La hora de enfrentar a Elizabeth

La transfusión fue un éxito, el pequeño ya estaba bien, no había peligro en el.

Daniel esperaba fuera de la sala de encubadoras, no se cansaba de mirar a su hijo, y cuando no estaba allí estaba esperando ver a Elizabeth a través de la puerta abierta.

La enfermera trajo el bebé para que Elizabeth lo alimentara

-Señora Elizabeth, aquí está Antony !!

- Antony?

-Si, su papá le dio el nombre cuando necesitó atención.

-su papá? Tratamiento?

Preguntó confundida, ella llegó sola y habían pasado días desde el nacimiento de su hijo, había estado inconsciente, y luego tenía pequeños momentos en que despertaba y tenía un vago recuerdo de que alguien tomó su mano durante el parto pero creyó que era sólo un sueño, había visto a su bebé una vez y no sabía de ningún tratamiento.

-Oh sí, su bebé tuvo una anemia severa provocada por la Incompatibilidad sanguínea entre usted y él.

La enfermera continuó diciendo..

-Antony necesitó una transfusión y fue su padre el donante.

-Su padre, estuvo aquí?

-Si, llegó tarde al parto, pero ha estado aquí desde entonces.

- Aquí y ahora?

Preguntó Elizabeth con sorpresa.

-Si, está afuera.

La enfermera le respondió saliendo de la sala, e indicándole a Daniel que podía pasar.

-Pase señor, es el momento del reencuentro familiar!

Dijo entusiasmada.

-Gracias señorita.

La voz afuera de la sala estremeció a Elizabeth,

Conocía muy bien a quien le pertenecía y habían pasado meses que no la había escuchado, desde que ella decidió no hablarle más, en el último llamado cuando ella cambió el número.

Daniel entró a la sala, la imagen era maternal, Elizabeth se encontraba sentada con Antony en sus brazos, su pecho descubierto amamantando al pequeño que estaba prendido a ella con desesperación. Esa imagen lo cautivó.

-Hola Elizabeth, tanto tiempo!

-Hola

Dijo casi temblando,

-Te sientes mejor?

-Si.

asintió ella.

Hubo silencio incómodo por mucho rato,

Ambos sabían que tenían mucho de que hablar pero no era el momento, ni el lugar indicado.

Este era el momento de estar junto a su hijo,

-Discupa Elizabeth, tuve que escoger un nombre para...

No sabía si decir nuestro hijo o el bebé.

-Para mí hijo.

Respondió Elizabeth,

-Antony Moreno.

Ella abrió los ojos y dijo

-Moreno? POR QUÉ ?

-Soy su padre y así corresponde.

- Pero es mi hijo!

Dijo Elizabeth con voz de pertenencia casi como una leona defendiendo a su cachorro.

Ella sintió miedo, jamás había compartido a sus hijos, eran sólo de ella, y ahora ese hijo pequeño, el único nacido de su vientre, no sólo tenía un padre biológico, también tenía el apellido de él

-Elizabeth, soy su padre, estoy dispuesto a responder por él, no sólo por él, también por ti.

¿Puedo cargarlo?

-Es que lo quiero en mis brazos, no pude disfrutarlo días anteriores.

-Entiendo, solo un momento y luego lo tendrás de nuevo en tus brazos.

-Ok

Ella pasó al bebé de brazo a brazo, con miedo pero sabía que Daniel tenía razón, Antony era hijo de los dos. Al mirarlos juntos sintió ternura, ellos eran idénticos, Daniel amaba a ese bebé desde que nació en presencia de él.

-Eres maravillosa! Me diste un hijo fuerte, enfrentó la vida con entereza,

Dijo Daniel, mirando a su bebé.

-Cómo fue el proceso? Lloró?

-No, fue todo un hombre

Respondió Daniel

El pequeño Antony sonrió con su cachetitos gorditos, parecía entender los cumplidos.

La enfermera ingresó a la sala, vio aquella imagen sin decir una palabra. Estaba cubierta completa, le pidió el bebé y le dijo.

-llevaré al niño a la incubadora.

Lo sacó del brazo del papá casi arrebatandolo, y se retiró.

Quedaron solos... En medio de un silencio intenso, podía oírse la respiración de cada uno, parecía que las palabras se habían terminado para ambos.

-Por qué le pusiste por nombre Antony?

Dijo Elizabeth rompiendo El hielo.

-Es mi primer Nombre, y tomé una decisión rápida.

-Gracias por salvarle la vida, me siento en deuda contigo.

Elizabeth sentía pesar, no le gustaba deberle nada a nadie, pero esta vez este acto era impagable.

Daniel miraba sus labios con deseo, después de todo él era hombre, la amaba, y había pasado mucho tiempo tratando de ubicar su paradero. De pronto los interrumpe una enfermera.

-vengo a buscar al pequeño, ya es hora de regresarlo a la incubadora...

-Pero la enfermera ya se lo llevó.

Dijeron ambos casi en coro.

-No señores, yo soy la enfermera de Antony, nadie más pudo venir a buscarlo.

Él corazón de ambos pareció haberse detenido,

-Sino fue una enfermera.. ¿Quien se lo llevó?

La enfermera salió de la sala apresurada sin responder y detrás de ella Daniel, Elizabeth que estaba aún delicada de salud no le importó y salió tras ellos en búsqueda del pequeño.

Más tarde revisando las cámaras de seguridad, ambos pidieron ver las cintas de ese día de distintas áreas y se pudo observar la imagen de una mujer que vestía de enfermera saliendo con su hijo en brazos. No podían identificarla fácilmente, la imagen no era nítida. Daniel se comunicó de inmediato con sus contactos la búsqueda se hizo de inmediato.

Quién querría llevarse al hijo del empresario más importate? Querían pedir rescate? Se llenaron de preguntas...

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