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El CEO VIUDO ENAMORADO EN BORA BORA

El CEO VIUDO ENAMORADO EN BORA BORA

Status: En proceso
Genre:Diferencia de edad / Yaoi / Amor a primera vista / Romance
Popularitas:6.5k
Nilai: 5
nombre de autor: Mckasse

Arim Dan Kim Gwon, un poderoso CEO viudo, vive encerrado en una rutina fría desde la muerte de su esposa. Solo su pequeña hija logra arrancarle sonrisas. Todo cambia cuando, durante una visita al Acuario Nacional, ocurre un accidente que casi le arrebata lo único que ama. En el agua, un desconocido salva primero a su hija… y luego a él mismo, incapaz de nadar. Ese hombre es Dixon Ho Woo Bin, un joven biólogo marino que oculta más de lo que muestra.

Un rescate bajo el agua, una mirada cargada de algo que ninguno quiere admitir, y una atracción que ambos intentan negar. Pero el destino insiste: los cruza una y otra vez, hasta que una noche de Halloween, tras máscaras y frente al mar, sus corazones vuelven a reconocerse sin saberlo.

Arim ignora que la mujer misteriosa que lo cautiva es la misma persona que lo rescató. Dixon, por su parte, no imagina que el hombre que lo estremece es aquel al que arrancó del agua.

Ahora deberán decidir si siguen ocultándose… o si se atreven a dejar que el amor, como los latidos bajo el agua, hable por ellos.

NovelToon tiene autorización de Mckasse para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

Una mañana arrolladora

Al día siguiente, Dixon fue el primero en abrir los ojos. El silencio lo envolvía, apenas interrumpido por la respiración acompasada del hombre a su lado. Se quedó quieto unos segundos sin mover un músculo, aturdido, reconociendo de a poco la realidad de la noche anterior. Las sábanas estaban limpias, como si alguien las hubiera cambiado, y a su izquierda descansaba Arim, aún con el antifaz cubriéndole los ojos, vulnerable como un niño que soñaba con algo mejor que el mundo que lo rodeaba.

—¿En verdad hice todo eso?—murmura Dixon mientras lo observa con el ceño fruncido. ¿Se habría atrevido ese domador de delfines a mirarle el rostro mientras dormía?

La idea lo inquietó, aunque una parte de él esperaba que no, que aún existiera ese límite invisible entre ellos. Moviéndose con cautela, intentó incorporarse para salir de la cama sin despertarlo, pero enredado en las sábanas dio un traspié. Su cuerpo perdió equilibrio y terminó cayendo de nalgas contra el suelo con un estruendo seco.

—¡Auch...!

El golpe lo dejó paralizado por un instante. El dolor subió desde la cadera hasta las piernas, y al intentar moverse, un escalofrío lo recorrió entero.

—Mierda… —murmuró entre dientes, apretando la mandíbula.

El ruido despertó a Arim, quien se incorporó alarmado, inclinándose en la orilla del colchón. La escena que encontró lo dejó entre divertido y confundido: Dixon estaba sentado en el suelo, todo desnudo, hecho un lío de sábanas, con el gesto crispado.

—¿Qué demonios pasó? —preguntó, con una risa contenida—. ¿Te ayudo o solo estabas admirando el suelo?

Dixon alzó la vista hacia él, sus ojos brillando de frustración.

—Ayúdame, señor domador—gruñó con voz ronca—. Creo que me dejaste inválido… no siento la cadera ni las piernas.

Arim abrió los ojos sorprendido, pero no pudo evitar que la risa escapara de sus labios. El contraste entre lo serio del reclamo y la torpeza del accidente le resultaba casi cómico.

—¿Inválido? —repitió, conteniendo una carcajada—. No exageres. Bien que lo disfrutaste a pesar de que habíamos bebido bastante.

Dixon trató de levantarse por sí mismo, pero un dolor agudo lo hizo gemir, cayendo de nuevo contra el suelo.

—¡No estoy exagerando, es en serio! —rugió, golpeando con la palma contra el piso—. No siento nada…tú te pasaste de fuerza conmigo.

El dramatismo de su voz hizo que la risa de Arim se congelara en la garganta. De pronto, la broma ya no parecía tan ligera. Se apresuró a rodear la cama y se agachó frente a él.

—Ey… tranquilo, respira —dijo, colocando una mano sobre su hombro—. ¿Puedes mover los dedos de los pies?

Dixon lo miró con furia contenida, como si la pregunta fuera una ofensa, pero obedeció. Apenas logró un movimiento mínimo, torpe, pero suficiente para que Arim soltara un suspiro de alivio.

—¿Ves? No estás paralizado —murmuró, con una media sonrisa para suavizar el momento—. Solo fue el golpe. Te quedaste débil por todo el maratón de anoche.

Dixon lo mira con su orgullo herido que dolía casi tanto como la caída.

—Es tu culpa.

—Lo se. Acepto que soy el culpable.

—Y ahora como voy a caminar si destrozaste mi espalda baja y mi agujero. No volveré a ser el mismo. Estoy arruinado. No siento nada además de dolor.

Arim, se acercó y lo levantó en brazos con firmeza y cuidado. El corazón le latía con fuerza; la vulnerabilidad de Dixon lo cautivaba y a la vez le generaba un impulso protector que no podía ignorar.

