Capítulo 11

LUIGI

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Llego a la hacienda de Logan ya que él me invitó, pero la principal razón por la que voy, es por la mocosa.

Me bajo del auto con una sonrisa y entro a la casa para encontrarme con la mocosa abrazando a un hombre de su edad.

Los malditos celos aparecen y lo único que puedo es mirarla como ríe mientras lo abraza.

-- No sabes cuanto extrañaba verte Eli-- le dió un beso en la mejilla y me crucé de brazos-- estás más guapo que la última vez que nos vimos. Espero y esta vez no te vuelvas a alejar de mí.

-- Claro que no princesa.

¿"Princesa"? Esto es demasiado.

-- Buenas tardes-- me acerco a ellos y arqueo una ceja cuando la mocosa aún viéndome no deja de abrazarlo.

-- No sabía que hoy venías.

-- Tu padre me invitó. ¿Pero podríamos hablar?

-- Lo siento pero no puedo, estoy conversando con Eli. Cierto-- por fin lo soltó-- Eli, él es Luigi, el amigo de mi padre. Luigi, él es Eli, mi mejor amigo.

No le dije nada al muchacho y seguí viéndola.

-- Layla necesito hablar contigo.

-- Bien, bien. Enseguida regreso Eli, espérame-- le dió un guiño y salimos de casa-- ¿Qué quieres hablar conmigo?

-- En primer lugar, ¿dónde está Logan?

-- Salió esta mañana, dijo que regresaría rápido, puedes esperarlo-- volteó y la agarré del brazo.

-- No creo que a tu padre le guste la idea de que estés sola con ese hombre.

-- Y no creo que a mi padre le guste la idea de que eh follado varias veces contigo-- se soltó y sonrió cruzándose de brazos-- ¿Qué pasa Luigi? Te noto molesto. Acaso...-- tocó mi pecho-- ¿estás celoso?

-- Celoso, ja!-- reí.

-- ¿Te estás enamorando de mí, Luigi?-- desvie la mirada-- ¿es eso?

-- Deja de decir estupideces mocosa-- le di un beso-- yo jamás me enamoraría de ti.

-- Eso espero. No te enamores de mí, porque no llegaríamos a nada bueno. Recuerda que tu solo me interesas en la cama, no para amar-- sus palabras me llegaron como cuchillo al corazón-- Lindo día Daddy-- se alejó de mí para entrar a la casa.

-- Muy tarde mocosa, debiste advertirmelo antes. Estoy enamorado de ti-- suspire-- Te amo más que a mi propia puta vida.

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Bajo del caballo a Layla cuando llegamos al río.

Hace dos semanas mantenemos una relación sin que nadie sepa, a todos les sorprende que nos tratemos mejor, pero nadie sospecha nada, y creo que es lo mejor.

Deja caer su ropa interior al suelo y con una sonrisa empieza a bañarse en el río mientras yo solo la observo desde la orilla.

-- No creo que sea buena idea que te bañes ahora, podría llegar alguien-- digo tratando de que ella salga del río, pero la muy necia solo niega con la cabeza mientras ríe.

-- No saldré de aquí. Y si quieres que salga, sacame tú-- sonreí.

-- Ni pienses que me voy a meter. Sal, hace mucho frío y te puede dar un resfriado.

-- ¿Te preocupas por mi Daddy?

-- Más de lo que te imaginas-- murmure.

-- ¿Qué?

-- Nada. Sal de ahí ahora.

-- No.

-- Ahora.

Sonrió de lado y se acercó a mí. Cuando pensé que iba a vestirse. Me agarró de la camiseta y me tiró al río junto con ella.

-- ¡Me las vas a pagar mocosa!-- Rió y me dió un beso.

