Noche de Chicos

— eres muy hermoso- dijo Pablo mientras Juliano entraba a una sala para leer un libro. El Omega quería huir de todo y tener un rato de paz. Desde que fue oficialmente Concubino del alfa, todos lo molestaban en demasía. Le preguntaban si estaba bien eso o bien aquello. Las omegas de los alfas que visitaban al alfa de alfas siempre buscaban su compañía y hablaban durante horas. A Juliano no le gustaba la Política, y allí se encontraba, llevando protocolos y escuchando a media docena de personas que no entendía. Se sentía cansado y torpe. Todos lo veían como un salvador y lo trataban como un Dios. Había algunos que lo trataban como una paria por se un concubino y no un esposo real. Lucas y Álvaro eran su único consuelo, pero le daban largas y aburridas clases que lo dejaban más cansado aún.

— ¡muy hermoso!- repitió el alfa moreno- sin embargo estas aquí como un simple cualquiera.

— ¿disculpa?- se enojó. Arrojó el libro con fuerza sobre la mesa- ¡no soy un cualquiera!.

— no dije que lo fueras... me expresé mal, perdón- de disculpó el alfa- solo quería decir que mí Primo te trata como un cualquiera. Sos la esperanza para terminar con una guerra que hace milenios se llevó muchas vidas y viene el y puff.. sos el concubino y no un esposo real.

— ¡tendrá sus motivos!- Juliano se mordió un labio. No sabía porque defendía a un alfa que había amenazado su pueblo, lo había apartado de su casa y lo había convertido en un prostituto. ¡Debía odiarlo!, sin embargo, a las noches, mientras lo tomaba en sus brazos y lo besaba, él simplemente se perdía en aquel hombre y su lobo le susurraba: soy solo suyo, soy solo suyo, soy solo suyo.

— si te hubiera encontrado yo- Pablo posó en el marco de la puerta sensualmente. Juliano tuvo que reprimir el tirón que sintió en su vientre al ver como sus músculos se flexionaban por el movimiento- te hubiera hecho mí esposo sin dudarlo. Serías el Señor de está casa y tendrías el respeto que te mereces.

— las cosas resultaron distintas- murmuró incomodo el Omega.

— ¡se podrían cambiar!- habló seductoramente el alfa.

— será mejor que valla a ver a Álvaro- dijo tratando de poner la mayor distancia con respecto a ese alfa.

— ¿te acompaño?- preguntó tomándolo del brazo con suavidad.

— no hace falta- sonrió débilmente.

— está bien- antes de irse, Pablo le dió un beso en la frente- piensa en lo que te dije. Muchos alfas morirían por estar contigo.

****

Juliano encontró a Maledón saliendo de una de las habitaciones del pasillo de los empleados.

— ¿que haces ahí?- preguntó el Omega.

— revisando- habló el brujo mientras se acomodaba una bata. Juliano lo miro de arriba a abajo, era claro que le habían dado una buena sacudida. Llevaba el pelo alborotado, la bata desalineada y estaba todo sudado.

— ¿revisando que?- Juliano seguía sin entender.

— emm... estaba revisando si el jefe de seguridad de la casa sabe usar su espada- dijo entre risas Maledón.

— es un lobo, usa garras- dijo inocente el Omega.

— era pura semántica- Álvaro soltó una fuerte carcajada.

— ¿y que opina Lucas?- Maledón lo miro con cara de sorpresa.

— ¿y por qué debería importarle?- preguntó el brujo.

— ya sabes... ustedes- Maledón volvió a reír escandalosamente.

— Lucas es heterosexual- dijo entre risas- ¡eres terrible Juliano!.

— como son tan unidos..

— somos amigos... existe la amistad gay/hetero ¿sabes?. ¿y por qué me buscabas?.

— yo... ¡necesitaba salir de todo esto un rato!

