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Llegamos hasta una recamara con combinaciones entre paredes y el decorado que habitaban en el interior con tres colores base, el gris, el negro y el blanco.

Bentley deposita con cuidado a su hermano en la cama y me mira.

-¿Podrías traer el botiquín? -señala la primera puerta -Esta debajo del lavamanos

Voy casi corriendo y salgo a toda prisa tendiéndoselo, mientras coloca las dos almohadas debajo de la cabeza de su hermano menor.

Saca un trozo de algodón y lo humedece con alcohol, comienza a pasarlo por la nariz de Balián asegurándose de no tener contacto con la piel en ningun momento.

Balián abre los ojos desorientado y ve a su hermano.

-¿Cómo te sientes?

-No tan mal como otras veces -dice en susurro Balián

-Te dije que tuvieras cuidado -dice Bentley -Lamento no haber llegado antes

-No es tu culpa

-A sido mía -le digo con lágrimas en los ojos -Perdón, jamás debí de salir del sótano, no tenía ni idea que fuera tan agresivo, incluso con sus propios hijos

-Pues ahora lo sabes -dice Bentley -Así que te pido que te mantengas al margen, no va a tener consideración contigo tampoco, y claramente puedes darte cuenta por la sangre de tu nariz

-Ve a curarla -dice Balián mientras se pone de pie -Llévala a su cuarto y no dejes que la lastime, no deja de ser un ser humano y custodiado o no, ya no quiero más razones para que la familia Parmentier se vuelva más enemiga de lo que hasta el momento es

-¿Todo esto lo estás haciendo porque no quieres que se forme más discordia entre nuestras familias?

-No me parece sensato la guerra entre dos familias poderosas involucradas en la mafia, es absurdo y si siguen con sus riñas una de las dos desaparecerá -suspira -Tu y mi padre tienen sus planes pero admite que esto está yendo cada vez más lejos

Termina de hablar Balián y va a entrar al baño, poco después se escucha el agua de la regadera corriendo.

-Ven aquí -me toma de la mano Bentley para después tomarme de la cintura y sentarme sobre el escritorio de su hermano

Humedece un algodón con una sustancia desinfectante y comienza a limpiarme con cuidado, sin despegar la mirada de la herida de mi nariz.

-¿Crees que la ha fracturado?

-Lo dudo...

-¿Puedo revisarte?

Asiento con la cabeza y comienza a inspeccionar mi nariz sin dejar de mirarme a los ojos. Sus ojos azul cielo me gustaban mucho, me transportaban a un lugar despejado con aire fresco rodeándome, con un aroma floral, donde el cielo está hermoso y que vale realmente la pena disfrutar.

-Está bien, solo a sido el golpe, quizá se inflame un poco -me da una pastilla y va hasta una pequeña nevera que tiene en una esquina Balián para poder sacar una botella de agua y tendérmela

-Gracias

Me tomo la pastilla y agacho la mirada.

-¿Qué pasa?

-No quería que tu padre lo golpeara

-¿Le has calentado la cabeza?

-Creo que solo mi presencia le calentó la cabeza

Asiente con la cabeza.

-Va a estar bien, no te preocupes

-¿No es la primera vez que lo golpea cierto?

-¿Que te importa? -dice con el ceño fruncido -Ni siquiera nos conoces, no se porque tanta preocupación

Bajo la mirada. Tiene razón, no tengo porque preocuparme considerando que su familia y la mía son enemigas.

-Si fueras tú no me importaría en lo más mínimo, pero ha golpeado a Balián, así que claro que me preocupa, es el único en esta familia que no me ha tratado como un maldito perro

-Vamos a tu cuarto

Ambos salimos y lo voy siguiendo por los pasillos, nunca se gira para saber si estoy siguiéndolo, pero creo que es tan perspicaz que notaría enseguida mi ausencia.

Llegamos a mi habitación que estaba sin custodiar por guardias ni por nadie, Bentley abre la puerta y me indica que entre.

-Deberías de cambiarte, ese traje de baño tiene sangre

Por instinto me miro y efectivamente estoy manchada de sangre, incluso tengo algunas manchitas en mi abdomen y pecho.

-¿No es mejor que me lleves al sótano?

-Ya estás aquí y tus cosas también -mira todas las compras -Solo no salgas de aquí sola y todo estará bien

-De acuerdo

Bentley se va sin decirme nada más y yo entro al baño de la habitación para poder darme una ducha mientras trato de contener los recuerdos de Mr. Boulanger sobre su hijo moliéndolo a golpes una  otra vez.

Cuando termino me pongo una pijama de color vino tinto, que es de seda y cae delicadamente por las curvas de mi cuerpo, amoldándose a la perfección.

Empiezo a acomodar toda la ropa y zapatos en el armario y después me recuesto en mi cama, me obligo a cerrar los ojos, pero es demasiado temprano para poder conciliar el sueño.

Así que me pongo de pie y voy al escritorio pero no hay papel ni plumas, ni nada que me ayude a distraerme.

Esto era aburrido, prácticamente estaba sin nada de tecnología, ya había recogido toda la habitación, no había papel para hacer dibujos, ni libros para perderme en uno.

Voy a cambiarme al armario, con un short de mezclilla y una blusa simple, me pongo unos tenis a juego y salgo de la habitación. Esperaba encontrar a algún guardia de seguridad pero no había absolutamente nadie, comencé a caminar pasillos y pasillos, también baje varias escaleras, hasta que llegue a segunda planta, una puerta muy peculiar llamó mi atención, era completamente dorada, pero tenía unos tallados color blanco que le daban un toque tan distinguido y sofisticado. Las perillas eran delicadas y del mismo tono a los decorados resaltando por el contraste.

Estaba por poner mi mano sobre la perilla para abrirla cuando alguien a mis espaldas habla.

-Yo no pondría la mano ahí si fuera tú

Me giro con un brinco por el susto y veo a Bentley con cierta molestia en su rostro.

-Me asustaste

-Da las gracias de que he sido yo quien te encontrara husmeado por aquí y no mi padre

-Yo...

-Ves como si finges preocupación por mi hermano, si de verdad te importara estarían encerrada en tu habitación -niega con la cabeza -Eres una mentirosa

-No soy mentirosa, claro que me preocupe por tu hermano

-Sin embargo mira en donde estás -me mira con desaprobación -Juro que te creí y por eso pedí que se retiraran los guardias, vi sinceridad en tus ojos, pero me equivoque, se me olvido que vienes de la familia más manipuladora que puede existir en este mundo, te crees diferente pero eres igual a ellos

Sus palabras me dolían, además tenía razón, prometí quedarme en la habitación y no lo cumplí.

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