Se hundió en el agua y la perdí de vista. Hasta que sentí unas pequeñas y delicadas manos bajar el cierre de mi pantalón. Toma mi miembro en sus manos sin salir del agua, y lo mete a su boca. Ni porque estamos en el río respeta la muy bandida. Sus movimientos frenéticos se vuelven cada vez más rápidos. Ya ha cogido como costumbre hacerme un oral. Su pelirroja cabellera se sumerge en el agua y solo acaricio su cabeza con una sonrisa.

-- Más rápido-- suplico con voz ronca sin dejar de acariciar su cabello. Sus movimientos se vuelven más intensos y siento como se aproxima una inmensa ola de semen, la cual segundos después cae en su boca. Se sumergió en el agua y pasó su lengua por sus labios, disfrutando la última gota.

Me abraza y aprovecho para quitar su brasier. Pega sus pechos en mi pecho y sin movernos nos abrazamos.

-- ¿Prometes que pase lo que pase, tengamos pareja o no, siempre estaremos juntos?

-- Te lo prometo-- doy un beso en su cuello-- nunca me alejare de ti, porque eres muy especial para mí.

LAYLA

Dos semanas después...

Hoy me enteré que es el cumpleaños de Daddy, por lo que tengo preparado darle una sorpresa. Después de darme un baño en mi jacuzzi, me pongo un vestido rojo que me llega 10 centímetros más arriba de la rodilla, unos tacones negros muy altos, me agarro el cabello en una coleta muy sexi, y agarrando mi celular, salgo de casa.

Mis padres hicieron un viaje hace una semana por su aniversario, y como estoy solo con la compañía de la aburrida de Zafira, hago lo que quiera.

Estaciono mi hermoso vehículo fuera de la mansión de Luigi y toco el timbre.

-- Hola-- saludo con una sonrisa al sexi italiano que me abrió la puerta y al verme abrió los ojos como platos. Me fijo en que no tiene camisa y lo miro confundida-- acaso ya no tienes empleadas para que abran la puerta. Que tal si me dejas pasar y conversamos, o mejor dicho...follamos-- susurre.

-- Eh Layla que tal si vienes mañana? Estoy muy ocupado en este momento.

-- Yo quería pasar tu cumpleaños contigo. por cierto, feliz cumpleaños-- sonrío.

-- Gracias-- agacha la cabeza y mira por todos lados nervioso.

-- ¿Quién es cariño?-- pregunta una hermosa mujer que a lo lejos puedo verla en la cama de Luigi desnuda, bueno, cubierta con las sábanas.

La sonrisa se me borra y me siento incómoda.

-- Yo no sabía que estabas con tu novia. Lo siento-- lo miro de pies a cabeza-- nos vemos otro día. Disfruta el regalo de Emilia, veo que la están pasando muy bien.

-- Layla yo...

-- Hasta pronto Luigi-- le doy un beso en la mejilla-- y feliz cumpleaños-- conteniendome las ganas de llorar, camino hacia mi auto.

Me subo en mi vehículo y nuestras miradas se encuentran una vez más. Con una sonrisa fingida me alejo del lugar, y de camino a casa estallo en llanto.

-- Por qué tiene que pasarme esto? ¡mierda!-- doy un golpe al volante y por más que quiero evitar llorar las lágrimas aún siguen rodando por mis mejillas-- ¿Cómo pude enamorarme de ti Luigi? ¡¿Como pude?!

Los malditos celos se adueñan de mí, y lo único que tengo en mi cabeza es la imagen de la hermosa rubia en la cama, esperando al hombre que se a robado mi corazón.

-- Te amo. ¡Maldita sea, te amo Luigi!

Caí en mi propio juego, no aprendí bien la regla principal: "No enamorarme de Luigi". Pero fué imposible, es imposible hacer el amor sin amor. Hace dos semanas me enteré de mis sentimientos hacia él, lo amo, no lo puedo evitar, pero sé que él no a mí, sé que tan solo me ve como una mocosa lujuriosa que busca de sexo. Tendré que tragarme todo esto y seguir como siempre, siendo tan solo la amiga con derechos de Luigi.

