Capítulo 10

LAYLA

▪︎▪︎▪︎

Desde la última vez que vi a Luigi, el día en el que me arruinó la noche y se portó como un animal, no lo he querido ver, y espero no cruzarmelo, después de todo él y yo ya no tenemos nada que ver, le dije que me alejaría de él si no me daba una respuesta a mi propuesta de ser amigos con derechos y como cumplo mis promesas, eso haré.

Le pedí permiso a mis padres para hacer unas compras, pero para mi hermosa suerte, cuando iba de camino a casa, el auto se me dañó, y ahora estoy en medio de una carretera, sola.

-- ¡Maldita sea!-- me siento en el suelo después de intentar varias veces que el carro avance pero nada-- ¿Enserio? Por qué yo si soy una buena niña-- trago grueso al recordar lo que he hecho con Luigi-- Bueno, pero aparte de eso lo soy.

Miro un carro aproximándose, el de Luigi.

-- Maldita suerte, lo que me faltaba-- susurre.

-- Pero miren nada más, la mocosa engreída en mitad de una carretera-- se sacó las gafas y detuvo el auto al frente de mí--...y con el carro dañado-- rió.

-- Cierra la boca imbecil.

-- ¿Imbecil? Sabes, te iba a ayudar llevándote a casa, y así me tratas?

-- Cierra la estúpida boca, que con el coraje que tengo soy capaz de desquitarme contigo.

-- Sube al auto, te llevaré a casa.

-- Contigo no voy ni a la esquina. No quiero volver a estar cerca de un salvaje como tú que se cree mi dueño solo por haberme follado una vez!-- bueno...eso lo dije en voz alta.

Luigi me miró con la expresión más seria y se bajó de su carro. Se acercó a mí y me levantó del piso, para ponerme en su hombro.

-- ¿Que haces? ¡¿Qué haces imbecil?!-- patalee y me tiró en el asiento del auto. Me cerró la puerta del auto y se sentó a mi lado-- que vas a hacer?

-- A llevarte a casa-- nos alejamos de mi carro dañado y me crucé de brazos-- ¿no me vas a agradecer por haberte ayudado?

-- ¿Agradecerte a ti? ¡jamás!

-- ¿Puedes dejar de actuar como una mocosa engreída por primera vez en tu vida?

-- Y tú como un salvaje patán.

-- Perdón-- cruzamos miradas-- no debí comportarme así, lo siento. ¿Me perdonas?

-- Veamos, déjame procesar esto en mi linda cabecita. Tu...Luigi me estás pidiendo perdón por primera vez en tu vida-- reí y volví a mirarlo-- está bien, te perdono-- sonreímos-- pero no me hables, no me mires, ni me toques-- saqué un libro de mi bolso y empecé a leerlo.

Justo empecé a leer una parte en la que los protagonistas iban a tener sexo, por lo que mientras leía me iba calentando. Me crucé de piernas y empecé a sentir calor entre ellas.

-- ¿Qué lees?

-- Te dije que no me hablaras.

Detuvo el auto y me quitó el libro para empezar a leerlo.

-- Oye devuelvemelo...

-- Así que esto es lo que lees, pequeña mocosa-- me miró con una sonrisa de lado.

-- Es una novela romántica.

-- Yo la llamaría novela erótica.

-- Dame el libro imbecil.

-- ¿Y si no quiero? Las mocosas no deben leer este tipo de cosas-- tiró mi hermoso libro por la ventana y continuó manejando.

Lo miré sorprendida y de pronto me dieron unas ganas de matarlo.

-- No me mires así.

-- Imbecil...¡Eres un Imbecil!-- empecé a golpearlo sin hacerle daño.

-- Cálmate, nos vamos a accidentar por tu culpa.

-- ¡Me vale, me vale, me vale! Y si nos morimos, mejor!-- Mi cuerpo cayó encima del suyo, provocando que nuestros labios se presionaran.

Como extrañaba sentir sus labios en los míos...Un momento, si yo estoy aquí con Luigi, y sus manos están en mi cintura, ¿Quién demonios está manejando el auto?

Sentimos un fuerte impacto cuando el vehículo se chocó contra un árbol.

-- Mierda, mierda, mierda!-- nos bajamos del auto y reí al ver que aquel lindo carro ya no estaba tan lindo-- mi auto.

-- Si ves Luigi? ese es el karma por votar mi libro erótico-- reí.

-- Ahora como carajos vamos a casa?-- me puse seria.

-- Oh por Dios, debo llegar a la hacienda. Mis padres me van a matar. ¡¿Si ves imbecil lo que sucedió por tu culpa?!

-- Tu fuiste la loca histérica que produjo esto.

-- Oh, ahora yo tengo la culpa. Es increíble, ja!-- me crucé de brazos-- como voy a mi casa?

-- Tendremos que irnos caminando.

-- Ni lo sueñes-- me senté en el suelo-- yo no voy a caminar. ¡No! Prefiero quedarme aquí esperando a que un buen hombre me recoja en su carro.

-- Un buen hombre? en esta vida no hay buenos hombres. Solo depravados que quieren aprovecharse de mocosas de tu edad.

-- Tienes tantas películas en tu cabeza, no?

-- Eres muy ingenua, Layla-- me agarró del brazo y me presionó en la parte trasera del carro. Se puso detrás de mí y pegó su pecho en mi espalda.

-- Que haces?

-- Te demostraré cuando depravado podemos ser los hombres al tener una mocosa tan ingenua-- levantó mi vestido hasta mi cintura.

