Dos vidas marcadas por cincunstancias dificiles, dos personas que se enfrentan a una realidad triste y dolorosa, marcada por la traicion, la enfermedad y la muerte, sacaran fuerzas de donde no tienen ninguna y renaceran de sus propias cenizas, esta es la historia de Aurelio Martinez y Saray Salazar.
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Cap 10: Más problemas
La familia Salazar se encontraba en serios problemas, si bien el Conglomerado que contaba con diversas inversiones y empresas, su principal que era la constructora tenía serios problemas para mantenerse a flote.
La mala administración de Samuel y Simón dejaban a la constructora en una posición insostenible.
La familia con numerosos, hoteles, centro comerciales y demás propiedades, se encontraba en apuros para cumplir la nómina de todos sus empleados.
Si bien las ganancias le brindaban un apoyo, eso no sería suficiente.
El mercado estaba muy bajo por no decir por los suelos.
Todos sufrían las consecuencias de confiar en esos ladrones disfrazados de empresarios.
La policía internacional los buscaba, pero estaban refugiados en países sin extradición lo que los ponían en seguridad.
Aparte tenían personas influyentes en dichos países que los protegían pues estaban involucrados indirectamente con las estafas.
Sin poder encontrar al posible salvavidas de la familia.
Se vieron obligados a reducir considerablemente sus gastos y bajar al estilo de vida de exceso al que estaban acostumbrados.
Vendieron varios autos de lujo para cubrir la totalidad de la nómina, despedir empleados no era una opción viable para la empresa.
Los proyectos debían continuar, era crucial para solventar la grave crisis.
La venta de uno de los hoteles fue imposible evitar, necesitaban inyectar capital para la adquisición de materiales para el complejo residencial.
Saray tras conocer la venta movió sus hilos e hizo una oferta imposible de rechazar.
El hotel era suyo, pero su familia ni enterada estaban.
El dinero les aporto el impulso de continuar y poco a poco lograron estabilizar la empresa, pero la arrogancia y la opinión de los hijos exitosos y el mejor legado familiar era cuestionada por muchos.
Estaba claro que los hermanos Salazar le quedaba grande la dirección del conglomerado.
Mientras la menor de los Salazar subía como espuma sus hermanos caían estrepitosamente.
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Los problemas en el hogar Martínez parecían no terminar.
Coral estaba furiosa, el estilo de vida de ostentosidades se veía limitado o mejor ficho casi nulo.
La transferencia mensual a su cuenta personal nunca más llego.
El gimnasio de lujo al que religiosamente asistía le estaba cobrando, amenazando no permitirle la entrada.
Vendió algunas joyas para cubrir la deuda de tres meses pues amenazaban con exponerla públicamente y eso era algo que no podía permitirse.
Se codeaba con personas influyentes que visitaban el gimnasio y el club al que tanto le gustaba asistir.
Las compras excesivas de ropa, calzado y bolsos también fueron mermando conforme al capital de su cuenta disminuía.
Alfonso estaba constantemente irritado todos sus amigos presumían nuevos juegos, tablet más modernas y el luego de cuatro meses continuaba con los mismos.
Le pido a su madre unos tenis de marca y por obvias razones no pudo comprarle lo que desencadeno una gran rabieta.
Aurelio llegaba sumamente cansado de su día laboral y era recibido por quejar y reclamos.
Falta esto y lo otro.
Deseando un poco de paz y tranquilidad que no tenía pasaba horas frente la computadora, pero todas sus inversiones seguían cayendo más y más.
Estaba como siendo absorbido por un agujero negro.
Su sueldo apenas le alcanzaba para cubrir lo básico y su demandante esposa le reprochaba la falta de dinero.
Agradecía profundamente no preocuparse por la matrícula escolar de su hijo, pues la cancelo completa al inicial el año escolar.
Hombre precavido se decía y ahora veía que tenia razón.
Con el dinero restante en su cuenta cancelo el pago de la hipoteca de ese mes.
Solo le restaba un mes y esperaba para ese entonces las cosas mejoraran un poco.
La cantidad que le quedo era ridículamente baja en comparación de antes del terrible desplome.
Su vida se desmoronaba lentamente o bueno ya estaba desmoronada antes solo que ahora se hacía evidente.
El bono mensual fue suspendido por el momento, se manejaba en la empresa problemas por la crisis.
Contaba con ese bono para completar el pago de la última cuota de la hipoteca.
El estrés por las preocupaciones comenzó a pasarle facturas, se le notaba ojeroso y un poco demacrado.
Una noche al llegar a casa, Coral parecía tranquila, algo inusual últimamente.
Subió las escaleras y al llegar a la habitación matrimonial sus cosas ya no estaban.
No pienso compartir habitación contigo hasta que esta situación mejore, la voz de Coral resonó desde el umbral.
Otro golpe más a su ego, tenían meses sin intimidad y ahora lo corrían de su cama.
Donde están mis cosas dijo con tono resignado, no tenía caso luchar.
En la habitación de invitados respondió sin más alejándose.
La habitación de invitados era pequeña ubicada en la planta baja, aunque cómoda la sentía tan fría y solitaria que dolía.
El mes paso y por primera vez se atraso con el pago de la hipoteca, aun haciendo recortes en sus gastos y saltándose comidas para no gastar ni un centavo de más, no completo el dinero.
El gerente del banco le dijo que no se preocupara, pero que tratara de pagar para que no acumulara interés.
Intento explicarle a Coral que debían ahorrar en luz, agua y alimentos la reacción de esta no fue buena y que decir de su hijo.
Bien dicen cría cuervos y te sacarán los ojos.
Aurelio tomó una decisión crucial vendió su automóvil.
Con el dinero en mano se dirigió al banco, cancelo la deuda, la casa era legalmente suya y no los sacarían jamás, ese era un alivio gigante.
El resto del dinero lo usaría sabiamente, por lo que decidió comprarse una pequeña motocicleta.
Años atrás en su época de secundaria trabajo como repartidor de pizza y sabía muy bien como usarlas.
Llegó a su casa con una sonrisa, pensaba compartir la noticia con su familia, pero lo que recibió fue burlas y un gran reproche por no dejar el dinero para el pago del gimnasio y el internet.
La alegría que traía se esfumó bajo las duras palabras de quien juro en un altar amarlo y apoyarlo en las buenas y malas.
Las buenas se las comió feliz y ahora las malas las deseaba pasar por alto.
8 meses habían transcurrido desde el desplome y todo continuaba en decadencia para muchas empresas que cerraron tras no poder sostenerse más.
Alfonso culminó el año escolar y sus calificaciones dejaban mucho que desear.
Hace su mayor esfuerzo justificaba su madre.
No podre pagar el colegio y menos con estas notas tan bajas deberá asistir a un colegio público, sentencio.
Eso era demasiada humillación para ambos.
Eso no ocurrirá no señor dijo Coral elaborando un plan en su mente.