho.

Juliano, Lucas, Maledón, dos alfas desconocidos y el jefe de seguridad de la casa; se entraban con la mirada rabiosa del alfa desde su escritorio.

— ¡¿me gustaría saber cómo sucedió esto?!- preguntó colérico el alfa de alfas.

— ¿se pregunta como su amada (y al parecer psicópata) novia intentó asesinar al único Omega varón que existe desde hace más de un Milenio?- dijo sarcástico Maledón- ¿o como murió ella?.

— amabas cosas Maledón- respondió Victorio intentando no abalanzarse sobre él.

— La primera lo sospechaba- habló de nuevo el brujo- desde que lo amenazó y golpeó... lo segundo me tiene sorprendido.

— ¿amenazó y golpeó a Juliano?- el alfa dió un puñetazo al escritorio. Fue tan fuerte que los cristales de las ventas temblaron.

— si, así fue- reconoció el Omega, que hasta ese entonces se había mantenido en silencio- pensé que si te lo decía no me creerías- el alfa apretó los puños.

— mientras usted hacia de idiota enamorado- habló Maledón- yo la amenace con matarla si lo volvía a tocar... va matarla no... torturarla.

— ¡veo que siguen haciendo cosas a mis espaldas!- el alfa estaba rojo de furia- ¡cualquier cosas que suceda en mí casa debo saberlo yo primero!. ¡cualquier cosa!. ¡¡Sobre todo si se trata de Juliano!!

— en esos días le importaba poco el futuro del Omega, o eso demostraba- habló, para sorpresa de todos, Lucas. El leal beta que siempre rendía respeto a sus superiores. La cosa debía ir muy mal si el Runa había faltado el respeto a su Alfa.

—¿qué dices?...¡Juliano siempre me importó!- se defendió el alfa- ¡siempre!.

— con todo respeto alfa- habló uno de los alfas desconocidos. Resultaban ser los el primer ministro del consejo de alfas al servicio de Alfato y el vice comandante de los ejércitos unidos de Las Manadas libres y Unidas del sur. Este caso la palabra la tenía el primer ministro- usted no llevó muy bien el papel de Alfa de alfas este último tiempo. El brujo y el beta tienen razón... su deber estaba con el Omega varón pero su capricho se centró en esa mujer que resulta cometer el delito de traición.

— ¡esto manchara su reputación!- habló el vice comandante- con su "error" cualquier alfa soltero podrá reclamar al Omega y convertirse en el alfa de alfas.

— yo, tenía miedo a enamorarme- reconoció Victorio. Todos lo miraron boquiabiertos- usted ministro conoció a mí padre, sabe cómo me educó. Para él solo existía el deber y el poder. El amor era una muestra de debilidad. Seguí sus pasos hasta que conocí a Juliano y me enamoré... quería alejarme de él para seguir el camino de mí padre... cómo él me enseñó a gobernar.

Juliano no lo resistió y se lanzó a abrazarlo. Le besó los labios con ternura y le susurró que todo estaría bien y que juntos encontrarian una solución.

— podemos seguir hablando sobre sentimientos, miedos o buscar a un culpable... ¡eso no solucionará nada!- habló Maledón- tenemos una crisis, ¡busquemos como combatirla!.

— ¡está bien!- habló Victorio sin dejar de abrazar a Juliano- Lucas, Álvaro, busquen al culpable de la muerte de Camila. Yo, el señor ministro y el vice comandante hablaremos con los alfas para calmar las aguas.

— ¿yo que haré?- preguntó Juliano.

— no quiero exponerte a más problemas- reconoció el alfa.

— ¡no voy a separarme de ti!- dijo firme el Omega- a dónde tu vallas yo voy.

— está bien, pero no te alejes de mí lado- aceptó Victorio.

Lucas y Álvaro se encontraban en la escena del crimen mirando la mancha de sangre mal limpiada en el alfombra.

— ¿quién habrá sido?- se preguntó Lucas- ¡un lobo sin duda!, las uñas de los Runas hacen cortes más limpios y más delicados. Este corte fue muy brutal.

— ¿me estás tomando el pelo?- Maledón no pudo evitar poner los ojos en blanco- si sabemos quién fue... solo buscamos pruebas.

— pense que con la confesión de Camila la teoría de Pablo se había ido por la borda.

— ¡claro que no!, ahora sabemos con exactitud quién es el cómplice y debemos atraparlo antes de que de otro paso.

— creo que sé quién puede decirnos que fue él- habló pensativo el Runa- si mal no recuerdo, una Omega del servicio estaba parada en la puerta. Debió ver quién salía del salón con las manos ensangrentadas.

— ¡eres un genio!- celebró Álvaro- ¡vamos a buscarla!.

La Omega se encontraba en la cocina y la verlos entrar se horrorizó. Lucas intentó consolarla pero fue en vano. Maledón le lanzó un hechizo y la Omega se calmó.

— si, señores. Vi salir al señorito Pablo con las manos llenas de sangre.

— ¡entonces debemos decirle al alfa de alfas!- exclamó Lucas. La Omega se negó por miedo a terminar como Camila. Lucas y Álvaro corrieron en busca de Victorio. No llegaron muy lejos porque una sombra muy fuerte los empujó hacia una puerta que daba en un sótano. La sombra era Pablo, quién cerró la puerta con una sonrisa sádica.

— ¡maldición!- exclamó Álvaro- ¡nos estaba vigilando!... ¡que idiotas somos!.

— irá tras la Omega- dijo Lucas chocando contra la Puerta. Al hacer contacto hizo un gesto de dolor- ¡estamos atrapados en una celda anti cambia formas!.

— ¡aparta!- dijo Maledón invocado su bastón. No logró hacer mucha magia porque salió volando hacia el otro lado de la habitación- ¡esta hechiza!.

— ¡estamos atrapados!- se lamentó Lucas- ¡no detendremos a tiempo a Pablo!

— tardaré un rato pero romperé el hechizo y saldremos- gruñó Álvaro- ahora cállate que debo meditar para sacarnos de aquí.

El funeral se llevó a cabo en el cementerio que poseía la casa en medio del bosque. Una inmensa pira solo iluminada por la luna dibujaba la silueta de Camila sobre el suelo. Hubo cantos fúnebres y aullidos rituales. Victorio no se separó del lado del padre de Camila quién no había dicho un palabra y solo se dedicaba a llorar en silencio.

— Camila tuvo sus errores pero fue una gran amiga- dijo Victorio con los ojos llenos de lágrimas- ¡nunca olvidaré todos esos veranos que pasamos juntos!. Pese a tus errores te perdono y espero que llegues a la luna como los lobos que fueron antes de ti- al terminar hablar la pira se encendió y todos vieron en silencio como el fuego consumía a la Omega y su humo hacía un camino silencioso y pacífico hacia la luna.

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