En el Reino de Oklank, nació un pequeño Dragón que más adelante sería fundamental en la vida de la hija del Rey, el pequeño Dragón fue abandonado por su madre y sólo quería que alguien lo adoptase, a diferencia de otros de su especie, el pequeño Dragón no sentía la necesidad de hacer el mal, y conforme iba creciendo se iba volviendo más bueno, se sentía muy triste por haber crecido sólo, y sobrevivia alimentándose de otros animales, aunque nunca intentó matar a los humanos, los aldeanos temían a los Dragones, y no sabían que éste Dragón estaba predestinado para hacer el bien.
En el Palacio del Rey Altimar reinaba la tristeza, su única hija, la Princesa Rodiana era terriblemente fea, pues tenía una enfermedad en la piel y toda su cara estaba hinchada por unos bultos apestosos, los médicos que la habían tratado desconocían el origen de su enfermedad, y el Rey estaba muy preocupado por ella, era su única hija, y con esa cara nunca encontraría ningún pretendiente ... Rodiana no era consciente de su fealdad, pues nunca se había mirado en un espejo, ya que el Rey había ordenado a sus lacayos que quitaran todos los espejos que había en Palacio, pero lo que no sabía la Princesa esque un día su vida cambiaría radicalmente.
A veces Rodiana salía de Palacio a horas intempestivas, así que el Rey se enfadaba con ella por no hacer caso de sus advertencias, y ella que era una muchacha rebelde hacía lo que quería.
Una noche en la que Rodiana no podía dormir salió del Palacio con sigilo para que su padre no la oyera, pero se alejó demasiado de los dominios del Rey y llegó a perderse, al ver que se había desorientado y no sabía volver a Palacio la entraron ganas de llorar, pero se contuvo, siguió caminando y sin saberlo se adentró en las Tierras donde vivía el Dragón, la bestia que dormía en una cueva se despertó al oír pasos que se acercaban, quién anda ahí? preguntó el Dragón, Rodiana que se había metido en la cueva buscando un lugar dónde cobijarse de la fría noche, empezó a sentir miedo, cuando oyó que alguien hablaba, el Dragón cada vez se acercaba más hacia dónde estaba Rodiana, y cuando ella lo vio aparecer se quedó petrificada, hola muchacha, qué haces en mis dominios?, no temas no te haré daño, dijo el Dragón, puedes hablar!! dijo Rodiana, y ante las palabras del Dragón, la Princesa se quedó más tranquila.
Mientras tanto en el Palacio del Rey estaban buscando a Rodiana, ya había amanecido y una doncella descubrió que no estaba en su habitación y se lo comunicó al Rey, entonces éste dio orden a sus lacayos para que salieran a buscarla por todo el Reino, y entonces encontraron a un pregonero por las calles que decía a voz en grito: Hay una Profecía que dice que hay un Dragón que habla, que tiene el poder de sanar, y que vendrá para curar a la Princesa Rodiana, uno de los lacayos fue a comunicar al Rey lo que había oído al pregonero, no sin antes buscar a la Princesa, preguntando a los aldeanos si la habían visto, ante las negativas de la gente él y otros lacayos que también la buscaban volvieron al Palacio para decirle al Rey que no la habían encontrado.
Nadie se imaginaba que la Princesa se hubiera introducido en las Tierras del Dragón, en cuanto el rey escuchó a su lacayo decir que había una Profecía de que un Dragón podía curar a su hija... Al Rey se le iluminaron los ojos, al fin tenía un poco de esperanza y deseaba más que nada en el mundo que ese Dragón apareciera.
Rodiana seguía en la cueva del Dragón, pero esta vez estaba muy serena, ya que la bestia la invitó a introducirse más en su morada y acabaron charlando como si fueran amigos, pensaba que los Dragones erais temibles e ibais destruyendolo todo, dijo Rodiana, ummmm mis antepasados eran así... como tú dices, pero yo nací con un don especial y mi misión es hacer el bien, también puedo curarte, y devolverte la belleza, respondió él Dragón, tan fea soy? dijo Rodiana, nunca me he mirado en un espejo, en el Palacio no hay ninguno...no te preocupes, eso va a cambiar, contestó el Dragón, deberías volver ya al Palacio, tu padre estará muy preocupado por ti, tienes razón, dijo la Princesa, pero nunca me había alejado tanto del Palacio y ahora no sé si sabré volver..., yo te llevaré al Palacio, respondió él Dragón, y así fue como la Princesa montada a lomos del Dragón volaron hacia los Dominios del Rey.
Los guardias que custodiaban el Palacio vieron aparecer al Dragón y a la Princesa, y fueron a informar inmediatamente al Rey.
El Rey al saber que su hija venía con el Dragón ordenó a sus guardias que llevasen al Dragón y a su hija ante su presencia, Rodiana al ver a su padre corrió a abrazarlo, lo siento, dijo ella, no volveré a escaparme de noche, eso espero Rodiana, contestó el Rey, me alegra que estés a salvo, y la Princesa se fue a sus aposentos después de despedirse de su amigo el Dragón, y el Rey dio las gracias al Dragón por haber traído a su hija al Palacio, puedes curar a mi hija y hacerla bella? preguntó él Rey al Dragón, Claro que puedo, respondió éste, pero tiene que ser en el día de su próximo cumpleaños, y así acordaron que el día en que la Princesa cumpliera 18 años el Dragón iría al Palacio para cumplir su promesa, cuando ese día llegó, el Dragón cumplió lo prometido y la enfermedad de la piel que sufría la Princesa desapareció, y también hizo que su cara se volviese de una espectacular belleza, y entonces se dio a conocer por todo el Reino que la Princesa se había transformado en una joven de inusual belleza, y hubo muchos príncipes de otros reinos que acudieron al Palacio del Rey para pedir su mano, pasado un tiempo Rodiana se casó con un guapo príncipe y fueron muy felices, y el Dragón quedó satisfecho de su buena obra.
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