Los crímenes del karaoke

Alberto acudía como cada viernes por la noche al karaoke donde era cliente habitual, siempre iba sólo pero sus amigos le esperaban allí, pensaban pasárselo bien como cada fin de semana, charlando, bebiendo cubatas, y cantando a voz en grito, esa noche el local estaba completamente lleno de gente y además había concurso de karaoke, así que la noche se presentaba de lo más entretenida. Los camareros no paraban de ir de una mesa a otra sirviendo las bebidas a su clientela.

Alberto salió un momento a la calle para echarse un cigarrillo y contempló el cielo estrellado, era una noche especial porque de un momento a otro empezaría la lluvia de estrellas y Alberto disfrutaba viéndolo. Ya empezaban a caer de forma masiva y cuando terminó volvió a entrar en el local para reunirse de nuevo con sus amigos. Esperaban ansiosos a que empezara el concurso de karaoke, a la espera de ver quién era el afortunado ganador o ganadora. Alberto sabía que no iba a ganar ya que se presentaba anualmente a dicho evento y nunca le tocó el premio, pero a él le gustaba participar de igual forma, y sus amigos Carlos, Pedro y Antonio pasaban bastante de concursar porque preferían reírse sólo como espectadores, el regalo consistía en bebida gratis durante toda la noche a quién le tocase. Los libros de canciones ya estaban en sus respectivas mesas y los participantes se disponían a elegir la canción que mejor podían interpretar, que aunque no eran temas muy actuales servían de todas formas como divertimento, pero algo extraño pasaba...todos los que se quedaron mirando las letras de las canciones parecían estar hipnotizados, Alberto también entró en estado hipnótico al mirar una de sus canciones favoritas y sus amigos se asustaron al ver que no reaccionaba y observaron que a muchos de los allí presentes les pasaba lo mismo, qué ocurría? Al cabo de un rato salieron de su estado y volvieron a la normalidad todos al unísono y entonces vieron como las letras de los libros tililaban irradiando una luz fosforescente que acabó convirtiéndose en fuego y todos los que sostuvieron el libro en sus manos quedaron carbonizados, los demás empezaron a gritar llenos de espanto al contemplar tan horroroso espectáculo, los amigos de Alberto no podían creer que estuviese muerto y abrasado, lloraron desesperados y salieron corriendo del local empujandose unos a otros. A la mañana siguiente alguien dio parte a la policía que se presentó al poco tiempo en el karaoke, cuando entraron en el interior pudieron comprobar que de los cadáveres calcinados ya sólo quedaban los esqueletos, pero que ha pasado aquí? preguntó uno de los policías, un olor a carne quemada era lo único que quedaba de aquél macabro crimen, en ese momento escucharon un sonido chirriante que provenía del interior del local y también unos pasos que se oían cada vez más cerca..., los policías alertados de que el asesino todavía podría estar en el karaoke, prepararon sus armas por si en cualquier momento había que disparar... De pronto hubo un silencio sepulcral, no se oía el menor ruido... pero de repente apareció de detrás de una columna un ser sobrenatural con una apariencia espeluznante, sus ojos eran luminosos y se quedó mirando fijamente a los policías un breve instante, Alto ahí!! dijo uno de ellos, las manos arriba!!!, se quedaron sorprendidos ante la inesperada aparición ya que no esperaban que el criminal no fuese humano, pero la temible criatura no les hizo el menor caso y empezaron a dispararle continuamente sin éxito alguno, las balas rebotaban de su cuerpo que parecía una coraza y ni siquiera le producían ninguna herida. Antes de que los policías se dieran cuenta de su inútil ataque, el ser sobrenatural fijó sus ojos en ellos y de sus pupilas salieron rayos de fuego que terminaron por matarlos, dejándolos completamente quemados, el extraño ser se dirigió hacia sus presas y comenzó a devorar su carne abrasada. Cuando acabó de darse el festín salió a la calle y observó el cielo esperando que vinieran a recogerle, al poco tiempo una estrella fugaz absorbio al siniestro visitante que partió hacia su lugar de origen.

FIN

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