La Cabaña

Oscar y Pablo decidieron hacer una escapada a las montañas, ellos eran Alpinistas y les gustaba el riesgo como forma de vida, y también la aventura, que era su máxima sensación de disfrutar de la vida, aunque también iban en busca de un lugar imposible...

Aquél día decidieron que irían de escalada a los Alpes y tenían todo el fin de semana para vivir aventuras, al menos es lo que pretendían.

Cogieron sus mochilas donde llevaban todos sus bártulos para la escalada, y los dejaron en el coche dispuestos a marcharse.

Los dos amigos pese a su juventud ya tenían experiencia en escalar, pero aún así sus padres no dejaban de preocuparse por ellos, por sí les pasaba algo, lo cual era normal, ya que por mucha experiencia que se tenga siempre puede surgir algún contratiempo.

Cuando se dirigían de camino hacia los Alpes, Pablo iba pensando en la misteriosa cabaña situada en la cumbre de la montaña llamada Monte blanco, ya que había leído en un libro que la cabaña era una especie de máquina del tiempo y que cuando entrabas en ella te encontrabas en otra época y lugar, y a los chicos les picó la curiosidad y querían comprobar si todo aquello era cierto, o por el contrario sólo eran patrañas, ya que en el libro se confirmaba que la cabaña en realidad sí existía, y no era un cuento inventado.

Estaban llegando a su destino por una carretera con muchos baches y de pronto se les pinchó una rueda, sólo nos faltaba ésto!! gruño Óscar, supongo que llevarás una rueda de repuesto, dijo Pablo, si claro, respondió Óscar, ahora la cambio, el incidente les entretuvo un buen rato pero finalmente llegaron a los Alpes.

Empezaron a sacar del coche todos los utensilios que necesitaban para escalar, y ya bien equipados iniciaron el ascenso por la montaña Monte blanco, que era la que tenía mayor altura de toda la cadena montañosa.

Después de mucho esfuerzo por fin llegaron a la cima de la montaña, y pudieron divisar no muy lejos de donde se encontraban, la cabaña que buscaban.

Bueno... por fin llegamos!!, dijo Óscar

ya tenía ganas!! respondió Pablo, y se dirigieron hacia la cabaña que tenía una apariencia bonita en su exterior,

cuando entraron esperaban encontrarse un lugar normal y corriente, y no lo que estaba a punto de suceder...

El escenario que se veía en el interior de la cabaña, era el de una Taberna, y estaba llena de hombres y mujeres vestidos con ropas antiguas

waooooo dijo Óscar dónde estamos?

no lo sé, respondió Pablo, pero está claro que en otra época distinta.

La gente de la Taberna se les quedaban mirando de forma extraña, de dónde han salido éstos dos? vaya pinta tienen!! ,dijo uno de ellos, pero había un hombre que les miraba fijamente sin mostrar ni un atisbo de asombro. El hombre se acercó a ellos y les invitó a su mesa a beber.

Gracias, dijo Pablo, pero usted no parece sorprenderse de nuestra presencia..., Dónde estamos? preguntó Óscar, el hombre les miró fijamente y respondio: dónde creen que están? la cabaña es una máquina del tiempo, pero eso ustedes ya lo sabían, no?, pero quién es Usted? preguntó Óscar, soy el Creador de la cabaña, o Máquina del tiempo, como prefieran llamarla, viajo continuamente en el tiempo por diversión y si puedo...procuro cambiar los acontecimientos de la historia de los diversos lugares a los que viajo.

Vayaaaa!! se sorprendieron los dos

amigos, no esperábamos conocer a su creador, dijo Pablo, y dígame...habló Óscar, en que siglo estamos?, En Francia en el siglo XVII, respondió él hombre, los chicos le preguntaron al hombre como podían volver a su época, y el hombre les dijo que eso sería algo más difícil...

pero... disfruten de su estancia en éste siglo, les dijo, hay mucho que ver por aquí....

ya hemos visto suficiente, gracias, respondieron los dos, sólo queremos volver, vinimos aquí por curiosidad y para comprobar que todo lo que leímos en su libro era cierto, y ya estamos conformes, así que...si es tan amable de decirnos como podemos volver, ahhh así que leyeron mi libro...bien, respondió él hombre, primero tienen que encontrar un camafeo, éste objeto tiene el poder de devolverles a su época, deberían saberlo si leyeron mi libro, no..no...lo leímos balbucearon los dos, gran error, respondió él hombre, viajar en el tiempo es muy fácil, basta con entrar en la cabaña, pero volver no lo es tanto...bueno...les deseo suerte, espere!!! dijo Óscar, y dónde puede estar?, yo no lo sé, contestó el hombre canturreando, y salió de la Taberna.

En menudo lío nos hemos metido!!, dijo Pablo, no vamos a poder volver!!, deberíamos haber terminado de leer el libro completo, y qué hacemos? sugirió Óscar, no nos queda más remedio que buscar el dichoso camafeo.

Los dos amigos se fueron de la Taberna sin saber por dónde empezar a buscar el objeto que les llevaría de vuelta a su época, cuando salieron de allí, en la calle había un mercadillo con multitud de puestos, en la mayor parte de ellos vendían fruta, pero también había otros donde poder comprar joyas y variados objetos.

Empezaremos buscando por los puestos, dijo Pablo, y Óscar asintió.

Después de estar mirando por los puestos, dieron con uno que les llamó la atención....en él se vendían diversas alhajas, y también varios colgantes de camafeo, el problema era que había unos cuántos y no sabían si sería alguno de ellos...

Preguntaron a la mujer del puesto a ver cuál de ellos les recomendaba, es para hacer un regalo, dijo Pablo a la mujer del puesto, todos son muy bonitos, respondió ella, pero éste es especial...y cogió uno que a Óscar le pareció el más bonito de todos, es muy caro? preguntaron, por la expresión de sus rostros la mujer dedujo que no llevaban suficiente dinero para comprar el camafeo, ummm, tomadlo como un regalo, respondió ella, muchas gracias!! respondieron los chicos, y se fueron del mercadillo esperando que fuera el camafeo que buscaban, y ahora... como funcionará? habrá que frotarlo...o algo así? dijo Óscar, no se nos ocurrió preguntarle a ese hombre como funcionaba el camafeo, pero tuvieron suerte, nada más mencionarle el hombre de la Taberna se presentó ante ellos, los chicos se llevaron un susto tremendo, pues no sabían de donde había aparecido de repente aquel hombre, ya veo que lo habéis encontrado, dijo, después de todo tampoco era demasiado difícil...sólo tenéis que pasar suavemente el dedo pulgar por la figura tallada, y al momento el camafeo os dejará en el mismo lugar dónde estabais antes de entrar en la cabaña, y los chicos así lo hicieron, de pronto surgió un resplandor, y volvieron al mismo lugar, la cumbre de Monte blanco.

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