Cap. 13 En mil años más

La neblina no disminuía, por el contrario, se hacía más espesa, seguimos caminando…

Unos cuantos minutos más de camino la neblina se disipó, tan repentinamente, que nos dio escalofríos a todos, frente a nosotros se encontraba una pequeña cabaña de dos piezas, un poso en el jardín y lindas flores decoraban la entrada y ventanas de la cabaña, el cercado de la cabaña esta formado por finas piedras muy bien alineadas, todas de gran tamaño, sus formas son asimétricas, pero con una gran armonía, piedras finamente pulidas, para resaltar los elementos minerales de estas, esto no parece ser la obra de una vieja chamán, nunca habíamos visto mi hermano y yo en todos nuestros viajes un cerco o muralla de este tipo.

Llamamos a la puerta del cercado, de la cabaña salió una linda abuela con sus faldones largos y un lindo delantal, su cabello cano en un lindo trenzado, si parecía una abuela de los cuentos.

Pequeña sultana – sean bienvenida a mi humilde morada, de haber sabido que vendrían hubiera ido a su encuentro.

Entramos a la cabaña, esta por dentro se veía mucho mas amplia que desde afuera, en la sala había varios bancos de madera, en los cuales cabíamos exactamente, tal parecía que supiera cuantos éramos, la perfección en las cosas era algo sorprendente, sobre la mesa de la sala se encontraba una jarra de metal algo pequeña con algunos inscripciones o tallados a los cuales no les puse mucha atención.

Pero si a la cantidad de vasos era la justa, en que momento dispuso la mesa, bebí el té de mi vaso y sobre la mesa se encontraban varios pastelillos, de donde salieron, moví mi cabeza negando los hechos y esperamos a que la sultana hablara.

Sabia anciana, emos venido a su hogar, en busca de respuestas, conoce usted la leyenda de la Sultana del bosque, nos gustaría oír la versión original de esta.

Bueno, la leyenda tiene mas de mil años, creo que todo comenzó cuando el primer sultán conoció a su amada sultana, la diosa luna los bendijo con una linda cría omega, creció y era la mas linda mujer de todo el reino, hombres y mujeres la admiraban por su gran belleza, un día llego un forastero, de tierras muy lejanas, detrás de las grandes arenas, su cara siempre cubierta de suaves velos y turbantes, ellos se conocieron y flecharon, como en estos tiempos se dice.

Pero el sultán no estaba de acuerdo, con perder a su adorada hija, y les negó la felicidad, el sultán mando exiliar a el forastero para que no regresara jamás por su hija, pero la pequeña sultana se dio cuenta de todo y decidió huir del palacio e ir en busca de su destinado.

Se dice que vago sin rumbo por el bosque, hoy conocido como el de la sultana, pasaron varios días y fue perdiendo la fuerza a falta de comida y agua, llego un momento en el que por falta de fuerzas en su cuerpo cayo al barranco.

Cuando el forastero supo de desaparición de su amada sultana desafío al sultán regresando a su territorio, entro en el bosque y la encontró al fondo de…

Un barranco y le lloro por más de mil días y noches…

Como sabes el resto de la leyenda, pregunto la vieja a Zoid, no lo se solo creo que era el final perfecto, dijo un poco avergonzado por interrumpir el relato de la vieja, pero dejando mas dudas en su mente.

Bueno después de esta interrupción continuo, se dice que el forastero, le lloro por mil días y noches a su amada sultana, la madre luna al ver el dolor de el forastero le prometió que en mil años más sus almas nuevamente estarían juntas, tanto hombre como mujer y alfa como omega, y su amor viviría por mil años más.

Bueno esa es la historia original de la sultana del bosque, muchos cuentan que la sultana sigue vagando en busca de su amado.

Que linda historia de amor, me gustaría tener una historia así, claro sin el hecho de que muera yo o mi amado alfa, tomo la mano del Zaid y le sonrió, si sultana yo seré tu forastero en esta historia de amor.

Pero pasen a el comedor la cena ya está lista.

Y si no se en que momento el comedor estaba servido debidamente, los juegos de cubiertos dispuestos, como una anciana puede contar una historia y al mismo tiempo preparar una gran cena y sin ayuda ni tiempo, creo que necesito tiempo para pensar.

Por un segundo creí oír el reloj de cristal en mi mente, en ese momento la vieja nombra a la sultana diciendo: pequeña sultana, aquí esta su copa, ya la tenia preparada, la sultana la bebió sin objeción alguna, esto es muy raro no puedo con todos los detalles que los demás no ven.

La cena fue deliciosa, el estofado estaba perfecto el pan recién salido del horno y el vino servido me causo un poco de sueño, pedí permiso para retirarme y sentarme en la sala, me sentía un poco mareado y sofocado, algo no estaba bien, de pronto me quedé dormido.

Al despertar me encontraba en una cómoda cama, cubierta de los tradicionales velos, mi hermano se encontraba a mi lado y eso me hacia sentir mejor, creo que ya habíamos regresado al palacio, pero porque mi hermano dormiría a mi lado.

Me levanté de la cama y salí del velo, a unos cuantos metros se encontraban otras dos camas, más nos encontrábamos en una habitación algo grande. Salí de la habitación y me encontré en un pasillo, al fondo se veía la sala, en una de las paredes había dos puertas, creo que deben ser las habitaciones de donde duerme la sultana y otra donde duerme la vieja de la cabaña.

Al llegar a la cocina me encontré con la vieja, estaba preparando un té, el cual me compartió, bebimos los dos juntos y me dijo, te contare una breve historia.

La madre luna, una noche de alegría, tristeza y destino, concedió un deseo compartido, a dos almas antes de morir, y ese amor llegara a su destinado con el paso del tiempo.