LOS RUTTHERFORD - MATH RUTTHERFORD

Samanta estaba hecha una furia, parada frente a todos sin importarle las condiciones en las que se encontraba, mientras por su parte Math estaba gozando de haberle arruinado su mañana, aunque en realidad tenía todo un itinerario planificado para poder lograr su cometido, esperaba lograr causarle molestia en la tercera o cuarta actividad, pero no había tomado en cuenta lo iracunda que era la mujer, dando como resultado la escena que ahora estaba sucediendo.

-          ¡Señora!, cálmese por favor – le dice la mujer que la estaba atendiendo, mientras la que se estaba encargando de atender a Math estaba contra las cuerdas sin tener forma de cómo explicar su comportamiento – le aseguro que solo es una confusión – le dice tratando de calmarla.

-          No me interesa calmarme – le dice Samanta molesta – aunque tampoco me importa lo que esta descarada le haga a este tipo – señala a Math – pero no me gusto la doble moral de esta mujer – se voltea y toma la bata que estaba en el perchero – Habíamos quedado en mantenernos alejados, ¿Qué haces aquí? – le molestaba la sola presencia de ese tipo, era como si un volcán hiciera erupción cada vez que él estaba cerca.

-          Tu misma lo dijiste, ¿recuerdas? – le dice calmadamente, con una sonrisa sínica en sus labios.

-          ¿En qué momento te dije que podías venir y arruinar mi mañana? – le dice, ambos discutían ignorando a las dos mujeres que allí se encontraban.

-          En el momento en que me dijiste que podía seguirte mientras te divertías – le sonríe – yo solo estoy siendo un buen esposo, siguiendo tus recomendaciones – obviamente era para molestarla.

-          Bien – lo mira con odio, obviamente quería descontrolarla – pues disfrutemos de este día – sonríe y lo mira – de todas formas, yo no soy quien debe atender sus negocios, a diferencia de ti – le dice

-          Tranquila querida, de mis negocios me encargare luego – le dice – por ahora perderé mi tiempo siguiendo tu juego, de esa forma evitare que te comportes de forma – piensa para no decir una palabra tan ofensiva – tan fácil, con otros hombres – la mira de forma objetiva

-          Eres un descarado al decirme eso, mientras dejabas que esta tipa te masajeara de forma seductora, mientras te coqueteaba – le dice – además de que le estabas siguiendo el jueguito de seducción – le reprocha.

-          Señora, yo no estaba

-          No me interesan tus costumbres con los clientes – le dice Samanta a la mujer, haciéndola callar

-          Cualquiera diría que estás celosa querida – le dice Math fingiendo estar sorprendido, por dentro estaba muerto de risa viendo la cólera de la mujer.

-          ¡¿Quién podría estar celosa de un tipo como tú?! – le dice -  solo estoy recalcando la poca moral que tienes al tildarme de ser una mujer fácil, cuando tú, andas coqueteando con esta – se coloca la bata.

-          Ahora, ¿A dónde vas? – le dice viendo a la mujer alejarse.

-          No es tu problema – le dice molesta caminando hacia la salida.

-          Señor – le dice la masajista viendo que el hombre se levanta de la cama de masaje y toma su bata – le juro que no sabía que su esposa era la que se encontraba al lado – le dice apenada de sus acciones – yo no quería – no sabía cómo excusarse, agacha la cabeza – por favor, si la señora se queja, seré despedida y no tengo otro lugar…

-          Tranquila – le dice Math colocándose la bata – te aseguro que esto no saldrá de aquí – le dice calmando a la mujer – Muchas gracias por la atención – le dice sonriéndole- me relaje mucho – se va tras Samanta.

Durante el resto del día, cualquier actividad que Samanta quisiera participar, se conseguía inesperadamente con Math siguiéndole los pasos, algo que le impedía pasar un buen momento de tranquilidad, poniéndola cada vez más irritada.

