Casa Tomada

Pasaron dos días desde la problemática asamblea y el ambiente de la casona no cambió mucho, de hecho empeoró. La casa se había dividido en dos bandos, los team Camila y los team Juliano. Camila recibía el apoyo de su padre y de Victorio, Juliano tenía el fiel respaldo de Lucas su maestro y Maledón su protector. Pablo no había tomado partido públicamente.

Mientras la tensión aumentaba en la casa, Camila seguía con los preparativos para su boda y se había vuelto más caprichosa. De hecho aquella mañana había insistido a Victorio llevarla a Buenos Aires para comprar el vestido. El alfa había aceptado a regañadientes y se acordó salir a la tarde para la capital argentina. Lucas y Maledón fueron invitados pero, si bien sentían nostalgia por la cuidad, decidieron acompañar a Juliano. Pablo sorpresivamente aceptó la solicitud argumentando que debía atender unos asuntos en Entre Ríos y el viaje le venía bien.

Cuando la casa quedó completamente sola, Lucas decidió que quería adelantar clases. Juliano representaba mucho para los Runa y por eso debía estar preparado para enfrentar a Camila y ser el Omega esposo del alfa. Con la ansiedad de que no había tiempo que perder corrió hacia su habitación para convencerlo de tener clases ya mismo.

Mientras cruzaba el pasillo vio a tres sirvientes reunidos en el comedor, uno sacó una varita del pliegue de su ropa. El Runa se paró en seco oliendo el peligro.

—¿qué demonios hacen tres brujos acá?- preguntó mientras estaba a Punto de transformarse, uno de los brujos fue rápido y le lanzó un hechizo que lo arrojó al otro lado del pasillo, quedando inconciente.

Maledón salía de la habitación del jefe de seguridad corriendo, al parecer el Lobo estaba profundamente dormido. Busco al resto de los guardias de la casa y los encontró igual. Iba en busca de Lucas cuando oyó un fuerte estruendo y corrió hacia él. Lucas yacía inconciente en el suelo y tres sirvientes tenían varitas en sus manos.

— ¡ya decía yo que eran muy portugueses para ser nativos!- habló Maledón mientras hacía aparecer su largo bastón.

—¡ tú!- dijo uno de los magos en portugués- ¡te meteré entre rejas!- apuntó con su varita y comenzó a disparar rayos.

— ¡polizones brasileros!- se sorprendió Maledón. Esquivó los rayos que se acercaban peligrosamente a él y lanzó otros con su bastón. Eran tres contra uno. Tres magos experimentados contra el mismísimo terror del sur. ¡pobres tendrían las de perder!.

Dos de los magos hecharon a correr hacia la habitación de Juliano y el restante se quedó para hacerle frente. En ese instante Álvaro lo comprendió. ¡Estaban contratados para matar a Juliano!. ¡El consejo de magia del Brasil había ordenado la muerte de un miembro importante del estado lobo!. ¡ni se quería imaginar las muertes que traería eso!.

— ¡lamento no poder jugar tanto contigo!- dijo con sorna Maledón al mago que lo retenía- ¡pero tus amigos se fueron sin jugar conmigo y eso me enoja!- hizo girar su bastón chocando un maleficio enemigo y lo clavó en el suelo. El piso debajo de los pies del mago se abrió y este quedó atrapado en el agujero- ¡no te preocupes, esto a penas dolerá!- antes de que el mago pudiera reaccionar. Álvaro extendió una de sus manos y la giró sobre sí. Se oyó un crujido sordo. El cuello del brujo brasileño se había quebrado por una fuerza un invisible.

Maledón sin pensar en su amigo inconciente corrió en ayuda del Omega. Al llegar a su habitación encontró la puerta abierta, uno de los brujos cuidaba la puerta. Sin darle tiempo de conjugar una hechizo con la varita, el cuerpo de Álvaro se transformó en una nube de mariposas negras. Las mariposas volaron con furia hacia su enemigo, que tenía la boca abierta de la sorpresa y tiraba bolitas de aire con su varita para separarlas. Las mariposas entraron violentamente por su boca y luego de inflamar su estómago lo hicieron explorar y salieron por el agujero de él. La bandada se transformó en una nube negra y luego de vuelta en Maledón.

—¡Maldición!- insultó al no ver a nadie en la habitación- ¡de seguro Juliano no estaba!- en un instante de lucidez recordó que Juliano iría a la biblioteca por unos libros para pasar el aburrimiento. Corrió hacía allí rogando que no sea demasiado tarde.

Mientras subía las escaleras que llevaban a la brevedad biblioteca se encontro con Juliano que bajaba con libros. Al chocar los libros se cayeron por las escaleras e hicieron un fuerte estruendo.

—¡sube!- ordenó el mago empujando al Omega hacia arriba. Juliano no tuvo tiempo de preguntar qué pasaba cuando Álvaro lo empujó hacia el suelo y una gran bola de fuego chocó contra la pared.

Maledón hechizó las barandas de las escaleras para que se arrojaran como ganchos de abrochadora sobre el enemigo. Eso le dió tiempo para llevar a Juliano arriba a salvo.

—¡¿que sucede?!- preguntó horrorizado Juliano.

— ¿no es obvio? ¡intentan matarte!- Álvaro lo condujo hacia la biblioteca- ¡estarás seguro aquí!- mientras empujaba a Juliano adentro, lanzó un escudo protector sobre la puerta.

— ¿y si logra derribar la puerta?- preguntó en un susurro el Omega.

— no la vera, debe recordar bien la casa para eso... ¡además nadie viene a esta parte de la casa!... borre la puerta por precaución y oculte magia para que no note lo que hice.

— ¿dónde están los guardias?.

— muertos algunos y otros en un sueño profundo. ¡Son profesionales!... ¡me preguntó cómo pasaron mí seguridad sin que yo lo notará!... ¡los escudos están intactos!...¡están desde antes de que yo llegara!.

La puerta tembló y Maledón ordenó a Juliano refugiarse debajo de un mueble. Cuando la puerta explotó y el otro brujo entró Maledón sonrió.

— veo que te gusta el fuego- dijo juguetón- ¡te enseñaré quién es el amo del fuego!- Sin usar su bastón Maledón sacó fuego de sus manos. Lanzó llamas hacia el otro brujo que retrocedía entre sorprendido y horrorizado- ¿no puedes hacerlo?, ¡lo supuse! ¡y eso no es lo único que sé hacer!- Álvaro chocó la dos palmas de su manos y explotó entre ellas una inmensa bola de fuego que derribo al otro sujeto.

— ¡ya puedes salir!- dijo al Omega. Juliano apunto con el dedo al otro brujo que se levantaba, antes de que Maledón pudiera reaccionar una mancha parda cayó sobre el mago y le destrozó el cuello. Lucas en su forma de yaguareté les agitaba la cola con sus sus bigotes llenos de sangre. El brujo yacía a su pies con el cuello abierto en tres tajos. Sin vida.

— ¡es bueno verte Lucas!- rió Álvaro- pero ya lo tenía.

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Comments

(⁠✯⁠ᴗ⁠✯⁠) {G.P.D} (⁠≧⁠▽⁠≦⁠)

(⁠✯⁠ᴗ⁠✯⁠) {G.P.D} (⁠≧⁠▽⁠≦⁠)

Soy team Juliano 💖💖💖💖

2024-12-21

2

Dabi

Dabi

que se escape ese alfa no lo merese

2024-01-11

10

isabel lopez

isabel lopez

malditos perros pulgosos

2024-01-11

1

Total

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