Cap. 5 En el palacio

Sultán – por su hospedaje no se preocupen muchachos, se quedarán en mi palacio todo el tiempo que sea necesario – el sultán se despidió de nuestro padre y nos llevó con él para hospedarnos en su palacio.

El palacio del sultán Osmán es muy antiguo, pero a su vez es muy elegante, tiene una perfecta fusión entre lo cultural y moderno.

Zaid – señor sultán su esposa tiene excelente gusto en decoración –

El sultán detuvo su caminar y se giró hacia nosotros – ella tenía buen gusto con esas cosas, pero lamento que está decoración no es obra de ella, mi bella sultana murió hace más de 20 años –

Lamentamos oír eso y más lamentamos el hecho de su pérdida, le pedimos una disculpa.

Sultán – la decoración es de mi hija la sultana Remy – ella se encarga de esas cosas, más tarde a la hora de la cena ella, comerá con nosotros y la podrán conocer.

Ya faltaban 15 minutos para bajar a cenar, cuando recibimos una llamada del hospital, así que como cortesía yo me quedé a cenar con el sultán y su hija y Zoid fue al hospital.

Faltando unos minutos para la hora de la cena, yo ya me encontraba en el gran salón a la espera de ser guiado al comedor.

A las ocho en punto sonó el reloj de pared, su sonido semeja a una cascada de cristales, es un bello sonido, relajante, hipnotizante y mágico, antes de dar la última campanada, comenzó a bajar una joven de piel blanca, ojos grandes color violeta, con un leve tono rosado en sus labios, sus labios no eran gruesos, ni delgados eran perfectos, su cabello dorado llegaba casi a la mitad de su espalda, sus ondas le permitían menear mejor su hermosa melena al ritmo de su caminar.

Ella se detuvo a unos pasos de su padre el sultán, saludo y empezó a abrazar y besar a su padre – papito por qué no me informaron que había visitas, así me hubiera vestido para la ocasión.

– pero si desde mi lugar, ella se ve tan hermosa y linda. vestía un pantalón de color negro a juego con el chaleco, la camisa es de color verde esmeralda y es prácticamente transparente, se pueden apreciar muy bien esos brazos delgados pero torneados, el chaleco es ajustado a su pecho y su pantalón le queda perfectamente y hace resaltar su pequeña cintura, las curvas de su cadera y su redondo y parado trasero, sus zapatos eran de charol verde esmeralda para terminar a juego con su camisa. Por qué ella, quería vestir de otra manera, si así se veía perfecta.

Me encontraba perdido en mis pensamientos, cuando el sultán toma mi hombro y me hace reaccionar – Zaid, esta es mi hija Rémy – mu mucho gusto, tartamudeo un poco soy Zaid Malek, me inclinó para hacer una referencia y tomo su mano y le dejo un pequeñísimo beso en el dorso de su mano, su piel es tan suave y delicada, me regala una sonrisa y pasamos al comedor.

Estoy en mis aposentos, terminando de colocar mis zapatos, cuando escucho el reloj, me veo por última vez al espejo y salgo apurada.

Cuando empiezo a bajar por las escaleras a mi nariz llega un delicioso aroma a mandarinas, subo mi mirada y veo a un joven Alfa, apuesto y elegante, vestía un traje de color marfil con una camisa color lila, sus brazos y pecho están bien marcados.

Al terminar de bajar corro hacia mi padre, para reclamarle el por qué no me avisó de la visita, el solo sonríe y nos acercamos al joven, papá lo tomó de los hombros ya que parece que se quedó en otro mundo, papá nos presenta, él se ve tan galán cuando, se presenta y deja un beso sobre mi mano, le sonrió y siento un ligero sudor en mis manos.

Pasamos al comedor y los empleados comienzan a repartir los alimentos, la entrada que sirven es crema de sésamo a los tres quesos, seguido de un corte de carne horneada con finas hierbas, y de postre dulce de trigo.

La cena paso tranquila entre risas y pláticas amables y copas de vino, cerca de las 10 de la noche, me retiré a mis aposentos ya que por alguna extraña razón me sentía un poco sofocada, tal vez fue el vino, me cambié y puse mi ropa de dormir, un ligero camisón de seda color uva, me recosté en mi cama, cerré el velo de la cama y me quedé dormida.

A papá Zalithe, le iban a realizar una resonancia magnética para ver la condición de su alfa, por ello necesitaban la presencia de un familiar, después del estudio, el médico informó que mañana después de la revisión del Ortopedista, lo darían de alta al mediodía.

Ya casi eran las 12 de la noche, para llegar al palacio Osmán tenía que atravesar un bosque cercano, conducía el auto que nos asignó el sultán Ahmed, durante nuestra permanencia en el palacio, manejaba tranquilamente cuando algo cruzó el camino y provocó que perdiera el control del vehículo y frenará en secó.

Me pareció ver un pequeño venado o algo así, baje del auto y revisé que no lo haya golpeado, todo está bien. Subí y continúe con mi viaje solo 10 minutos después llegué al palacio, fui directo a mi habitación ya que había cenado con papá en el hospital.

La noche era algo calurosa, decidí dar un pequeño paseó por el bosque cercano al palacio, el respirar aire fresco me relajó tanto que sin pensarlo ya me encontraba caminando en cuatro patas, camine varios minutos hasta llegar a un pequeño arroyuelo que nacía de entre unas piedras, era un lugar muy fresco y agradable a la vez, me detuve antes de llegar, a la orilla del arroyo se encontraba tomando agua un pequeño lobito de pelaje color blanco como la nieve, se veía perfecto y no quería asustarlo, pero en un movimiento ligero sonó el grujir de una rama, lo cual alertó al lobito blanco, se enderezó y camino lentamente hacia donde estaba yo.

Me sorprendí al ver al no tan lobito, era un lobo de casi mi altura su porte al caminar era fino y elegante, salí de mi escondite y caminé hacia el lobo blanco, olfateé varias veces sin éxito, el lobo blanco pareció reír y agachó su cabeza en señal de saludo, no de sumisión.

...Al ver ese acto, decidí hablar lobil, hola soy Zoid, ¿cuál es tu nombre, pequeño lobito?...

...¡¡¡Mi nombre!!! No tengo…...

...¿En dónde vives?...

...Yo, no se, solo siempre estoy aquí......

...A mi mente vino el accidente de hace unos minutos en el camino al palacio y que tal…...

... ¿estás herido?...

...No, no tengo heridas, yo solo disfruto las noches aquí......

...Creo que sí lo golpeé con el auto y no me di cuenta.

...

...Pequeño lobito ¿Qué eres?...

...Soy, soy un lobito, que disfruta de las noches en el arroyo ¿Por qué preguntas tanto?...

...Bueno es que todos los lobos tenemos un aroma, el cual nos define como Alfas, Omegas, Betas o Deltas, y en ti no puedo identificar ningún olor....

...No lo sé no lo recuerdo, tal vez soy un lobo blanco sin aroma......

...Tal vez lobito, pero debes tener un nombre tal vez… ¿Qué te gusta más?...

...A mí, me gusta el agua, la noche, la luna, el arroyo, la…...

...Ya se te llamaré Agua de Luna....

...Me gusta...

De repente se vio un relámpago y segundos más tarde él trueno, en lo que levanté la vista para ver el rayo y regresé la mirada al lobito blanco había desaparecido.

Grité varías veces y lo busqué por el arroyo sin éxito alguno.

La tormenta llegó y decidí regresar al palacio, tomé un baño y me acosté a dormir, esa noche soñé al lobito blanco.

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