El Secuestro.

— Maledón y Lucas huyeron- informó Pablo a Victorio- hemos mandado un equipo a seguirlos. Al parecer ellos tienen algo que ver con la muerte de Camila... y de una sirvienta que encontramos destruida en la cocina.

—¡no lo puedo creer!- Victorio miró de reojo a Juliano. El Omega habia quedado mudo. ¡Algo malo les había ocurrido a sus amigos!. ¡Pablo debió hacerles algo muy malo!.

— Vengaremos la muerte de nuestra Camila- prometió Pablo- tienes mí palabra primo.

No muy lejos de allí en el sótano-carcel. Maledón meditaba en el más absoluto silencio, pero estaba muy lejos para llegar a tener paz interior.

— ¿ya lograste derribar la barrera?- preguntó Lucas por milésima vez, recostado en el suelo jugando con una pelotita de tenis.

— ¡si no te vallas y esa cosa que tiras a la pared no hace ruido no puedo descifrar la clave!- gruñó Álvaro.

—no entiendo ni mu- reconoció Lucas- ¿por qué no la haces estallar y listo?.

— La magia de la barrera es más antigua que cualquier otra. Además está conectada con el terreno de una manera muy complicada. Si la hago estallar volaré la casa y todo el bosque. ¡de qué sirve intentar escapar si te cae una casa encima!.

— ¿y como sabes la clave?... ¿un Punto debil?... ¿un acertijo?... ¡lo que sea que nos ayude que sea rápido!. ¡llevamos un día encerrados aquí!... tengo hambre.

— si medito y me conecto con la tierra, La magia que la compone me susurrará el conjuro- explicó Maledón- ¡silencio!-pidió- oigo susurros.

La noticia que Lucas y Maledón eran los traidores recorrió toda la casa y fueron rápidamente buscados por grandes patrullas de Lobo y Runas. Sin embargo todas volvieron con las manos vacías. ¡El duo se había esfumado de la tierra.

Juliano estaba inquieto. Sabía que algo pasaba y temía por sus amigos. Victorio, por su seguridad, lo había dejado encerrado en su habitación, bajo vigilancia. Había argumentado que era por su seguridad. El Omega sabía muy bien que lo creía parte del asesinato. ¡Valla amor de su vida el universo le había entregado!. Recorrió la habitación por milésima vez con la esperanza que hubiera un pasadizo secreto por donde escapar. Su plan era encontrarlos primero, curarlos si podía y avisarles del peligro que corrían.

— ¡necesito algo que me ayude a salir de aquí!- pensó mientras se sentaba en la cama. No tuvo que esperar mucho, la solución se presento sola. En forma de una sirvienta.

Victorio había dispuesto que una sirvienta fuera tres veces cada una hora a preguntar si necesitaba algo. La primera vez la sirvienta le consultó si necesitaba algo de comer. A la segunda le trajo un pedazo de tarta con un papel adentro.

El papel decía:

" Juliano caímos en una trampa de Pablo y debemos huir. Esperanos en la cocina. Te diremos el plan de Pablo para que se los cuentes a Victorio." Maledón.

Juliano recibió con entusiasmo la misiva. Sintió un repentino alivio. ¡estaban a salvo y tenían un plan para desenmascarar a Pablo!.

La tercera vez que volvió la sirvienta dijo que necesitaba ayuda para salir de la habitación. La mujer le hizo señas para que entrara en la cesta de ropa sucia que traía consigo. El Omega hizo caso y se metió sin pensar ni recapacitar lo que había. Si hubiera pensado que quizás algo andaba mal hubiera visto el sobre que dejó sobre la cama la mujer. Antes de tomar el sesto y sacarlo del lugar.

Juliano Salió del sesto en el cuarto de lavado. Apenas vió el lugar quedó confundido. ¿Habían cambiado el lugar a última hora?. Allí no había nadie más que el y la criada.

—¿ tardarán mucho en llegar?- preguntó a la mujer- ¡no quiero que noten mí ausencia!.

— no vendrán- dijo la sirvienta. Juliano se dió la vuelta y se encontró con una persona totalmente distinta a la mujer de mediana edad que lo había ayudado. Una anciana de edad incalculable le devolvía la mirada con frialdad- eres un tonto- rió con voz áspera la mujer- tus amigos están perdidos... y ahora tu vendrás con nosotros. ¡El alfa Pablo tiene grandes planes para ti!.

