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Balián había ido a cambiarse a su cuarto mientras yo hacía lo mismo en el mío. El traje de baño por el que me decidí fue uno verde menta con un bordado de abeja en una esquina.

Recogí mi cabello en una coleta alta y me puse un par de sandalias a juego con el traje de baño.

Cinco minutos después estábamos caminando por los pasillos, pero Balián estaba recorriendo pasillos y atravesando otras habitaciones de la enorme mansión.

-¿Lo haces para confundirme?

-¿El que?

-El andar de un lado para otro siempre por diferentes lugares para que no tenga oportunidad de memorizar la salida

Veo como se ríe.

-Sí es un gusto que puedo darme -dice sínicamente

Después de mil confusiones entre pasillos llegamos a la planta baja y salimos hasta lo que parecía ser una terraza techada con una piscina muy elegante.

-¿Es profunda?

-Para tu estatura, sí

-No te burles de mi 1.61

Sonríe abiertamente y se lanza a la piscina con un clavado intachable.

-No porque seas un monstruo de 1.80 significa que puedas burlarte de mi estatura

-¿Vas a entrar o seguirás defendiendo tu 1.60?

Salto al agua y comienzo a patalear a toda velocidad, no tocaba el piso a menos que me parara completamente de puntas como una bailarina de ballet.

Era algo desesperante, pero mientras no me alejara del extremo de la piscina todo estaría bien.

-Pero quien iba a imaginarlo, si eres muy hábil nadadora a pesar de tu corta estatura -sigue molestándome mientras se burla

Le tiro agua en la cara y deja de reírse para comenzar una guerra de agua, ambos reíamos a carcajadas cuando uno o el otro se atragantaba con el agua que caía dentro de la boca cuando el otro la lanzaba.

-Iré por algo de tomar, ¿Quieres algo?

-¿Me darías alcohol? -lo pongo a prueba

-Tienes 17 y yo tengo 15 años, pero la ley no es algo que nos han enseñado desde pequeños a seguir, así que si quieres alcohol te daré alcohol

-Está bien un jugo de naranja recién exprimido

-Aburrida, mínimo esperaba que me pidieras una piña colada -dice y luego de hacer una mueca de desaprobación se va

Me siento en la orilla de la piscina para volver a atar mi cabello cuando escucho unos pasos a mi espalda y me levanto rápidamente.

-¿Quién demonios te crees que eres para entrar a mi piscina? -dice Mr. Boulanger completamente enfurecido -¿No te ha quedado el lugar que tienes en esta casa, pedazo de basura inservible?

Estaba aterrada, sus ojos furiosos y los rumores sobre lo sobrepotente que es, hacen que todo mi ser grite, "¡CUIDADO!" "¡HUYE!".

Pero me mantengo firme y sin mostrar la más mínima expresión en el rostro.

-Balián me a pedido que lo acompañe

-¿Balián? -dice con el rostro rojo lleno de ira -¿Acaso estás utilizando al imbécil e iluso de mi hijo para tener este tipo de atenciones que evidentemente no mereces?

-No

Se acerca peligrosamente a mí, empuñando las manos, haciendo que suelte el aliento. No se defenderme, nunca me ha interesado aprender esas cosas, por eso es que me alejé de mi familia, porque no quiero ser igual de violenta que ellos, no quiero perder el control y matar a las personas y mucho menos quiero tener la sensación de haberlo disfrutado una vez hecho.

Está a centímetros de mi cuerpo cuando Balián llega con las bebidas y con una sonrisa en el rostro que desaparece en cuanto ve a su padre.

-Mr. Boulanger -dice con respeto Balián dirigiéndose a su propio padre con el rango de la familia y no por su nombre o con la palabra Padre o Papá

-¿Quién te dijo que podías darle a este pedazo de basura una vida como si fuese una invitada en nuestro hogar?

-Nadie

-¿Y entonces...?

-Solo creí que sería...

-Ahí esta el maldito problema, que "creíste" y lo que tu creas nunca debe de hacerse, porque eres un maldito estúpido que no sirve para nada, más que para dar lastima y dolores de cabeza

Bajo la cabeza, sé lo que está sintiendo Balián mi padre suele utilizar mucho la psicología para doblegarnos y someternos, nunca utiliza el contacto físico para reprender y considero peor el dolor psicológico que el físico, pues tarda más tiempo en sanar, incluso llegan ocasiones en donde jamás sana.

Balián permanece callado y con la cabeza baja.

-¿Ahora que es lo que harás?

-Yo...

Su padre se acerca con paso acelerado y le da un puñetazo en el rostro que hace que Balián caiga directo al suelo derramando las bebidas y estrellando las copas.

Mr. Boulanger lo levanta bruscamente del cabello para ponerlo de pie y volver a golpearlo, pero esta vez sobre el labio.

Miro aterrada la escena con las lágrimas acumulándose en mis ojos. ¿Cómo puede golpear a su hijo de esa manera?

Mr. Boulanger sigue golpeando a su hijo una y otra vez, pero Balián no hace ni el más mínimo intento de defenderse o de cubrirse, solo resiste y se traga todos los gemidos de dolor que su padre le está causando.

-AQUÍ SE HACE LO QUE YO DIGO -dice Mr. Boulanger -SI TE PREGUNTO QUE HARAS, TU RESPONDES QUE LO QUE YO ORDENE, ¿QUEDÓ CLARO?

-Si señor

-MR. BOULANGER PARA TI -dice rabioso sin dejar de golpear a su hijo

-Por favor ya suéltelo, va a matarlo -digo aterrada cuando lo noquea con un golpe mucho más fuerte que los demás

Me acerco para apartarlo pero fue el peor error de mi vida, Mr. Boulanger me dio un golpe que me hizo retroceder con la nariz sangrando y gritando de dolor.

Bentley llegó corriendo y se acerco a su padre con el rostro serio.

-¿Ya has terminado? -le dice con la voz tan fría como un tempano de hielo -Ya lo has dejado inconsciente y está lleno de sangre

Ese monstruo desgraciado para y se levanta mientras limpia sus nudillos destrozados y machados de sangre en su pantalón, mientras regula su respiración.

Se gira para verme y sonríe al verme sangrando.

-No vuelvas a meterte entre yo y mis hijos o te mato

Se va sin decir nada más.

Bentley recoge a su hermano del piso y lo carga sobre su hombro entrando a la casa. Voy detrás de ellos en completo silencio.

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