Balián y yo bajamos en completo silencio hasta un jardín de flores ya marchitas y con un aspecto seco.
-¿Por qué nadie llena de vida este lugar? ¿Acaso no son lo suficientemente ricos para contratar a un buen jardinero?
-Este lugar era uno de los lugares especiales de una persona que nos abandonó hace muchos años, nadie se ha atrevido a poner una mano encima
-¿Cómo solía ser este jardín con esa persona?
-Por ese lado tenía las rosas, toda esa jardinera repleta de tulipanes -sonríe -Eran sus favoritas, por allá estaban las margaritas y las azucenas, le gustaba la combinación de esas flores juntas
-¿Estos árboles daban frutos?
-La mayoría de ellos sí, los otros solo llenaban el lugar de flores
-Luce muy triste todo este lugar
-Lo sé, se respira nostalgia
-¿Vienes muy a menudo por aquí?
-No tanto como me gustaría
-¿Por qué has venido hoy?
-Porque se acerca una fecha importante para mí
-¿Tu cumpleaños? -bromeo
-No precisamente, solo algo importante
-¿Y por qué me has traído?
-Porque no quería venir solo, no lo soporto
-Siempre que necesites un acompañante sabes donde encontrarme
-Gracias -susurra
-¿Puedo proponerte algo?
-¿Qué?
-¿Por qué no arreglamos este lugar juntos?
-No, no quiero hacerlo
-Entiendo
Me recuesto en la tierra seca y miro hacía el cielo.
-¿Qué haces? -dice riendo
-Estoy recostada mirando el cielo, está despejado pero aún así hay muy pocas estrellas
Balián se acuesta a mi lado mirando hacia el cielo.
-Mañana es un día importante
-¿Más que tu fecha especial? -lo miro
-No, no tan importante
-¿Qué pasará mañana?
-Será El Juego del Laberinto Averno
Me tenso inmediatamente al escuchar ese nombre.
-Todos iremos, tú incluida
-No puedo asistir -digo mientras trato de que la voz no me tiemble
-¿Por?
-No disfruto ese evento
-¿Has ido?
-Cuando era pequeña...
-¿De verdad? -me mira
-Sí -susurro
-Pues irás quieras o no
-Odio ser una prisionera
-No todo es tan malo, tienes el privilegio de tener mi compañía
-Lo único bueno de todo esto -sonrío elevándole el ego
-Eres como la amiga que siempre quise tener
-¿De verdad?
-Contigo es fácil ser yo mismo, no te enojas por mi sinceridad
-No, no lo hago -lo miro nuevamente -Es bueno tener un amigo sincero y que te dice las cosas claras
-Lo sé, aunque estoy seguro que terminaras mintiéndome tarde o temprano, yo te voy a creer y la amistad se irá a la basura
-¿Y si prometemos no mentirnos mutuamente?
-No lo hagas -dice mirándome con seriedad -Por que si lo rompes, juro que jamás volveré a creerte en la vida
Me siento con las piernas cruzadas y le extiendo mi mano.
-Prometo ser sincera contigo en todo momento
Balián se reincorpora, tomando la misma postura que yo.
-¿Estás segura? -dice mientras mira mi mano extendida y luego dirige su vista a la mía
-Sí
Esta por sellar nuestro pacto cuando alguien carraspea a nuestras espaldas.
-No deberían estar aquí -dice Bentley
Ambos volteamos a verlo y bajo la mirada.
-¿Por qué no?
-Porque Mr. Boulanger aún no se duerme y si los ve aquí... creo que no tengo que decírselos para que lo entiendan -habla en tono neutral
-Creí que habían terminado sus asuntos antes de la cena y que irían a descansar
-Pues ya vez que no -suspira -Vete a tu cuarto Balián, mañana es un día importante yo llevaré a Daelyn a su habitación
-¿Seguro?
-Sí, ya vete antes de que te descubran despierto
-Está bien
Balián me tiende la mano para ayudarme a ponerme de pie y se va perdiéndose en la oscuridad.