— ¡buena idea!- aplaudió Maledón infantil- ¡hoy saldremos!... los mortales tienen eso de noche de chicos.... ¡eso haremos!... ¡noches de chicos!, ¡solo tu y yo!.

— ¿nos dejarán salir de la casa?... ¡Victorio nos matará si se entera!.

— no se enterará... le diré que hacemos un ritual para tu salud y eso.

— eres rápido mintiendo- reconoció el Omega.

— si, soy un kalku, un brujo oscuro...¿qué esperabas de mí?.

— ¡está bien!... ¿a donde iremos?.

— yo sé a dónde iremos- Álvaro sonrió con picardía.

Juliano esperó a Maledón en el patio trasero de la casa. El brujo le había dicho a Victorio que realizarían un ritual en el mundo de los espíritus y que estarían toda la noche en ello. Era mentira y el alfa se lo había creído. Lucas no, pero era incapaz de detener a su amigo así que optó por unirse a la escapada y vigilar a los dos chicos de cerca.

Lucas y Álvaro lo encontraron en el patio. maledón iba vestido con una túnica negra parecida a la que usaban los monjes en las iglesias humanas. El brujo abrió un portal y los guió al "mundo espiritual". La realidad fue que aparecieron en una concurrida calle llena de humanos. Todos reían y se dirigían a un local que parecía un galpón. Juliano tuvo que leer el letrero para saber que era un antro.

— Juliano, Bienvenido al Fucsia Club- El Omega miró al brujo y lo encontró cambiado, la túnica había desaparecido. ahora vestía unos jeans negros ajustados y una top dorada. Podía confundirse por un humano fácilmente.

— ¡yo nunca fui a este tipos de lugares!- confesó el Omega. Maledón y Lucas rieron.

— pienso que es mala idea, si se entera el alfa Victorio estaré en problemas- dijo Lucas

— relajate Lucas... no sabrá nada... ah y Juliano ten sexo con quién quieras- el menor se ruborizó- los humanos no pueden dejar a un Omega varón embarazado. Solo un lobo puede hacerlo así que no temas... diviértete.

— ¡será mejor que no lo escuches!- advirtió Lucas- ¡Álvaro vas hacer que nos corten la cabeza!, ¡es el Omega del alfa de alfas!- retó a su amigo

— es la puta del alfa de alfas- se defendió Maledón- que elija lo que desea, se lo debemos, cuando quede embarazado y tenga un heredero Victorio lo dejará.

Juliano se mordió el labio al oír lo último. Victorio, el alfa que él creía el amor de su vida. porque lo creía, después de su enojo y los días que habían pasado se había dado cuenta lo mucho que deseaba estar cerca del alfa. Era su luna, lo amaba.

— ¿qué quieres decir?- preguntó Juliano con un hilo de voz.

— te prohíbo que le digas- susurró Lucas a su amigo.

— merece saberlo- contestó Álvaro entre susurros.

— ¿qué merezco saber?- pregunté.

— Lucas no vino a enseñarte solamente. Fue convocado anteriormente, El alfa Victorio lo envío a una manada al norte de Ecuador, allí vive un alfa que tiene una hija... su misión era confirmar la alianza.

— ¿alianza?- preguntó el Omega entendiendo todo. ¡ Victorio no lo convirtió en su esposo porque planeaba casarse con esa chica!. Sintió como su corazón se rompió- osea... que de mí... solo quiere un heredero.

— me temo que es así- habló fríamente Álvaro- No te preocupes... yo enseñaré a superar ésto. Serás un hábil político si me dejas guiarte.

—¿que planeas, un golpe de estado Maledón?- preguntó furioso Lucas.

—no, pero no puedo dejar que el alfa se ría de él.

— no estoy enamorado de él- mintió Juliano. Todo le daba vueltas. Necesitaba desahogarse- ¡entremos al local!, ¡me muero de ganas por bailar!.

Si Victorio jugaba con él, le enseñaría que él también sabía jugar.

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