Era un día cálido de primavera cuando Elisa se encontraba de vacaciones en Venecia, la ciudad romántica italiana siempre le había parecido un lugar especial para el amor, ella actualmente estaba sin pareja pero tampoco echaba de menos la compañía masculina porque últimamente la preocupaban más otras cosas. Paseaba por las calles de la ciudad sumida en sus pensamientos, tan distraída iba que tropezó con un chico que pasaba a su lado, perdón se disculpó Elisa, no pasa nada respondió el chico, ella siguió su camino y se encontró con una vendedora ambulante, compreme un perfume por favor le dijo la mujer a Elisa, está bien, dígame cuál me recomienda, y la vendedora sacó de una cesta un frasquito de color morado y le dijo a Elisa: Éste perfume es especial y tiene magia. Ah sí?... La chica pensó que la mujer estaba loca, y que tiene de particular ese perfume? dijo, la vendedora respondió que la fragancia actuaba según el carácter de la persona, si era de buen corazón el perfume le otorgaría un precioso don, no envejeceria jamás con el paso de los años, si por el contrario el frasquito mágico caía en manos de una mala persona actuaría de diferente forma, se aceleraria el proceso de envejecimiento tan rápidamente que llegaría a morir ese mismo día. Elisa no daba crédito a lo que estaba oyendo, definitivamente la vendedora estaba mentalmente desquiciada, pero hizo caso omiso a lo que le contó y le compró el perfume, gracias respondió la mujer, usted parece una buena persona, que tenga suerte, y la joven también se despidió de ella. Se terminaron las vacaciones de Elisa y regresó a Madrid su ciudad natal, se le hizo muy breve su estancia en Venecia, pasó allí una semana pero le gustó conocer un poco la ciudad, siempre le había atraido Italia y pensó en volver en otra ocasión para conocer otras ciudades del país. De vuelta a la normalidad llegó a su apartamento agotada del viaje y se dispuso a deshacer el equipaje, después se tendió en la cama sin desvestirse y se quedó profundamente dormida. Cuando despertó recordó que tenía que seguir escribiendo su novela ya que se estaba consagrando como una escritora de gran éxito, había publicado varias novelas y la editorial le había puesto un plazo de entrega que ya iba a finalizar. Se acordó del perfume que había comprado en Italia y no había sacado de su bolso, lo puso en un estante del cuarto de baño y esperó al día siguiente para perfumarse cuando estuviera recién duchada. Amaneció con un sol radiante lo que significaba que iba a ser un buen día con una temperatura agradable como era típico en primavera. Ya había completado su última novela e iba a cogerse el día libre para disfrutar del buen tiempo, se dio una ducha rápida y se arregló para salir con una amiga, se puso el perfume, ummm que bien olía!! nunca tuve una fragancia tan divina, pensó, al poco rato Isabel su amiga llamó a su puerta. Hola!! dijo, estás estupenda Elisa, se nota que te han sentado bien las vacaciones en Venecia, si, respondió ella, siempre es bueno tomarse unos días de relax para volver con más energía, pero... y ese perfume que llevas puesto, que bien huele!!, a Isabel le había encantado su olor y no era una persona fácil de complacer sino todo lo contrario, Elisa sonrió, pues con lo exigente que eres para todo celebro que te guste, respondió, se lo compré a una vendedora ambulante, la mujer se veía muy necesitada y me dio pena, pero ahora pienso que es el mejor perfume que he tenido, por supuesto que sí, respondió Isabel, vas a enamorar a todos los chicos!! jajaja se rieron las dos y se fueron del apartamento con la intención de hacer algunas compras y visitar algún museo, ambas eran amantes del arte y cuando tenían tiempo libre lo pasaban juntas visitando los cuadros de todos los pintores contemporáneos, terminó el día y las dos se fueron a sus respectivos apartamentos satisfechas de haberlo pasado bien. Se preparó la cena y se puso a ver una película de misterio que emitían en la televisión, acabó mediodormida y fue a acostarse. A la mañana siguiente se arregló para salir a la librería donde habitualmente solía firmar sus novelas a todos sus seguidores, no sin antes ponerse un poco de perfume antes de salir. Estaba llegando a la librería cuando le pareció ver a la mujer que le vendió el perfume en Venecia...Vaya!! el mundo es un pañuelo, se dijo. Pasaba el tiempo y Elisa no envejecia, todos los que la conocían se admiraban de su apariencia porque habían pasado diez años y ella seguía igual de joven, hasta ella se dio cuenta de que no había perdido ni un ápice de su frescura juvenil. Será cierto lo que me dijo aquella mujer? se preguntó, había una fila inmensa de gente esperando a que les firmara su novela más exitosa, El jardín del Edén y cuando terminó de atender a sus fans se sintió agotada, llevaba prácticamente todo el día en la librería firmando y cuando acabó su tarea volvió otra vez a su apartamento, iba de camino cuando notó que una mujer iba como mareada a punto de desmayarse, Elisa se acercó a ella y preguntó: la puedo ayudar?, no sé qué me pasa dijo la mujer, estaba bien y de repente me he encontrado mal, entonces Elisa olio en la mujer esa fragancia tan inusual...que era el mismo perfume que llevaba ella, y allí delante de sus ojos la mujer fue envejeciendo cada vez más deprisa, hasta desplomarse y desaparecer sin dejar rastro. Elisa gritaba de la impresión que le causó haber presenciado tal escena. No muy lejos de allí la vendedora de perfumes observaba el terrible final.
FIN
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