-          ¡Ya basta de seguirme! – le dice de forma molesta – me seguiste en el Spa, luego en la sala de relajación, a la hora del almuerzo, después en el paseo e incluso en la estética, ¡Ya basta! – le dice eufórica

-          ¿Por qué te molesta tanto que te siga? – aunque a el también le molestaba estar de aquí para allá siguiendo a la mujer, en lugar de estar aprovechando el tiempo para terminar su trabajo – No te he dirigido la palabra en ninguna de las veces, en cambio tú, te pones eufórica sin motivo alguno – el verla así de molesta era algo que compensaba su sacrificio.

-          ¡esto que estás haciendo se le dice acoso! – le dice molesta

-          No seas dramática – le dice calmado – para tu información, cuando dos personas que están recién casado, se siguen a todos lados se le dice “Luna de Miel” – Dicen que el sufrimiento de algunos es la alegría de otros, pues Math estaba satisfecho con los resultados.

-          Eres insoportable, insufrible e irritante – le dice, después de eso se marcha hacia la villa hecha una furia, dejando al hombre parado frente a los yates.

Samanta llego al lugar, se fue hacia la habitación, se metió al baño y se dio una ducha antes de irse a dormir, no pretendía cenar, lo más seguro era que ese hombre estaría esperando a que ella se siente a la mesa, para luego ir a molestarla con su odiosa compañía. Mejor iría directo a la cama, termino de bañarse y se colocó la toalla alrededor de su cuerpo, mientras que secaba su cabello con una más pequeña, salió del baño y se chocó contra una enorme pared de músculos.

-          ¡¿Qué haces?! – le dice molesta al hombre que se encontraba frente a ella con tan solo una toalla cubriendo de su cintura hacia abajo.

-          Me cambie y ahora me voy a bañar – le dice, la verdad es que no pensó que ella también se encontraba en la habitación, así que esa vez si era coincidencia.

-          ¡Usa el otro baño! – le dice, se refería al baño de la piscina

-          Te recuerdo que esta es la habitación matrimonial, el cual se compone por nosotros dos – le dice – así que le puedo dar uso al igual que tu – la aparta para poder pasar al baño – así que hazte a un lado – entra y cierra la puerta dejando a la mujer afuera.

-          Estúpido imbécil – dice antes de ir al armario por su ropa, terminar de secar su cuerpo y vestirse. Después seco bien su cabello, lo peino y se fue a la cama, luego de un largo y estresante día, las sabanas sobre su piel, lo acolchado de la cama, se sentían como flotar en una inmensa nube de suavidad, cerro sus ojos y se quedó dormida.

Luego de media hora siente como la cama se hunde del otro lado a su espalda, espantada se despierta volteando a ver que sucedía, para su sorpresa Math se encontraba durmiendo a su lado, de inmediato lo despertó.

-          ¡Oye! – le dice moviéndolo - ¡ve a dormir a otro lado! – le dice molesta

-          No lo hare – le responde si siquiera voltear a mirarla.

-          Bien, me iré a dormir en el sofá – dice molesta tomando las almohadas, mientras pensaba en lo difícil que iba a ser dormir nuevamente de forma tan incómoda.

-          No vas a hacerlo – le responde

-          ¿Qué? – le dice alterada – tu no me das ordenes – le dice

-          Bueno pues, mande a cambiar la cerradura de la puerta – le dice calmado – algo que imagino que no has notado, esta nueva cerradura no tiene pomo, así que abre solo con la llave que tengo en mi poder – le dice – así que te recomiendo que te vuelvas a acostar a dormir – se acomoda las sabanas.

-          ¿Por qué hiciste tal cosa?, lunático – le dice notando que efectivamente, la cerradura no tenía pomo y la puerta estaba cerrada en su totalidad.

-          Para mantenerte en mi campo de visión – le dice – recuerda que tú misma lo recomendaste, así que vuelve a dormir – sin seguir con la conversación Math siguió durmiendo, mientras Samanta sentía que iba a reventar de la ira.