El sonido de las cortinas recorriéndose me despertó, intente abrir los ojos pero una gran pesadez me lo impedía, escuchaba las voces de mi padre y hermano, lo cual me tranquilizaba, hice un breve recuento de lo que recordaba y todo llego a mi mente, el cañón y un caballo asustado y de pronto todo negro, es todo lo que recordaba, cuando puede abrir los ojos, veo a mi padre y el sultán cerca de mi hermano, y prácticamente adoptándolo como un hijo del sultán, no pude evitar expresar una burla a mi hermano.
Ahí sí, sultán consorte jajaja, en ese momento todos voltearon a verme, me sentía muy contento de verlos, me intente enderezar un poco y vi a mi hermano en cama al igual que la sultana y yo, lo único que alcance a decir fue, creo que las salidas para los tres van a quedar suspendidas por un buen rato. Mi padre se acercó y me abrazo y beso con alegría.
Al ver despertar a mis hijos y verlos con salud, le di gracias a la madre Luna, ella siempre ha cuidado de ellos en todo momento y eso me hace estar muy feliz, claro que ya estoy acostumbrado a estos detalles, pero nunca había tenido una preocupación tan grande como la de las ultimad horas, y yo no poder salir a buscarlos era algo más desesperante, claro que el sultán me llevo con él en los vehículos motorizados, para acortar las distancias y mantener mi recuperación lo más estable posible.
Cuando llegamos a el campamento base, todo era como una zona de guerra, soldados corriendo por todos lados, ya se habían montado varias tiendas de coordinación y estrategia para la búsqueda y rescate de la princesa sultana Remy, pero al paso de las horas teníamos a un Zoid, inconsciente y aun no encontrábamos a la sultana, lo bueno es que minutos después mi hijo Zaid, logro localizar a la Sultana Remy dentro de una cueva.
El sentir de dos padres ver a sus hijos inconscientes es algo que no puedo describir, es como si se detuviera el tiempo y los minutos pasaran en cámara lenta, al ver llegar a Zoid inconsciente a el campamento base y verlo entrar en la ambulancia para ser trasladado a el palacio fue algo indescriptible, estaba a punto de subir a la ambulancia para acompañar a mi hijo al hospital, cuando los gritos de Zaid detuvieron toda acción en el campamento.
El sultán salió a su encontró y vimos cómo era cargada en brazos la sultana Remy, se veía muy mal, su rostro estaba empolvado y con algunos rasguños en su ropa y cuerpo, sus prendas estaban mojadas y su lindo cabello se encontraba hecho una baraña, el rostro de Zaid, reflejaba angustia y preocupación, sentía que si aplicaba más fuerza sobre el cuerpo de la sultana se quebraría en sus brazos, lo vi caminar unos pasos más y coloco a la sultana sobre la camilla de los médicos y la empezaron a revisar, posterior mente la trasladaron a la ambulancia, ambos fueron trasladados a el palacio.
En pocas horas fueron dados de alta mi dos hijos, claro que aun así todos permanecimos en la habitación a la espera de noticias de la sultana.
Ver a mi amada sultana, recostada en una cama de hospital con tantos aparatos a su alrededor, hacían quebrar mi corazón, su piel ya estaba limpia y su cabello peinado, pero se mantenía en un terrible sueño del cual no la podía hacer despertar, los medicamentos eran pasados por la venas, sus linda piel fue perforada por esas horribles agujas, me mantenía a su lado tocando con cuidado sus manos y cara, pues no quería lastimar a mi hermosa sultana.
Así pasamos varios días, las noches las pasamos en vela el sultán y yo, y los días eran cubiertos por mi padre y hermano, nunca dejamos sola a la sultana de mi corazón, cerca del décimo día, la sultana empezó a tener un poco de movimiento en brazos y pies, el médico nos informó que está empezando a reaccionar a los medicamentos y que probablemente en unos días ella pueda despertar, claro que después tendríamos que hacer un exámenes para descartar cualquier problema.
Efectivamente, al pasar los días la sultana despertó a eso de las 4 de la mañana, el sultán fue el primero en acercarse a su hija, los ojos llorosos del sultán reflejaban en profundo amor que sentía por su hija, la sultana se encontraba un poco perdida en cuanto a lo que estaba pasando, su cuerpo aun no tenía mucho movimiento, por lo que solo permaneció quieta sobre la camilla, los doctores hicieron varios estudios y confirmaron que solo era letargo por el coma, mañana iniciaría con una terapia física para que recobrara la movilidad en totalidad.
Pronto mi padre y hermano llegaran a nuestro lado, todos estábamos felices de que la sultana estuviera mejor, los médicos le recomendaron a la sultana que durmiera un rato más, nosotros no retiramos de su lado, pero permanecimos en la habitación platicando el resto de la noche.
Al despertar y ver la tristeza en los ojos de mi padre, supe que algo me había pasado y no era nada bueno, empecé a recordar, el momento que tiré la flecha, el gran sonido del trueno y la preocupación que sentí al saber que el rayo callo a un lado de mi amado, todo pasa tan rápido que ya no recuerdo más, también a mi mente llegaron unos gemidos de cachorros, cuando desperté en la cueva estaban cachorritos de gato, donde estarán que abra pasado con los cachorritos.
A las 7 de la mañana, me desperté para la primera revisión de los médicos y después vi a mi padre sentado en la salita que está dentro de mi habitación de hospital, le llamé y se aproximó a mi lado, padre, le dije ve a dormir descansa ya has pasado varios días sin descanso, más tarde regresa. Zaid me acompañara y me ayudara con el desayuno.
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