Días más tarde Daniel y Elizabeth se encontraron íntimamente, él venía a verla cada espacio libre que tenía, y desde que había sido secuestrada no habían podido encontrarse, había pasado más de un mes que no se habían amado, fue una noche apasionada, jamás vivida antes en la vida de ninguno, el fuego en esa habitación podía derretir los hielos continentales, fue maravilloso.
para Daniel que tenía el síndrome de asperger era difícil mantenerse mucho tiempo abrazado a alguien, cuando tenía intimidad terminado el acto se alejaba lo más que podía, pero con Elizabeth no tenía problemas, esa mujer no lo hacía sentir incómodo, por el contrario, necesitaba que ella estuviera cerca, no se cansaba de mirarla cuando ella dormía en sus brazos, era tan pequeña a su lado y su cuerpo tan hermoso que era tener una escultura entre sus brazos, cada vez el hombre frío desaparecía estando con ella, además pudo sentir distintas emociones que para él eran nuevas, la vez que ella contó su historia de su pasado pudo sencibilizarse.
De pronto recibe un llamado,
Ring, Ring.
Miró su pantalla y no respondió, por lo contrario decidió apagar su teléfono,
Eso le pareció raro a Elizabeth, por que no respondería si ella jamás preguntaba nada de su vida, sólo vivían el momento.
Elizabeth por su parte estaba enamorada de este hombre, no tenía miedo de admitirlo aunque nunca se lo había dicho a Daniel, no quería romper la magia de sus encuentros, dentro de ella lo sabía y lo admitía, no sólo a ella misma, quería conocer más de Daniel, quería visitar su ciudad para conocer dónde vivía él.
-Me gustaría conocer tu ciudad. ¿Puedo ir un día?
-Yo trabajo mucho, es mejor que no vayas.
-No te molestaré, solo un paseo por la ciudad.
-No, jamás vayas.
Su respuesta fue rotunda, su semblante cambió.
-Está bien esperaré a que un día me invites y te hagas el tiempo.
Carlos se había convertido en su amigo cercano, siempre estaba presente no sólo para ella, también para sus hijos, cada vez que viajaba por temas de la empresa, donde era exclusivamente presencial, el dejaba todo en perfectas condiciones para que a ella no le falte nada y también la dejaba protegida con guardias de seguridad, trataba de hacer su trabajo a distancia, nuevos proyectos de explotación de la empresa y luego solo iba a presentarlos y volvía para estar cerca de Elizabeth.
Ella le contó que quería conocer aquella ciudad, quería conocer donde había crecido y vivido su amor, él sólo cambiaba de tema, le decía, algún día irás, o solo dale tiempo, porque Daniel no lo tiene, siempre lo justificaba.
Sin embargo en sus palabras se encontraba cierto tono de tristeza, la guerra interior que tenía Carlos era inmensa, por un lado un amigo, compañero y jefe al que le debía fidelidad, por el otro la mujer que el amaba en silencio, con la que compartía muchas cosas pero sólo como amigo, ella no podía verlo más allá de eso, sentía la necesidad de sincerarse con ella, pero sería un puñal en la espalda para Daniel.
Había pasado un año, desde aquel día en que Daniel y Elizabeth se conocieron en el restaurante, Elizabeth seguía siendo una mujer exitosa en su trabajo, llevaba meses trabajando en el staff administrativo contable de una gran tienda textil. Cada vez que se presentaba un problema financiero ella tenía la idea y capacidad de solucionarlo, por eso iba ascendiendo en la empresa. Los niños eran muy inteligentes, en el colegio los mejores en su curso, el más grande estaba por cumplir siete años, el pequeño seis. Todo marcha bien en la vida, excepto que Daniel nunca da un paso más adelante en la relación, sigue siendo el mismo encuentro sin compromiso.
Llegó el día de verse, y por primera vez la iniciativa la tomó Elizabeth, ella ya había perdido vergüenza ante Daniel era una mujer libre en la intimidad, sin tabúes, el único límite era no sentirse cómoda con algo, o sentir dolor en alguna de las prácticas sexuales, todo lo demás estaba permitido entre ellos, eso hacía que Daniel la viera como única en el sexo ella se dedicaba a buscar un atuendo íntimo distinto cada vez que se encontraban, el esperaba ver la lencería sexi que ella buscaba y debajo de esas diminutas prendas que se ponía en la intimidad su cuerpo se veía encantador, Daniel se afiebraba con solo verla, y sentía un deseo implacable que se saciaba después de muchas horas de entrar en ella una y otra vez, además era la única que le despertaba sensaciones desconocidas.
Ella comenzó a besarlo tomando la iniciativa, luego hizo que se sentara en una silla y puso una música suave, bailó sensualmente mientras se despojaba poco a poco de su ropa hasta quedarse en lencería, Daniel no soportaba más el deseo de poseerla, ella era tan sexi en la intimidad, que no aguantó y la tomó en sus brazos casi en forma violenta y la penetro tan duro que ella gemia de placer, antes de llegar al clímax ella le pidió que se detuviera, quería hacer algo más, deseaba sexo oral y se lo practicó, y tuvieron una noche completa de placer hasta el amanecer. Daniel estaba en las nubes, esa mujer era todo lo que quería en su vida. A medida que pasaba el tiempo muchas parejas perdían el interés, pero ellos se deseaban más y más cada día...
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Comments
Mildred Álvarez
Se necesita estar en el zapato del otro para poder entender su condición,ambos se aman solo que él tiene trastorno de espectro autista en la etapa de Asperger y ellos son personas demasiados encerrados en su mismas,no socializan con todo el mundo,pueden verse exteriormente arrogantes,presumidos,insensibles,Pero son todo lo contrario solo que no lo saben exteriorizar.
2024-12-22
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Estela Aguiar
no demora en aparecer la infaltable piedra en el zapato eso segurísima estoy
2024-11-30
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Mildred Álvarez
Que bien se están conociendo mejor y acostumbrándose el uno al otro.
2024-12-22
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