-- Luigi sueltame...

No me dijo nada y solo acarició mis nalgas. Escuché como bajó el cierre de su pantalón y entre mis nalgas presiono su erecto pene que estaba cubierto por el bóxer. Tratar no soltar un gemido es en vano, varios gemidos salen de mi boca sin control. Con una mano hizo a un lado mis bragas, y con la otra empezó a estimular mi vagina y clítoris. Ahora es él el que me busca para tener sexo, ¿que le estará pasando? La piernas me temblaban, casi no podía aguantar estar más tiempo parada. Llego a mi orgasmo después de días. Antes de que pudiera decir algo, Luigi se bajó el bóxer y entrelazando sus dedos en mi cabello, me presionó aún más en el carro. Sin darme tiempo a respirar siquiera, metió ese gran y maravilloso trozo de carne en mí, haciendo que soltara un grito. Sus movimientos eran frenéticos y rápidos, era como si hace mucho tiempo quería hacerme esto, es como si por fin está desatando sus demonios. Sus manos se colocaron en mis caderas, y empezó un mete y saca. Pero creo que faltó algo de hacer...¡El condón! Ay carajo, pero se siente tan bien que el no tenga nada, se sienta más delicioso que cuando lo hicimos por primera vez, tal vez deba comprarme la pastilla del día después. Sus brutales movimientos circulares hacen que se aproxime mi segundo orgasmo, pero lo saca. Nuestras miradas se cruzan por unos instantes, pero rompiendo el contacto visual, besa mis labios apasionadamente. Levanta mis piernas hasta la altura de sus caderas y hace que lo rodee. Me pone en el asiento trasero del auto y se pone sobre mí. Me gira haciendo que le de la espalda. Me pone en cuatro y me dá una nalgada muy fuerte pero excitante. Sonrío al ver su comportamiento, nunca había tomado la iniciativa, pero me gusta, me gusta no ser la que le haya insistido. Me penetró con rudeza. Sentía como me iba a partir en dos, me dolía un poco, ya que la última vez que lo hicimos fué hace dos meses.

LUIGI

-- Daddy...

No sé porqué pero me gusta que me llame así, y más cuando lo estamos haciendo. Necesitaba sentir lo profundo de su interior, escuchar sus gemidos que me vuelven loco. Si supiera Layla que no lo estoy haciendo por diversión o por satisfacer mis deseos, si supiera que lo estoy haciendo por amor, porque me he enamorado de ella. Pero tengo que aguantarme estas ganas de decirle al oído que la amo, como nunca he amado a nadie. Tendré que conformarme con tener algo con ella a escondidas, ya que es la hija de mi amigo, porque le gano por 20 años, porque tengo pareja, y porque no quiero ponerla en peligro sabiendo que tengo muchos enemigos. Tendré que tragarme todo este secreto, y tratarla como siempre.

Estaba tan perdido en mis pensamientos que ni me di cuenta cuando Layla llegó a su orgasmo. Pestañeando un par de veces, salí de su interior y justo me acordé que no usé condón.

-- Lo siento, olvidé usar protección...

-- Ya no importa, tendré que tomarme una pastilla-- sonrió y dejó un dulce beso en la comisura de mis labios-- Gracias. Me encantó.

-- ¿Entonces quieres decir que me perdonas?-- me dió un beso en los labios.

-- Te perdono.

Esta mocosa no sabe cuánto sufrí todo este tiempo por estar lejos de ella por la culpa de ese imbecil. Pongo los mechones de cabello atrás de su oreja y acaricio sus rosadas mejillas, tan delicadas y suaves. Caímos de nuevo en el asiento, y la miré fijamente. Me encanta perderme en esos hermosos ojos. Una lágrima después de tanto tiempo se asoma en mis ojos, y rueda por mis mejillas.

-- ¿Pasa algo?

Como quisiera no haberme enamorado de ella, mi pequeña mocosa malcriada. Como quisiera no haberla besado por primera vez, tal vez así me hubiese evitado estar perdidamente enamorado de ella. Ni siquiera puedo decírselo, tan solo soy un juego para ella. Caí, caí en el juego de la pequeña mocosa. Me enamoré de ella. Seco mis mejillas y me acerco a su oído.

-- Te am...-- me abstengo en un impulso a decírselo y cierro fuertemente mis ojos-- te aprecio pequeña mocosa. Si ya no es muy tarde, quisiera decirte que acepto tu propuesta, aceptar ser tu amigo con derechos.

Miro la sonrisa en sus labios y sin dejarla hablar, le doy un beso, un beso que sin que ella lo sepa, está cargado de amor.

Acabo de pasar la raya con Layla, acabo de aceptar su propuesta, y no me retractare, no pienso perder la última oportunidad que tengo de hacerle el amor una y mil veces, de sentir el calor de su cuerpo, de hacerla mía.

Más populares

Comments

silvia

silvia

Di es, por la edad no hay problema, la edad solo es un número, pero es, por el padre y hermano 🤨😪

2024-03-19

4

Añiiz ❣️😻

Añiiz ❣️😻

Pobresito

2023-09-19

0

Añiiz ❣️😻

Añiiz ❣️😻

😵‍💫

2023-09-19

0

Total

descargar

¿Te gustó esta historia? Descarga la APP para mantener tu historial de lectura
descargar

Beneficios

Nuevos usuarios que descargaron la APP, pueden leer hasta 10 capítulos gratis

Recibir
NovelToon
Step Into A Different WORLD!
Download MangaToon APP on App Store and Google Play