Juliano intento atacar a la anciana con sus garras pero está fue más ágil y le pegó un puñetazo en la cara. Sin poder evitarlo cayó al suelo desmayado.

— ¡esto fue demasiado fácil!- se dijo la anciana- es como ganarse el sueldo sin trabajar.

Mientras Juliano era transportado en un baúl y sacado del territorio por Pablo y un "equipo especial" que iría al pueblo vecino para buscar a los fugitivos. Álvaro, ¡por fin!, había encontrado entender los susurros y apagar la barrera.

— ¡ya lo tengo!- exclamó Maledón- ¡aste a un lado!- colocó las manos en posición extendida hacia una de las paredes y murmuró algo en un idiota extraño. Destellos de luces aparecieron en la pared y luego se apagaron. Álvaro, al ver esto, hizo un giro en 180 grados y derribó la puerta con un has de luz violeta- ¡Listo!- dijo caprichoso- es hora de ver si esta todo bien.

Afuera no estaba nada bien. No más salieron del sótano, un grupo de lobos se lanzó contra ellos.

— ¡quietos!- gritó el jefe del grupo- ¡será en vano escapar!. ¡La casa está llena de patrullas cómo está traidores!.

— ¿nos llamó traidores?- se sorprendió Lucas.

— ¡no hay tiempo para juegos!- Álvaro lanzó una honda expansiva había los lobos- ¡corre!- ordenó al verlos a todos en el suelo.

— ¿qué sucede?- preguntó Lucas lleno de pánico.

— al parecer Pablo es más listo que nosotros - se limitó a decir Álvaro mientras corría hacia el despacho de Victorio.

No lograron llegar a la puerta del despacho cuando todos los lobos y Runas que cuidaban la casa los rodearon en las escaleras.

— ¡esto va mal!- observó Lucas.

— Claro que sí- dijo una voz conocida- a los traidores siempre les va mal- la voz pertenecía a Victorio.

— ¡¿dónde está Juliano?!- gritó Maledón- Victorio si lo amas ¡deberías ir a dónde esta de inmediato!.

— tus trucos ya no funcionarán Brujo Maledón. He ordenado que los arresten y mañana a la mañana los ejecuten- informó Victorio implacable.

— ¡Lo que te hallan dicho es mentira!- gritó Lucas- ¡acabamos de salir de una celda! ¡ al parecer el sótano es una especie de celda contra cambia -formas!.

— alfa Victorio - habló Álvaro con súplica- no sé de qué nos acusa pero sabemos quién mato a Camila.

— tenemos un testigo... una de las sirvientas de la cocina- dijo Lucas.

— La mujer está muerta... ¡ustedes la mataron!- gritó el alfa de alfas.

— Pablo asesino a Camila y a la sirvienta- dijo sin más Álvaro.

— es una acusación grave y no hay pruebas en contra de mí Primo- habló seco Victorio- me temo que sus jugarretas se les acabaron... ¡atrapen los chicos!- ordenó.

—¡ a Camila!- gritó Álvaro- ¡Camila nos dirá quién la mató!. ¡Puedo evocar a su fantasma!.

—¡ no caeré en tus trucos!- rió el alfas de alfas hasta que apareció un guardia y le informó de la fuga de Juliano y la carta que había dejado.

— Maledón, Lucas- dijo Victorio al borde de las locura- no los mataré si logran contactar al espíritu de Camila mañana. Pasarán la noche en la habitación de Álvaro con custodia. El duo respiró aliviado. No le duro mucho el alivio porque se enteraron se Juliano había escapado con Pablo. Victorio creía que era un fuga romántica. Álvaro y Lucas sabian de sobra que era un secuestro.

Una vez acomodamos Lucas y Álvaro. Victorio se encerró en su despacho. Una vez se encontró solo se dejó caer de espaldas a la puerta. Sentía una mezcla se sentimientos que le oprimían el pecho. Sentía rabia por la fuga de Juliano. Odio a sí mismo por no demostrarle a ese Omega cuando lo amaba. Ahogó un grito, rompió la carta en mil pedazos y se juró a sí mismo que encontraría a Pablo y lo mataría. Juliano era solo suyo.

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