NovelToon NovelToon
En Las Garras Del Destino

En Las Garras Del Destino

Status: En proceso
Genre:Mafia / Traiciones y engaños / Diferencia de edad / Triángulo amoroso
Popularitas:2.4k
Nilai: 5
nombre de autor: Daemin

Anastasia Volkova, una joven de 24 años de una distinguida familia de la alta sociedad rusa vive en un mundo de lujos y privilegios. Su vida da un giro inesperado cuando la mala gestión empresarial de su padre lleva a la familia a tener grandes pérdidas. Desesperado y sin escrúpulos, su padre hace un trato con Nikolái Ivanov, el implacable jefe de la mafia de Moscú, entregando a su hija como garantía para saldar sus deudas.
Nikolái Ivanov es un hombre serio, frío y orgulloso, cuya vida gira en torno al poder y el control. Su hermano menor, Dmitri Ivanov, es su contraparte: detallista, relajado y más accesible. Juntos, gobiernan el submundo criminal de la ciudad con mano de hierro. Atrapada en este oscuro mundo, Anastasia se enfrenta a una realidad que nunca había imaginado.
A medida que se adapta a su nueva vida en la mansión de los Ivanov, Anastasia debe navegar entre la crueldad de Nikolái y la inesperada bondad de Dmitri.

NovelToon tiene autorización de Daemin para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

capitulo 10; La parte sucia del poder

[POV' DMITRI]

Las luces rojas del club parpadeaban como si estuvieran a punto de explotar.

El bajo golpeaba el suelo, las paredes, el pecho.

El humo lo cubría todo como una bruma sucia que no dejaba ver con claridad… pero tampoco hacía falta.

Velvet 13 olía a perfume caro, sudor, alcohol derramado y desesperación bien maquillada.

La rubia que tenía encima ni siquiera se llamaba Jessica.

Eso me lo inventé yo.

Ella no se quejó. Estaba demasiado ocupada restregándose contra mí.

Vestía un vestido ajustado que parecía haber sido cosido con hilo dental.

Tenía el acento americano, sonrisa fácil y ese tipo de cuerpo por el que los hombres pierden dinero y dignidad.

Yo no era “los hombres”.

Yo era Dmitri Ivanov.

Y ella… solo estaba allí para distraerme del tedio.

—You’re not like the others here…

("No eres como los demás de aquí…")

—No, baby. I’m worse.

("No, nena. Soy peor.")

Ella se rió como si eso fuera atractivo.

No entendía que no era una broma.

Sus manos se paseaban por mi cuello, mis hombros, bajando por mi pecho abierto.

Yo dejaba que lo hiciera. Me gustaba observarlas actuar como si tuvieran el control.

Hasta que lo pierden.

—Do you always take what you want?

("¿Siempre tomas lo que quieres?")

—I don’t ask twice.

("No pregunto dos veces.")

Le levanté la pierna, la acomodé sobre mí como si fuera mía, porque en ese momento… lo era.

Le mordí el labio, fuerte, sin cariño.

La besé como quien bebe directo de una botella rota: con hambre, sin cuidado.

El móvil vibró.

Una vez.

Dos.

Tres.

La voz me seguía besando el cuello.

Yo ya no estaba ahí.

—Wait.

("Espera.")

Saqué el teléfono.

Pantalla iluminada.

Alexei.

Volví a guardar el móvil. Me eché hacia atrás. Le tomé la cara a la rubia con una mano.

—Stay right here.

("Quédate aquí.")

Me levanté.

Caminé por entre la gente como un depredador que se cansa de jugar con la comida.

Pasé las cortinas de terciopelo que separaban mi rincón del resto.

Adentro: silencio, madera, sombras.

Contesté sin cambiar el tono.

—¿Qué pasa?

—Jefe —la voz de Alexei venía firme, tensa, como debía—. Falló el escáner del contenedor 47. Hangar tres. Alguien tocó el sistema por dentro. Las cámaras perdieron la señal durante veinte minutos. Lo revisé yo mismo.

No dije nada.

Dejé que el silencio trabajara por mí.

