Cap. 11 La Leyenda de la Sultana

La hora de comida llego y como siempre y debido a el reposo obligado de Zoid, nuestros padres se fueron a comer al comedor y nosotros comimos en el balcón de los aposentos de Zoid, lo cual era muy curios ya que este daba justo a la entrada del bosque de la sultana y por muy extraño que suene, es el lugar donde se desmayó.

Estoy empezando a creer que alrededor de nosotros, se encuentran tramando cosas y alineando otras en nuestro destino. Es un pensamiento que llego a mi mente, pero inmediatamente salí de este cuando las acompañantes nos indicaron que la mesa estaba servida y que pasáramos al balcón, ayudé a mi hermano a llegar a la terraza, a él no le gustaba, recibir ayuda y menos en una convalecencia de lo más absurdo como un ligero desmayo.

Durante la comida Zoid, estuvo un poco serio y perdido en sus pensamientos, no le moleste ya que se veía realmente preocupado, le pregunte a mi hermano que es lo que le estaba pasando ya que él es de los más alegre y gracioso, y en esta ocasión se veía de lo más angustiado y temeroso.

Si es por lo de las historias de la sultana en busca de su alfa amado, son solo cuentos, desde que yo tengo uso de razón esas leyendas rondan el bosque, pero nunca nadie la ha visto, así que creo que es solo una historia de mi pueblo que paso de generación en generación, creo que se podía decir que es una leyenda de más de mil años.

Le sonreí un poco triste a la sultana, pero no me pude aguantar las ganas de preguntar, ¿crees que una sultana de mil años sigue buscando a su amado alfa hasta estos tiempos? ¿Cómo sería posible que en tanto tiempo no encontrara el amor? ¿Qué pasaría si ella encontrara a su destinado después de tantos años? ¿sería una sultana vieja o una adorable omega?

Bueno no sé cómo responder a todas tus preguntas, pero si quieres podemos ir con la chaman de Ankara y que nos lea el futuro a los tres y nos cuente las historia completa de la sultana del bosque, vi como los dos hermanos se alegraron al tener una nueva aventura en sus manos, así que le dije: queda decidido, mañana a primera hora vamos en busca de nuestra leyenda y de nuestro futuro.

A la hora de la cena les dije a la sultana y a Zaid, que me sentía con un poco de sueño y no iría a comer, que fueran ellos y nos veríamos mañana a las 8 de la mañana como de costumbre en el gran salón para el desayuno, también quería dejarlos un rato a solas, yo sabía que mi hermano se había enamorado de la linda sultana y ambos necesitaban un tiempo a solas, creo que mi hermano se enamoró de la sultana o de la danzante del velo, todavía no lo descubro bien.

Yo por mi parte me he enamorado de la linda lobita del bosque de la sultana, la cual estoy creyendo que es un fantasma milenario en pena, así o más patética seria mi vida, creo que moriré de viejo, pero sin hijos y familia que mal destino me toco, tal vez debería terminar la carrera en otro país y alejarme de mi familia para que no vean mi muerte lenta y prematura por falta de un amor.

Me quede pensando en mis ideas que no supe cuando me quede dormido, de pronto me encontraba en el bosque de la sultana milenaria, su lindo canto me llamaba a que la encontrara entre la niebla del obscuro bosque, camine entre las veredas a oscuras ya que esta noche era de luna nueva, la obscuridad de pronto me asusto, la niebla se sentía como algo a mi alrededor el cual me sostenía evitándome llegar a donde se encontraba mi lindo lobito blanco, de pronto la voz de mi lobito de detuvo y todo quedo en silencio, un segundo después la alarma de mi teléfono sonó ya eran las 6:30 de la mañana, que bueno que todo fue un sueño.

Me levante y me prepare para bajar a desayunar e investigar la verdadera historia de la sultana del bosque, y descubrir si mi adorable lobito es la sultana o es real y lo puedo encontrar.

Al sonar las 8 de la mañana todos entramos al comedor y pasamos a desayunar, la sultana le informo a su padre, que estaríamos fuera del palacio todo el día, buscaríamos a la chaman del pueblo y encontraríamos la verdadera historia de la sultana del bosque.

Mi padre se alegró mucho de nuestra aventura, le recordó que el en su juventud se encontró con nuestra madre de una manera muy parecida, ambos se encontraban en el desierto siguiendo las pistas de una leyenda la cual decían que la diosa Isis tenía su manantial de vida en las cálidas arenas del desierto.

Una hora después de desayunar, todo estaba listo para la gran aventura, en el auto íbamos yo y un guardia de la Sultana, en la parte delantera, y en la trasera mi hermano y la sultana, al frente de nuestro auto se encontraba un auto negro con todas sus plazas con los guardias de la Sultana, y en el auto de atrás uno de color blanco iban las acompañantes de la Sultana y una de sus nanas.

Viajar en compañía de la Sultana Remy, es todo una odisea, los protocolos de seguridad son muy intensos, pero después de dos horas de camino, por un paisaje de leves rocas y grandes pastizales llegamos a una zona algo montañosa, la chamán vivía a las inmediaciones de la montaña nublada.

Con justa razón, se llama así, la montaña se encontraba cubierta por un anillo de neblina en la mitad de la montaña.

Todos bajamos de los autos, en total éramos siete guardias de seguridad, una nana, tres acompañantes y tres aventureros en busca de la verdad de la leyenda de la sultana del bosque, el resto del camino seria subiendo la montaña, en promedio tardaríamos unas dos horas más al subir la montaña, los guardias se pusieron las maletas a la espalda y mi hermano y yo también, claro que en las nuestras solo llevábamos aguas y bocadillos y una frazadas por si teníamos que descansar.