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Veo el techo de mi habitación mientras aún sigo recordando a la rubia en la cama y a Luigi sin camisa. Ya una semana de lo que pasó. Luigi me ha llamado pero no le he contestado, no quiero hablar con el, y aunque no tengo nada que reclamar, de todos modos siento celos.

La puerta de mi habitación se abre y veo que es Zafira.

-- Sal de aquí Zafira, quiero estar sola-- me cubro la cara con una almohada para que no vea que estoy llorando.

-- Estas llorando?

-- No, solo estoy sudando por los ojos. Acabo de ver una película muy triste, eso es todo.

-- Luigi está abajo, te quiere ver.

-- Pero yo no a él.

-- ¿Qué es lo que pasa entre tú y ese hombre? Ya son tres veces a la semana que te viene a ver, y tu nada que lo recibes. ¿Qué está pasando Layla?

-- No pasa nada, solo que tuve una pequeña discusión con él. Pero en este momento bajo-- salí de mi habitación y mientras bajaba las escaleras, crucé miradas con el italiano-- Buenas noches, mis padres no están, salieron esta mañana...

-- Sabes que no vengo por ellos, sino por ti.

-- Vamos a otro lado-- salimos de casa y nos subimos a su auto.

-- ¿Quieres ir a comer algo?

-- Ya comí.

-- ¿Quieres darte un baño en el río?

-- Me acabo de bañar.

-- Mmm, ¿Quieres...?

-- No quiero nada, gracias.

-- ¿Qué pasa contigo Layla?-- detuvo el auto y agache la cabeza.

-- No pasa nada.

-- ¿Es por lo que pasó con Emilia?

-- No, claro que no...

-- ¿Es por eso?-- lo miré fijamente.

-- Si, es por eso. No sabes cuánta rabia y celos tengo por no haber sido yo la que estuviera en tu cama en tu cumpleaños. No sabes cuántos celos tengo de saber que la mujer que amas es ella y no yo-- dije entre dientes mientras lágrimas caían sin cesar-- Caí en mi propio juego. Me enamoré de ti-- suspiró y cubrió su rostro-- ¡Te amo Luigi! Y no es sano para mí ni para ti que tengamos un relación clandestina solo para follar. Por eso será mejor que no nos volvamos a ver nunca más. Pensar que nunca hicimos el amor. Pensar que ninguno de los dos existe.

-- Layla yo también...

-- Te pido perdón por seducirte y por haber hecho que te acostaras conmigo. Pero gracias porque la mayoría de veces que estuve feliz, fué cuando estuve a tu lado. Mi propósito era que te enamoraras de mí, pero caí en mi propio juego. No me gustan las despedidas, así que será mejor que terminemos esto aquí-- me bajé del auto y dando un par de pasos, sentí como Luigi se bajó del auto.

-- Yo también caí en tu juego mocosa. Yo también te amo Layla.

El corazón se me detuvo por una milésima de segundos. Es imposible tratar de moverme. Trato de procesar la información que acabo de recibir. ¡Luigi me ama! ¿Como pudo pasar? ¿Cuándo sucedió? ¿Cómo?

Con el corazón latiendo a mil volteo cruzando miradas con Luigi.

-- No lo pude evitar. Me enamoré de ti-- caminó lentamente hacia mí-- Este sentimiento surgió hace un mes y medio creo yo. Te amo Layla. Y aunque sé que eres prohibida, te sigo amando-- acarició mi mejilla-- eres lo mejor que me ha pasado en esta vida. Mis días de amargura los llenaste de felicidad con tus locuras. Te amo y no pienso dejarte ir. No te alejes de mí Layla-- pegó su frente en la mía-- Si me permites lucharé por ti, pero no me pidas que me aleje de ti, porque no lo haré.

Lo miré fijamente.

-- Te amo Luigi.

-- Y yo te amo a ti Layla, te amo como nunca he amado a una mujer.

Tomándome de la cintura me besó apasionadamente. Si esto es un sueño, quisiera nunca despertar, porque lo amo.

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