—Tranquilo, delfín, yo te ayudo —susurró con suavidad, acomodándolo sobre la cama otra vez, cubriéndolo con las sábanas y peinando con delicadeza su cabello húmedo y enmarañado—. No es nada, solo un tropiezo. Dale un momento de seguro todo vuelve a la normalidad.

Dixon, aun con la cara sonrojada, apenas pudo balbucear un “gracias”. Se sentía torpe, débil, y al mismo tiempo extrañamente seguro con él. Arim sonrió, divertido y con un dejo de ternura, admirando cómo aquel hombre vulnerable seguía teniendo algo de fuerza y dignidad.

—Ahora, ¿quieres que pidamos el desayuno? —propuso Arim, levantándose y dirigiéndose hacia el teléfono de la habitación—. Estás demasiado débil para levantarte solo, y yo no voy a permitir que pases hambre después de lo de anoche.

—Sí… por favor —dijo Dixon, aún con la voz suave y apagada, mientras se acomodaba entre las sábanas.

Arim marcó el servicio de habitaciones y pidió un desayuno completo: frutas frescas, pan recién horneado, jugos naturales, café, empanaditas, y algunos postres. Mientras esperaba, volvió hacia Dixon y se inclinó junto a él.

—Cuéntame, delfín… a qué te dedicas realmente —dijo con una sonrisa pícara, dejando que su curiosidad aflorara.

Dixon bajó la mirada y jugó con la sábana entre sus manos, incómodo.

—No puedo decirlo… —respondió, con un hilo de voz—. Confórmate con saber que… me gusta el mar.

Arim asintió, divertido.

—Está bien, lo que sea que hagas, seguro es interesante. Pero mientras tanto, voy a cuidarte un poco.

Sin que Dixon pudiera protestar, Arim comenzó a darle un masaje suave en los hombros y la espalda. Sus manos firmes y expertas recorrían cada músculo tenso, y Dixon no pudo evitar suspirar, cerrando los ojos mientras se dejaba llevar por la sensación.

—Esto… se siente bien —murmuró Dixon, relajándose como hacía mucho tiempo no lo hacía.

—Claro que sí —respondió Arim, sonriendo—. Ahora, duerme un poco más. Yo me encargo de todo lo demás.

—¿Tú me limpiaste?

—Sí. Te desmayaste. Creo que fui un poquito insistente. Te llevé al límite y quise redimir mi aptitud. Nunca me había sentido así.

—Vas a tener más que eso para redimirte conmigo realmente. Aunque fue mi primera vez lo disfruté, pero eso que llevas ahí es de grandes ligas.

Dixon, ya rendido por la mezcla de cansancio y placer por el suculento masaje, dejó que su cuerpo se hundiera en la cama. Arim, mientras tanto, se levantó y fue al baño, marcando rápidamente el número de su hija Sakura para asegurarse de que todo estuviera en orden. Le prometió que estaría en casa justo después de que terminara sus clases privadas, y que no quería perder ni un minuto más con ella.

Luego de la llamada, regresó a la habitación y encontró a Dixon profundamente dormido. Lo miró por un instante, con una mezcla de ternura y fascinación. No podía quitarse de la cabeza lo vulnerable que se veía, ni la forma en que sus pequeñas manos se aferraban a las sábanas. Así que sin pensarlo tomo algunas fotos de él sin su permiso, piensa que no se daría cuenta.

—Descansa, delfín —susurró Arim, acomodando la almohada detrás de su cabeza—. Te mereces un poco de paz después de todo lo que pasó.

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Maru19 Sevilla
Todo está muy bien y va estar mejor cuando Arim se sacuda a su perniciosa familia 😂😂😂
Maru19 Sevilla
Arim está muy manipulado
Maru19 Sevilla
Cuánta pasión 🥰🥰
Maru19 Sevilla
Que descanses autora🥰
💖
La nana quiere al jefe
💖
Ya entendí es homosexual
💖
Una protagonista vestido de hombre /CoolGuy/
Erika Estrada
me encanta ojalá puedan estar juntos los tres 🤭
Maru19 Sevilla
Que bonito capítulo 👏
Maru19 Sevilla
Que posesivo! 🤭🤭🤭
Erika Estrada
entiendo a Sergey pero en el corazón no se manda y espero que ahora sí el domador de Delfines saque la casta que debe🤭
Erika Estrada
OMG por qué no hay hombres así en mi pueblo ☺️☺️
Yandi Perea Maturana: esos hombres solo existen y están en noveltoon🤣😂🤣😂🤣😂
total 1 replies
Maru19 Sevilla
Jajajaja que buen capitulo
Mckasse Escritora
🥰🥰🥰🥰🥰gracias por leer
Maru19 Sevilla
Me encantan tus novelas autora /Heart/
Maru19 Sevilla
A poco no le tentación, saber quién es /Slight/
Maru19 Sevilla
Ni modo a recetearse Alfa
Mckasse Escritora: jajaja está buena esa
total 1 replies
Maru19 Sevilla
Ah, pillines/Drool/
Maru19 Sevilla
Picarones/Chuckle/
Mckasse Escritora
muchas gracias
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