Tomaste el camino equivocado

A la semana siguiente...

Ring, Ring.

-Habla León Rodriguez, en que puedo servirle?

-Tengo información del caso que investiga, el de Elizabeth Morales.

-Dígame ¿cuál es la información?

-Encontremosnos en tres días en esta dirección...

León anotó la dirección y la hora de encuentro.

Día siguiente

Era la hora de la ecografía, quizá esta vez tendrían suerte, todas las veces anteriores esa pequeña criatura no se había dejado ver, los niños acompañaron a su mamá, querían saber si era niña o niño...

Matías, el hijo mayor estaba frustrado, el quería tener una hermanita, quería que se parezca a su mamá y de esa forma el la cuidaría como la mamá cuido de él. Pero Agustín estaba feliz, tendría un hermanito para jugar al fútbol, y a juegos de "hombres" según él.

Elizabeth pensó... Tendré un Danielito. Ojala sea como su papá.

Carlos que estaba junto a ellos poco sabía como reaccionar, cada vez que pasaba el tiempo su amor por Elizabeth se convertía en obsesión. Al principio todo se daba naturalmente, pero con el tiempo él forzaba las cosas para que dieran a su favor.

Dos días después...

León Rodriguez llega a la hora citada. Estaba cayendo la noche y el lugar no era muy transitado, en tiempos de pandemia se había reducido el gentío en las calles, de pronto entre las sombras sale un hombre...

-León Rodriguez?

-si soy yo, qué información tiene?

-Acérquese que tengo algo que entregarle, unas fotos y otros datos.

Cuando se acerca, recibe un puñetazo y tras eso una herida de arma blanca en su estómago, cuando entró el puñal empezó a sentir como la sangre salía fuertemente y su ropa se teñia de rojo dejándolo sin fuerzas casi de inmediato.

León intentó defenderse pero le fue imposible, no pensó que buscar el paradero de Elizabeth fuera a provocarle algo violento, había investigado paraderos de narcos, asesinos y todo tipo de delincuentes que huían de la justicia, este parecía ser un caso inocente, por lo tanto no iba preparado para esta situación.

Cayó al piso, el dolor era agudo, pero tenía experiencia en como actuar en estos casos, se hizo el muerto, para que no lo hirieran más y se quedó en silencio, si respirar, escuchó que cuando aquel hombre se iba le decia... Hubieras elegido otra profesión, pero tomaste el camino equivocado.

Se desmayó después de unos minutos, la pérdida de sangre era mucha. Un vagabundo que transitaba por el lugar lo ayudó y pidió ayuda, al principio nadie de los pocos transeúntes prestaba atención al pedido del vagabundo, pero luego se dieron cuenta que lo que decía de una persona herida era real. Alguien lo cargo y lo llevaron al centro hospitalario más cercano.

Fue una recuperación rápida, probablemente alguien sin experiencia lo atacó.

Pero ¿por qué? Quién tendría interés en el caso de Elizabeth? Al parecer este caso era más enredado que lo que él había pensado.

Lejos estuvo León de alejarse de este caso, ahora le despertó más interés, no era algo tan sencillo como solo hubicar a una mujer, ahora se le había sumado algo personal, ¿quien querría lastimarlo por tratar de encontrarla?

Mmmm interesante, pensó León. Claro que ahora tendría mucho cuidado.

Carlos estaba en casa de Elizabeth, había pasado a cenar, compró comida china, a los pequeños Matías y Agustín les encantaba, Elizabeth comía cada vez menos, el vientre estaba creciendo y parece que ese pequeño ocupaba todo el espacio, ella seguía siendo pequeña, sus mejillas habían engordado un poco y la hacían ver más adorable Cuando se reía sus ojos se achinaban.

Terminada la cena Carlos se acercó a ella y le dijo en tono de orden.

-Buscaremos un nombre para el bebé

-Ya pensé el nombre.

-Qué nombre le pondremos?

-Le pondremos?? Le pondré.

Dijo mirándolo y haciendo un gesto dándole a entender que ella decidía.

Carlos se dio cuenta que a ella no le había agradado su tono y respondió en tono de disculpa

-Pensé que podíamos elegir juntos un nombre.

Pero dime... ¿Qué nombre elegiste?

-Lo sabrás el día del nacimiento.

-Nombre de tu padre? De tu abuelo?

Quería saber, su mayor temor era que dijera el nombre de Daniel.

-Lo sabrás después de nacido.

Se acercó más y le dijo.

-Te vez cansada.

Puso sus manos en los hombros de ella y le propuso un masaje en la zona cervical, ella se sintió a gusto con eso aunque no del todo pero no quiso ser descortés.

Esa imagen daba a la ventana principal, donde alguien los observaba y tomaba fotos. Luego Elizabeth se sintió invadida por una incomodidad, como que presentía algo malo y apartó sus manos de ella, le dijo.

-Gracias Carlos, ya es hora de descansar, para los niños también es tarde, creo que debes retirarte.

- Ah si, dijo por supuesto, yo también debo descansar.

Se despidió y se fue...

Elizabeth estaba acostumbrada a enfrentar la vida sola y luchar por sus hijos contra viento y marea, los había defendido de su pasado, ese pasado que un día le había contado en detalles a Daniel y Carlos. Si bien agradecía la ayuda emocional que el le brindaba, ella nunca dejó que el pagara algo suyo, la compra de sus muebles en el pasado y cada centavo que gastó en ella cuando estuvo hospitalizada ella se los devolvió. Era simple, no quería deber nada a nadie porque ella era libre.

Eso a Carlos le molestaba, quería que ella algún día dependiera de él para poder manipularla pero ella no era un negocio como los que estaba acostumbrado a cerrar...

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