-¿Salir a sido su idea?
-Sí
-No entiende -susurra -Bien, vamos a tu cuarto
Empezamos a caminar, yo detrás de él conservando cierta distancia.
-¿Cómo está tu herida?
-Bien
-¿Has hecho esfuerzos?
-Quizá
-Si quieres puedo ayudarte a lavar la herida...
-No quiero que te tomes más molestias conmigo
-No son molestias
-De acuerdo, te dejaré hacerlo solo porque sé que serás más cuidadosa que yo y me urge que cicatrice ya
Llegamos al cuarto y va hasta al baño para sacar un botiquín, pero cuando lo saca cae un arma del compartimento al piso con una resonancia significativa.
-Con un demonio -maldice -¿Qué Balián no se aseguró antes de dejarte aquí que no hubiera armas?
-Creo que no
-Es obvio que no, pero me va a escuchar
-Bentley no se utilizar el arma, no te enfurezcas con él
Abre un compartimento secreto en la ducha y saca otra arma, junto con una navaja y tres cargadores llenos de balas.
-¿De quién era este cuarto? -le pregunto mientras veo como saca otra arma de detrás de un cuadro blanco y otra bajo la base de la cama
-Eso no te importa, además se nota que eres cero curiosa
-Soy curiosa, sin embargo, jamás he pensado en encontrar armas, además, ¿Qué podría hacer con ellas? -me encojo de hombros -¿Volarme un dedo? ¿Matarme? ¿Jugar a que los amenazo? -me río -Cualquier cosa suena tonta, ustedes no dudarían en matarme al instante si los amenazo con un arma cargada
-Eres muy inteligente, realmente piensas las cosas y no actúas por impulso
-Gracias
Deja todas las armas sobre un mueble y me arroja el botiquín. Logro atraparlo sin dificultades y le pido que se siete en la cama.
-Voy a quitarte la camisa -susurro
Él asiente con la cabeza, moviendo ligeramente sus risos rubios.
Tomo el bordo de su camisa y le ayudo a levantarla con delicadeza, trato de evitarlo pero mis dedos logran rosar su piel levemente. Puedo notar lo cálida y suave que es, pero con una apariencia evidentemente musculosa.
-¿Haces mucho ejercicio? -le pregunto mientras comienzo a quitarle el vendaje
-Sí -susurra
-Pues tendrás que posponerlo, porque si sigues esforzándote la herida jamás va a sanar
-Está bien Daelyn -dice mientras me mira
Aparto la mirada y dejo expuesta la herida, estaba con algo de sangre, así que me dedique por completo a limpiar su herida, tratando de no lastimarlo.
-Eres muy cuidadosa, tranquilízate, no estás lastimándome -me dice con una voz tranquilizadora y reconfortante
-De acuerdo
Termino de limpiar la herida y coloco una gasa para que no se infecte.
-Está listo
-Gracias
Levanto la mirada y choca con la mirada azul cielo de Bentley. Si me descuido en cualquier momento puedo soltar un suspiro.
-¿Qué te ha pasado en el rostro? -dice mientras acaricia con delicadeza con su pulgar la zona adolorida por el golpe que me dio el cerdo de criado que tiene
-Uno de tus hombres me golpeó
-¿Por qué? -frunce su entrecejo
-Porque lo llame cerdo por escupir un gargajo en el piso de la habitación
-¿Quién fue?
-No sé su nombre, solo sé que tu padre ha sido quien lo puso a mi cargo
-De acuerdo
-¿Le harás algo? -pregunto con miedo
-No te preocupes por eso, es información que no necesitas saber
-¿No vas a matarlo o si?
Me mira con cuidado, como si tratara de leer mi mente.
-¿Quieres que lo haga?
-No pidas otra vez mi opinión, ambos sabemos que no la tomaras en cuenta y harás lo que se te da la gana -me alejo para guardar el botiquín en el baño y tirar los guantes de látex que me puse al momento de empezar a curarlo
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