Capítulo 9

LAYLA

No sé si de los nervios me estoy quedando sorda o loca, pero Luigi dijo ¿"Mi mocosa"? osea, lo de "Mi" significa que soy suya? ¿es eso?

-- Sueltala Mason-- lo siguió apuntando Luigi pero Mason solo rodeó mi cintura con su brazo sin dejar de apuntar mi cabeza con su pistola.

-- No te metas en lo que no te importa Luigi. Tu y yo hemos tenido muchas diferencias como para que te metas en mis problemas con mi novia.

-- ¿Cómo que novia?-- me miró fijamente Luigi.

-- Yo nunca fui tu novia Mason. Deja de ser tan iluso.

-- No te lo volveré a repetir Mason, o bajas la maldita arma de la cabeza de la mocosa o en este mismo te cobro todas las que me has hecho. ¡Sueltala ahora! Y si disparas-- sacó Luigi su celular-- en este momento llamo a Jade y a Malik, y sabes lo que te espera en las manos de los mellizos.

-- ¿Acaso crees que tengo miedo de lo que me puedan hacer ellos o tú?-- me tiró al suelo-- vete porque yo tengo muchas deudas con esta perra.

-- ¿Perra?-- me levanté y presioné el arma de Mason en mi frente-- ¿a quién le dices perra, imbecil? No le prestes atención a él y dispara si tienes los huevos suficientes para dispararle a la mujer que amas. ¡Anda! ¡Dispara!-- en un rápido movimiento le di una patada en la entre pierna y arrebatando la pistola de sus manos, lo apunté-- ahora si cabron, vuelve a decirme perra.

-- ¿Que vas a hacer? ¿Me vas a matar? ¿es eso?-- sonreí-- nunca has tenido los ovarios suficientes como para enfrentarte conmigo. Dispara si eres capaz, mi amor.

Reí y miré de reojo a Luigi. Ladee mi cabeza y le disparé en la pierna a Mason.

-- ¡Maldita perra!

-- Esta perra tiene rabia, así que no me hagas encabronar wey. Porque yo sí te mato-- Luigi cargó su pistola y cuando estaba por dispararle a Mason lo detuve-- no lo hagas Luigi.

-- ¿Qué? Te iba a matar, ¿estás loca?

-- No quiero que muera aún-- miré a mi alrededor y me di cuenta que estábamos en una carretera deshabitada-- Tu te mereces una muerte lenta por haberte metido con una de las personas que más amé. Te dejaré vivir. Disfruta tus pocos días de vida, porque ahora que sé que volviste a México, te buscaré y te haré pagar por todas las que me has hecho. Sufrirás Mason. El día en el que te metiste con él, firmaste tu sentencia de muerte-- tiré lejos su pistola y saqué la mía-- hasta pronto hijo de puta-- caminé hacia Luigi.

-- ¿Lo vas a dejar vivir?

-- Por ahora. Vámonos-- me subí al auto de Luigi.

LUIGI

Miré a Mason y luego a Layla la cual estaba llorando en mi auto.

Entré en el carro y mirando por el retrovisor a Mason, me alejé de él.

Miré de reojo a Layla la cual estaba cubriendo su rostro con sus manos y sus gemidos apenas eran audibles.

Detuve el auto en seco y la miré fijamente.

-- ¿Qué tienes que ver con Mason?

Se limpió las lágrimas y miró por la ventana.

-- El era "amigo" de un hombre que amé...-- me miró fijamente-- el hijo de perra lo mató. Quería vengarme de él. Lo seduje, mis planes eran matarlo. Pero no pude, el se enteró de lo que estaba por hacerle en un viaje que hicimos a Francia. Intentó matarme, pero gracias a Dios logré escapar de él-- puse mi mano en su mejilla y seque sus lágrimas.

-- ¿Quién era ese hombre que amaste?-- giró la cara y alejé mi mano de ella lentamente-- perdón. Entiendo que no quieras hablar de eso.

-- Yo lo vi, como lo mataron...es algo que solo yo presencié...algo que jamás se borrará de mi cabeza-- suspiró y se secó las lágrimas-- no quiero seguir hablando de eso, vámonos, ¿sí?

Asenti lentamente y encendí el auto.

¿Un hombre que ella amó? Pero ella me dijo que nunca tuvo novio ¿Habrá sido un amigo o un familiar? No le preguntaré más porque no me gusta verla llorar, después de todo, creo que le tengo aprecio a la mocosa.

-- Luigi-- la miré fijamente. Se lanzó a mí y me abrazó-- gracias por salvarme-- me miró a los ojos-- muchas gracias-- me dió un beso en los labios y alejándose de mí volvió a ver a la ventana.

No sé si se estará aprovechando de la situación, pero ¿por qué me beso?

Sonrío negando con la cabeza y manejo en dirección a la hacienda de Logan.

▪︎▪︎▪︎

Hace dos días no veo a la mocosa, y me siento...¿preocupado por ella?. La última vez que vi a Layla, estaba tan mal al recordar la muerte de aquel hombre que tanto amó.

-- Tal vez mañana voy a la hacienda para saber como estás, pequeña mocosa.

Salgo de la habitación después de arreglarme para encontrarme con Enzo. Me subo a mi auto y manejo en dirección a una de mis discotecas. Al llegar al lugar donde me espera Enzo, estaciono mi auto y entro.

-- Buenas noches-- arrebato el vaso de whisky que iba a tomarse Enzo y me siento a su lado-- ¿Cómo estás?

-- Más que caliente al ver esos mujerones bailando. Cómo así no estás con tu Emilia?

-- Regresa a México en una semana. Está cuidando de su madre.

-- Es una buena hija.

