El Museo de Cera

En un antiguo Caserón de la época colonial habitaba Maldoth un viejo huraño y malhumorado que vivía completamente aislado de la sociedad, sólo se dirigía a hablar con sus criados tratandolos de forma despectiva, el viejo era asquerosamente rico, y poseía un Museo de cera donde poder ampliar su colección de figuras, sentía una obsesión desmesurada por su Museo y pasaba largas horas en él tratando de encontrar la forma de que fuese el más importante y prestigioso reconocido en todo el mundo, pero señor... le dijo un día su mayordomo, como quiere que la gente conozca su impresionante Museo si no lo promociona? Nadie sabe de su existencia porque está ubicado en un lugar demasiado aislado donde no se acerca nadie, si quiere que su Museo sea el más prestigioso del mundo debe darlo a conocer...

ummm tienes mucha razón respondió Maldoth, la gente debe conocer mi gran Museo de cera, el mejor de todos los que existen...ningun otro tiene la magia de mi Museo, el Mayordomo no sabía a qué se refería con lo de la magia, pero tampoco le preguntó a su señor.

Al día siguiente Maldoth hizo llamar al resto de sus criados para que se encargasen de poner carteles por toda la ciudad de Londres anunciando su precioso y querido Museo, pero también quiso que se conociera en todos los países del mundo y que los turistas viniesen a verlo, una de sus criadas, la más joven de todas las mujeres que le servían le sugirió poner una foto de su Museo por Internet y así se enterarian en todo el mundo para que fueran a visitarlo, no hacía ninguna falta ir pegando carteles por toda la ciudad, buena idea, le dijo Maldoth a su criada, yo estoy viejo y no entiendo de esas cosas de Internet, así que ocúpate tú de publicarlo, espero que tenga éxito, así se hará respondió la criada y se alejó de la estancia para ponerse manos a la obra. Después de todo el despliegue promocional que se hizo del Museo la gente empezó a interesarse por conocerlo, y empezaron a venir de diferentes países, ya no sólo por conocer el Museo en sí, sino más bien fue por la ubicación donde se encontraba...quién había construido semejante obra de arte en mitad de un bosque donde nadie se aventuraba a ir por las leyendas que de él se decían?, la gente del lugar contaba historias de que en el bosque vivían Duendes y hadas malvados, y las personas que se atrevían a introducirse en el bosque nunca volvían, y esas leyendas comenzaron cuando se construyó el Museo de cera, pero hay mucha gente también que le atrae el misterio y la aventura y por esa razón la publicidad que se le dio al Museo tuvo tanto éxito.

Empezó a llegar gente de todos los países ansiosos por conocer el misterio del Museo de cera y del porqué fue construido en lo más profundo de un bosque encantado, la ubicación del Museo no era fácil de encontrar por lo que a los turistas se les proporcionaba una visita guiada hacia el lugar donde se encontraba dicho Museo, y lo más curioso esque podían visitarlo completamente gratis, ya que no se les cobraría la entrada al interior del Museo, eso era lo más extraño....los criados de Maldoth al saber que la entrada al Museo sería gratuita se sorprendieron , pues Maldoth no destacaba precisamente por ser un hombre generoso, y además era todo demasiado raro... cierto que a Maldoth no le hacía ninguna falta el dinero pero daba que pensar que allí había algo que no cuadraba, el Mayordomo se quedó pensativo...qué se traerá éste viejo entre manos... me da muy mala espina...

Estaban llegando los primeros autocares de turistas al bosque y fueron guiados hacia dónde se encontraba el Museo por el Mayordomo de Maldoth, los turistas ya habían bajado del autocar y pudieron percibir que en el bosque se respiraba algo siniestro.

Uyyy que malas vibraciones me da éste lugar dijo una de las turistas, tienes miedo? le respondió su compañero de viaje, uhhhh exclamó intentando asustarla más, qué tonto eres dijo ella, vamos o nos quedaremos atrás!!, siguieron a los demás y tardaron una hora en llegar al Museo, cuándo por fin se alzó ante ellos quedaron asombrados de lo impresionante que era la fachada, y el interior es aún más magnífico concluyó el Mayordomo de Maldoth, siganme!! dijo.

Los turistas siguieron al Mayordomo hasta la entrada, aquí les dejo, como ya saben no tienen que pagar entrada, así que me quedaré merodeando por los alrededores del bosque y en dos horas estaré de nuevo en la puerta de entrada para indicarles de nuevo el camino de regreso al autobús, ese tiempo es el que se necesita para recorrer todo el Museo, Adiós, dijo,

ok, respondieron todos los turistas y entraron en el interior del Museo de cera.

Waoooo exclamaron, es mucho más impresionante por dentro que por fuera, es enorme de grande, no quisiera perderme por aquí...señaló uno de los turistas, y comenzaron con su recorrido admirando toda la belleza, tanto de la construcción como de las figuras de cera, Dios!!! parecen tan...reales...dijo uno de ellos, cierto, respondió otro, son demasiado sublimes estas obras de arte.

Mientras, el Mayordomo mataba el tiempo haciendo fotografías con la cámara de fotos que había traído consigo, el paisaje del bosque era espectacular y él se entretenía en fotografiar pájaros, ardillas y cualquier otro animal que encontrara, así pasó el tiempo y miró su reloj que le indicaba que debía regresar otra vez a la entrada del Museo, ya que habían pasado dos horas desde entonces.

Llegó diez minutos más tarde de la hora y le extrañó que los turistas no estuvieran esperandole fuera del Museo, esperó otros cinco minutos más y al ver que no salían decidió entrar a buscarlos, quizás se han desorientado pensó, éste Museo parece un laberinto...nada más entrar pudo comprobar que allí no había absolutamente ninguno de los turistas, sin embargo juraría que las figuras de cera habían aumentado en número, qué raro antes no había tantas...y se acercó un poco más a las figuras con mirada desconcertada, en sus rostros pudo reconocer a algunos de los turistas, el Mayordomo se asustó, qué es lo que pasa aquí!!!?? dijo, y salió corriendo del lugar.

Toda la historia comenzó cuando se acabó de construir el Museo de cera, Maldoth fue a visitar su Museo para ver como había quedado, por supuesto por aquél entonces todavía no había ninguna figura de cera ya que sólo habían terminado la fachada y el interior del Museo y cuándo Maldoth observaba con detenimiento

su obra de arte... De repente apareció por allí un Duendecillo pequeño...

Maldoth!!! le llamó el pequeño Duende

Maldoth al escuchar su nombre palidecio ya que creía que se encontraba sólo...

Quién anda ahí? dijo

Estoy aquí!!! gritó el Duendecillo, pero Maldoth miraba a un lado y a otro sin ver a nadie, entonces el Duende se hizo visible a los ojos de Maldoth, el Duende que era un ser pequeñito empezó a crecer hasta convertirse en un gigante, asustando a Maldoth,

Quién eres?, preguntó, qué quieres? dijo

Soy un Duende y te voy a proponer algo que no vas a poder rechazar.

Te gustaría llenar éste Museo de figuras reales? continuó él Duende

Me gustaría que mis figuras de cera resultasen lo más reales posible, respondió Maldoth.

Pues así será, dijo el Duende, todo visitante que venga a ver el Museo y permanezca más de una hora aquí, quedará atrapado convertido en figura de cera,

queeee!!? respondió Maldoth, pero el Duende ya había desaparecido.

Así fue como algunas personas atraídas por las leyendas que se contaban, se adentraron en lo más profundo del bosque y encontraron el Museo de cera, cuyas puertas siempre estaban abiertas.

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