El Colgante maléfico

Miranda se encontraba frente al espejo de su casa arreglandose para salir hacia su oficina, ella trabajaba como secretaria en un bufete de abogados y se consideraba buena en su trabajo, se le estaba haciendo tarde y salió corriendo de casa, era una mañana cálida y soleada y con las prisas llego jadeando a la oficina. Buenos días, saludo a su compañera Clotilde, hola Miranda, sabes que tenemos nuevo jefe? No lo sabía respondió, Armando ha muerto de un infarto de repente dijo Clotilde, una lástima porque era un buen jefe y buena persona, ohhh dijo Miranda, que pena...me ha sorprendido su muerte, ya nos avisarán para el entierro dijo Clotilde, ok, respondió Miranda, entonces estamos sin jefe?, mañana llegará el sustituto añadió Clotilde, y se pusieron a trabajar las dos de inmediato.

Cuando acabaron su turno se fueron juntas hacia sus respectivas casas ya que vivían muy cerca la una de la otra. Miranda se encontraba abriendo la puerta de su piso cuando reparó en un pequeño regalo que alguien había dejado en su felpudo. Qué raro.... quién me habrá dejado esto, si ni siquiera es mi cumpleaños, se encogió de hombros y tomó el regalo, nada más entrar por la puerta se apresuró para abrirlo, waooo que hermoso es!! exclamó, la cajita contenía un precioso colgante de bisutería con piedras semipreciosas incrustadas, es realmente bonito!! pensó. Se puso el colgante para ir a la oficina y Clotilde la dijo: oye, es precioso!!, por cierto continuó, ya ha llegado el nuevo jefe, es un bombom ya veras...en ese momento apareció Ricardo el sustituto y Miranda se le quedó mirando embobada, si que es guapo!! se dijo, y se saludaron mutuamente. Como tenían exceso de trabajo tuvieron que hacer horas extras pero no quedaba más remedio. Terminada su jornada se fue a ver el mercadillo medieval que había en la plaza, pasó por delante del puesto de una pitonisa, ella no creía en las artes adivinatorias pero pensó que podría ser divertido.

Hola, señorita le dijo a Miranda la pitonisa, quiere ver su futuro?, si, respondió ella, acababa de sentarse en la silla que había enfrente de la pitonisa cuando está reparó en el colgante que Miranda llevaba al cuello, con cara de susto le dijo: le aconsejo que se deshaga de ese objeto, cual? mi colgante? respondió ella, si, dijo la pitonisa le traerá una gran desgracia porque está maldito, Miranda enfadada por las palabras de la pitonisa se levantó de su asiento y se marchó, Vieja loca!! pensó.

Anduvo un buen rato más por otros puestos que allí había cuando se encontró con su flamante jefe, vaya!! dijo Ricardo, que casualidad!!, hola, respondió Miranda alegrandose de verle, Ricardo invitó a Miranda a tomar un refresco en una cafetería y ella aceptó con mucho gusto, conversaron animadamente y el tiempo pasó rápidamente, se dieron cuenta de que ya era tarde... pero Miranda le invitó a cenar en su casa, oye... le dijo, sé que acabamos de conocernos y a lo mejor te puede parecer muy precipitado...o si quieres lo dejamos para otro día, no te preocupes dijo Ricardo esta noche me viene perfecto!!. Miranda era una excelente cocinera y su jefe pudo apreciar sus buenas dotes culinarias, lo cierto esque a Miranda le gustaba mucho su jefe y a él también parecía gustarle ella, como al día siguiente era domingo y no trabajaban se tomaron la noche sin demasiada prisa. Bebieron más de lo necesario y al final con tanto alcohol perdieron el control y la atracción fue mutua, acabaron en la cama besándose con furia, y cuando acabaron de entregarse del todo...en ese preciso instante Miranda se estaba transformando en un demonio alado, Ricardo gritaba de espanto al ver lo que sucedía y en ese momento ella le rajó la garganta con sus largas y afiladas uñas, él murió al instante dejando las sabanas manchadas de sangre, a la mañana siguiente Miranda volvía a ser normal, de hecho no recordaba nada de lo que ocurrió la noche anterior, el cuerpo de Ricardo había desaparecido y tampoco había sangre, nada que pudiera probar que allí se había cometido un crimen.

La maldición del colgante se había cumplido: toda aquella persona que lo llevara puesto sufriría la transformación sin recordar nada de lo sucedido pero sólo pasaba en el momento en que la mujer intimara con algún hombre, cuando Miranda supo que su jefe había desaparecido y la policía lo estaba investigando no supo qué pensar del asunto, esa noche mientras dormía empezó a recordar lo que había hecho como si fuera una pesadilla y se despertó sobresaltada.

FIN

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