Una charla con sus hijos...
-Estoy regordeta, casi no veo mis pies!
-Estas hermosa, mamá.
Respondió Matías
-Apenas puedo moverme!
-Pero podemos ayudarte mamita.
Ellos eran niños muy amables y bien educados, el amor que habían recibido de su mamá llenaba todos los espacios. Agustín el más pequeño le dijo.
-Mamá,¿ tu pancita estaba así cuando estaba yo en ella?
Elizabeth se quedó atónita con la pregunta. Sabía que algún día debía decirles que ella era su mamá adoptiva, pero cómo contarles lo que les había sucedido?
Y de pronto como señal del cielo el bebé en su pancita se movía sin parar, eso le provocó tanta risa a Agustín que olvidó la pregunta que hizo.
-mamá!!! Se está moviendo. Patea mucho, va a jugar muy bien al fútbol conmigo
-Eres un loquillo Agustín!
Matías miraba impresionado el vientre de su mamá.
-Mamá te duele?
-un poco Matías, pero es lindo sentir que llevo una vida en mi vientre. Como te sientes con la llegada de tu hermanito?
preguntó ella tocando su pancita ya bastante crecida.
-Mamá, seguirás amándonos cuando él esté aquí?
Elizabeth comprendió que ellos tenían sus miedos, ciertas inseguridades. Le tomó sus manos pequeñas y lo acercó y llamó
-Agustín acércate tu también.
Les dijo.
YO tuve una infancia feliz, mis padres cuidaron de mi como una princesa, con el corazón lleno, tenía todo, o por lo menos así lo sentía, pero el día que llegaron a mi vida comprendí que no había tenido tanto, Nunca había tenido las manos ocupadas ni el corazón tan lleno de amor. Ustedes llenan mi todo y nada cambiará este amor, yo siempre estaré para ustedes y todo lo que hemos vivido, lo que hemos compartido en este tiempo hace que seamos fuertes, que nuestros lazos se unan más, se que serán unos hermanos mayores maravillosos, este bebé llega a nuestras vidas a sumar amor, no a restarle.
Lo dijo con lágrimas en sus ojos, Matías que era más grande entendió lo que su mamá le decía y se sintió un poco mal por haber preguntado esto, pero a la vez se sintió seguro y muy amado. Permanecieron tomados de la mano un rato más.
Ella preparó la cama para sus hijos y los acostó, se quedó un momento con ellos esperando que conciliaran el sueño, cada día ella salía temprano a su trabajo y los dejaba en manos de la niñera, pronto llegaría el día el su pre-natal y podría estar más tiempo con sus hijos, planeaba salir de compras para su bebé al que aún le faltaban muchas cosas para recibirlo.
Por otra parte...
Ring, Ring.
-Señor...
-Sacaste las fotos?
La voz del teléfono se apresuró a preguntar interrumpiendo.
-Si señor, ya las tengo.
-Vuelve cada día durante esta semana.
-OK Señor.
En esta ocasión, Carlos volvió a visitarlos durante la noche y nuevamente en la ventana principal se podía ver que él se acercaba, está vez tocando la panza. Él queria sentir los movimientos del bebé y afuera una persona estaba fotografiando el momento.
Al otro día.
Carlos trajo un regalo, era una cadenita y tenía tres medallita con imagen de niños, le dijo que representaba a sus tres hijos y luego se acercó a prendersela en el cuello. Otra vez alguien tomando fotos.
Y así durante cinco días, cada noche alguien tomaba fotos de lo que sucedía dentro de casa.
Ring, Ring.
-Señor, tengo todo. Las fotos son perfectas
-Perfecto, envialas a mi despacho. Las quiero mañana a primera hora.
-Allí estarán señor.
En el despacho.. Se encontraba eligiendo las mejores fotos, quería que fueran perfectas para entregarlas a Daniel.
Daniel por su parte había cambiado ciertos hábitos de vida, compartía más con sus hijas y por las complicaciones que le dejó el virus por el que estuvo por morir acordó con Jenni su esposa ante la ley vivir en el mismo domicilio, por si a él le pasara algo sus hijas, (que antes vivían solo con él) pudieran estar cerca de su madr
Cada día que pasaba trataba de buscar a Elizabeth, inició redes sociales, la busco por distintas redes, facebook, instagram, perfiles de empresas financieras por si aparecía en alguna foto empresarial como parte del staff. Viajar no se podía aún, poco a poco la pandemia iba cediendo y se habilitaban algunos viajes.
Más de Siete meses habían pasado de su última noche con ella, esa noche inolvidable para él, todos los días deseaba en su alma que ella no fuera víctima de este virus, y si fue víctima que no hubiera sido grave. En vez de olvidarla la recordaba con más fuerza, lejos estaba de dejar de necesitarla.
no sabía de la existencia de su hijo con Elizabeth, la distancia era absoluta, a veces sentía que el pecho le dolía cuando pensaba en ella, otras veces se sentía afortunado de haberla conocido y haber experimentado un sentimiento tan único y especial, días recordaba esos encuentros tan acalorados y llegaba a exitarse de solo pensar. Otras veces recordaba lo frío que había sido en muchas ocasiones, como cuando ella tuvo una baja de azúcar y no la cuido y se sentía tan miserable. Así transcurrían los días en la vida de Daniel....
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Comments
Mirla Loyo
pero que investigador tan incompetente, tanto tiempo y no le a dicho nada a Daniel, puro tomar foticos, pa' que están los gmail?😡
2024-12-24
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Mildred Álvarez
Es lo más seguro pero le debe dar su buena aliza al envidioso este.
2024-12-22
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Mildred Álvarez
paliza corrijo
2024-12-22
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