Miro el vaso de Whisky y lo muevo de un lado a otro.

-- ¿Qué pasa? te noto pensativo. ¿En quién piensas?

-- En una mocosa. Que desde que la conocí me han ocurrido muchas cosas extrañas-- sonreí-- pero también buenas. Una mocosa loca, engreída, que intenta seducirme. Una mocosa acosadora.

-- ¡Daddy!-- se lanza a mí Layla de repente.

-- ¿Quién es ella?

-- La mocosa acosadora. ¿Qué haces aquí Layla?-- la mocosa se sienta en mis piernas y me quita el vaso para darle un trago.

-- Disfrutando de la hermosa noche-- miró a Enzo y rió de repente-- ¿Enzo?-- mi amigo la miró confundido.

-- ¿Y tú eres...?

-- ¿Layla, a poco ya no te acuerdas de mí?-- Enzo negó con la cabeza-- hace dos años yo fui a Italia, para hacer negocios con tu padre. Hace dos años nos conocimos, soy Layla Petrov, la chica sexi con la que quedaste encantado. ¿A poco ya te olvidaste de mí, eh?

Después de varios minutos Enzo asintió con la cabeza.

-- Claro, Layla-- rió-- cuanto tiempo sin verte nena-- ¿Nena?-- así que tú eres Layla, la mocosa acosadora de la que Luigi me estaba hablando. Estas hermosa.

Ahora resulta que la mocosa conoce a Enzo, resulta que se olvida que yo estoy aquí y ahora está más apegada al idiota de Enzo.

-- En mis 35 años no he conocido mujer más hermosa que tu-- Layla rió.

-- Supongo que han de estar ocupados. Los dejo, mientras, yo iré a bailar con mis amigas. Espero y nos volvamos a ver Enzo.

-- Claro que sí.

-- Nos vemos Daddy-- me dió un beso en la mejilla y moviendo sus caderas de un lado a otro, se alejó de nosotros.

-- ¿Qué tanto miras?-- le pregunté a Enzo al ver su cara de estúpido cuando Layla movió sus caderas.

-- Es una belleza de mujer. ¿Crees que tenga una oportunidad de tener algo con ella? ¿Por qué me miras así?

-- Esa mocosa, es prohibida, no te metas con ella. Logan es muy celoso y no querrá saber que un hombre que le gana por 15 años a su hija, ande con ella-- sonríe.

-- A Logan o...a ti? ¿Te gusta, no?

-- Tonterías-- me mandé el whisky a la boca. Miré a la pista donde estaba Layla bailando con un corto vestido azul. Nuestras miradas se cruzaron y ella solo me sonrió. ¿Gustarme la mocosa? Que estupidez.

Pasaron horas, y de tanto conversar con Enzo, perdí de vista a la mocosa.

Me levanté en busca de Layla y la vi en una esquina del lugar conversando con un chico. La condenada se veía muy coqueta para mi gusto, será que tiene copas de más?

Me acerqué a la mocosa y la agarré del brazo.

-- ¿Daddy?-- la apegue a mí-- ¿que pasa?

-- Pasa que nos vamos, ahora.

-- ¿Por qué? Estoy conversando con mi amigo.

-- ¿Amigo? supongo que recién lo acabas de conocer.

-- Pues sí, pero así se empieza la amistad.

-- Deja de ser tonta, lo único que el quiere es esperar a que te emborraches, hacerte un hijo y después dejarte tirada. Vámonos de aquí ahora.

-- No me voy a ningún lado-- se soltó de mí.

-- Qué...?

-- Me quedaré más tiempo aquí. Tu no mandas en mi vida.

Ladee mi cabeza y la agarré de la muñeca.

-- Si te dije que nos vamos, es porque nos vamos, ahora!-- la jalé.

-- ¡Sueltala imbecil!-- me detuvo el hombre con el que estaba conversando la mocosa-- entiende que ella no quiere irse, no la puedes obligar.

-- ¿Y tú quién mierda eres? No te metas si no quieres salir lastimado.

-- Y que me vas a hacer? Sueltala ahora.

-- Sueltame Luigi, todos nos están mirando, además tu no eres nadie para decidir donde tengo que estar y con quien.

-- ¿Que no soy nadie? Mira mocosa, dices que no soy nadie sabiendo todo lo que hemos hecho juntos?-- apreté su muñeca.

-- Sueltame Luigi, me estás lastimando. ¡Te dije que me sueltes...!

El chico que estaba a mi lado me dió un golpe en la cara.

-- ¿Luigi, estás bien?-- tocó mi rostro Layla. La empujé y con una sonrisa le di un golpe en el estómago con mi rodilla al imbecil que se atrevió a tocarme.

-- A mi nadie me toca. Y más te vale que no te vuelvas a acercar a mi mocosa, entendiste?-- miré de reojo a Layla la cual salió del lugar corriendo como alma que lleva el diablo. Corrí detrás de ella y la detuve agarrando su brazo.

-- Sueltame Luigi, eres un completo animal. Como se te ocurre golpear al chico, solo estaba conversando con él. ¿Que tienes en la cabeza? Eres un imbecil-- volteó.

-- ¿Imbecil? Vuelve a decírmelo en la cara.

Se acercó a mí y me agarró de la camiseta.

-- Eres un imbecil. Me arruinaste la noche-- se subió a su auto.

-- ¡Layla regresa ahora!

-- Pudrete imbecil-- me sacó el dedo de en medio y se alejó de mí.

-- ¿Imbecil? Mocosa malcriada, pero así me pagas por defenderte de ese patán. Es increíble. Mocosa detestable, engreída, malcriada-- cubrí mi rostro con mis manos-- Malditos celos...Mierda...¡Como pude enamorarme de Layla!

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