-Mañana es El Juego del Laberinto de Averno, irás con nosotros -afirma Bentley
-¿Y si no quiero ir?
-De todos modos irás
Aprieto mis manos con fuerza para que no empiecen a temblar. Las sacudo con brusquedad y me giro para mirar a Bentley.
-De acuerdo
-Mi padre ha comprado algo especial para ti
-¿Qué?
-Llegará mañana por la mañana
-Okey
-Buena noche Daelyn y gracias por curar mi herida
-Descansa Bentley
Me da una última mirada y se da vuelta para salir de mi habitación llevándose con el todas las armas.
Me doy una ducha rápida para relajar los músculos que se contraían cada vez que recordaba el nombre de ese asqueroso evento al que mañana asistiría.
Me pongo una pijama de seda y me recuesto en la cama de sabanas blancas. Trato de cerrar los ojos para dormir pero no puedo, así que me paso toda la noche girando, cambiando de posiciones completamente inquieta.
Hasta que en la madrugada me paré a hacer ejercicio y después a meditar un poco, para tratar de controlarme, esto iba a salir mal, muy mal.
***
A primera hora de la mañana, llegó una mujer con mi dichosa sorpresa que consistía en un vestido rojo sangre que me daría arriba de la rodilla, una capa de piel de conejo, junto con unas botas negras que me daban hasta la rodilla de tacón alto. También me entregó un broche de oro con cristales rojos para el cabello y un set de maquillaje con mis tonos que combinan con mi piel.
-Gracias -le digo a la mujer con una sonrisa
-Suerte -dice sonriendo amistosamente y se va sin decir nada más
Me doy otra ducha está vez un poco más larga y después me envuelvo en una toalla. Salgo a la habitación y me doy un susto de muerte cuando veo a Bentley ahí parado.
-Perdón, no quería asustarte -dice riendo
Si no fuera tan lindo riendo de la forma en la que lo está haciendo ahora mismo le saltaría encima golpeándolo por asustarme de esa manera.
-¿Qué haces aquí? -digo mientras me aferro a la toalla que cubre mi cuerpo desnudo
-Quería saber si ya te habían llegado las cosas
-Sí, ya me han llegado
-Okey -se levanta de la cama pero sujeta con firmeza su herida de bala y no se me escapa la pequeña mueca de dolor, que a pesar de ser ligera está presente
-¿Qué ha pasado? -le pregunto preocupada
-He cometido una estupidez y la herida me duele
-¿Que clase de estupidez?
-Una estupidez simplemente
-Siéntate voy por el botiquín
Amarro con firmeza la toalla y voy hasta donde esta Bentley, le ayudo a quitarse la camisa y veo que no solo la herida le está sangrando sino que también hay varios moretes en todo su abdomen.
-¿Qué te ha pasado? -le pregunto horrorizada
-No preguntes, solo ayúdame -susurra
Comienzo a limpiar la herida y luego unto un desinflamatorio en gel para las hematomas que adornan su piel en tonos verdosos y morados.
Lo miro a los ojos y él está mirándome sin perder ninguno de mis movimientos.
-¿Qué? -me dice
-¿Ha sido tu padre?
-Daelyn...
-¿Ha sido tu padre?
-No tengo porque darte explicaciones -dice bruscamente
No puedo evitar sentirme mal, no me gusta que un padre le pegue a sus hijos, por muy hombres de poder, no tienen derecho a lastimarlos, en ningún aspecto, no física ni psicológicamente.
-¿Vas a llorar?
Niego con la cabeza agachándola y terminando de curarlo con cuidado.
-Mírame Daelyn
-Estoy bien -susurro con el nudo en mi garganta
-No llores
-Tranquilo, no lo haré -susurro con mucha más dificultad
-Estoy bien, estaré bien lo prometo -dice mientras toma mi rostro con gentileza y lo alza para que pueda verlo
-De acuerdo... -le digo con ojos llorosos
-Ha sido mi culpa, yo lo he provocado, he sido imprudente
-No tiene derecho a golpearte de esta manera, estás herido y sabe que no vas a defenderte porque es tu padre
-Yo me lo busque
-Ninguna causa es suficiente para que te trate de esta manera
-No lo conoces Daelyn
-Lo conozco lo suficiente para saber la clase de basura que es
-Es mi padre y te exijo que lo respetes
-Voy a respetarlo cuando se lo gane, mientras no
Me levanto y voy al baño para guardar el botiquín, tirar los guantes y lavarme la cara. Trato de controlar el coraje y la tristeza que brotan de mi ser, no puedo dejarme llevar por los sentimientos.
-Gracias por curarme -dice en susurro desde la puerta del baño
-No es nada, puedes volver cuando quieras, no voy a ir a ninguna parte
-Seguramente Pavlov sabe lo que es ser un primogénito, futuro Mr. de la familia de mafiosos
-Seguramente -susurro
-Entonces no finjas que me entiendes, porque no lo has vivido, no sabes la presión que hay sobre mis hombros, al más mínimo error tengo que ser reprendido
-Para eso existe el dialogo -lo enfrento -No es justo que él pueda golpearte y tu tengas que fungir la función de un costal de boxeo que no puede responder a su agresión
-Estás cruzando el limite
-Bien no diré nada más, pero estás mal por permitir que te traten de esta manera, mereces respeto Bentley y si tu no te das a respetar nadie lo hará por ti
-¿Y tú qué? ¿Acaso tu familia te respeta?
-No, nadie de mi familia lo hace -digo con las lágrimas en mis ojos -Nadie
-¿Y entonces por qué vienes a decirme todo eso?
-Porque tu eres más fuerte que yo -digo sincera -Porque tu tienes una responsabilidad sobre los hombros, serás quien dirigirá todo esto en un futuro y en cambio yo soy nadie, soy insignificante, si no puedo matar son inservible en mi familia, soy como un mueble más, por eso a Pavlov le ha valido un comino dejarme aquí
Veo arrepentimiento en la mirada de Bentley.
-No te atrevas a sentir lastima por mi -le digo limpiando mis lágrimas con brusquedad -Siente lastima por como dejas que te estén tratando
Paso por su lado y voy a sentarme al tocador frente al espejo para empezar a peinar mi cabello que aún sigue húmedo por la ducha.
-Te dejo para que te arregles
-Gracias
-Al contrario Daelyn, gracias a ti
Dicho esto se va y yo me concentro en peinarme y maquillarme.
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