—Tenemos a Oleg aislado. Estaba de turno. Solo él tenía el código de acceso al sensor.

—¿Tocaron el cargamento?

—No. Aún no. Pero lo buscaron.

Respiré hondo. Muy hondo.

—¿Alguien más lo sabe?

—Solo yo. Cerré la zona. El resto cree que hubo una falla técnica.

—Bien.

Pausa.

—Prepara la sala. Estoy en camino.

Colgué.

Guardé el móvil.

Me alisé la camisa.

Y salí del pasillo sin apuro.

Jessica seguía ahí.

Jugando con la copa vacía.

Piernas cruzadas. Cara de querer más.

Me acerqué.

Le tomé la barbilla con dos dedos.

—Leaving already?

("¿Ya te vas?")

Me acerqué. Le tomé el rostro con una mano, suave.

Le sostuve la mirada.

—Another time, babe.

("Otro momento, nena.")

—Somebody just asked to die tonight.

("Alguien acaba de pedir morir esta noche.")

Me di la vuelta. Y salí.

...----------------...

La lluvia caía con fuerza sobre el techo del hangar, como si alguien estuviera golpeando con puños el metal.

Era un sonido constante, pesado, que se mezclaba con el eco de mis pasos al bajar del auto. No llevaba abrigo. No me importaba mojarme. El frío no existía cuando la sangre ya empezaba a hervirme.

Había algo en mí que se encendía en estas situaciones.

Algo que no todos entendían.

Dos hombres me esperaban en la entrada. Inmóviles, con la mirada clavada en el suelo como si les costara mirarme directo. No dije nada. Solo asentí con el mentón, y ellos abrieron paso.

Mis botas pisaban el concreto húmedo con un ritmo lento, firme. Como si cada paso midiera la vida de alguien.

El hangar olía a aceite rancio, a hierro oxidado, a esa humedad que se pega en los huesos.

Pero debajo de todo eso… estaba el miedo. Ese olor agrio y espeso que solo se siente cuando alguien sabe que va a morir.

Alexei me esperaba en la escalera que bajaba al sótano.

—Está adentro, jefe. Atado, como pidió. No hemos hablado con él. Nadie se ha acercado desde que lo metimos ahí.

Levanté la ceja apenas.

No por sospecha.

Solo para marcarle que no necesitaba detalles innecesarios.

—¿Estás seguro de que él fue el único que tocó el sistema?

—El sensor fue desactivado desde dentro, sin ningún corte externo. Y el protocolo de acceso fue alterado. Solo él tenía esa clave.

Asentí.

—Quédate arriba.

Descendí por las escaleras de concreto, sintiendo cómo el ambiente se volvía más denso con cada peldaño.

La luz en el sótano no era clara. Un solo tubo fluorescente parpadeaba en el techo, lanzando destellos intermitentes que hacían que el espacio se viera peor de lo que era.

Pero eso me gustaba.

La incertidumbre es una aliada poderosa..

Cuando abrí la puerta, lo primero que sentí fue el olor.

Ese sudor mezclado con miedo. Denso. Animal.

Oleg estaba amarrado a la silla. Las muñecas atadas con alambres, los tobillos con correas industriales. El tipo estaba empapado. No por el calor, sino por el terror.

Sonreí.

No porque me hiciera gracia.

Sino porque me parecía… familiar.

Cerré la puerta con el pie. Caminé con calma hasta la mesa del fondo, donde ya me habían dejado lo que pedí.

La luz parpadeante del tubo fluorescente hacía que todo se viera sucio, más oscuro de lo que realmente era.

Perfecto.

Extendí la tela negra sobre la mesa, como quien se prepara para cocinar.

Puse en orden: cuchillo de caza, alicate, martillo pequeño, pinzas largas, aguja de acero, cinta, soplete portátil.

Y una navaja que no cortaba mucho… pero dolía más que cualquier otra.

Me remangué la camisa.

Doblé los puños con elegancia, sin apuro.

Me giré hacia Oleg.

—¿Sabes? Cuando era niño, mi padre me decía que la gente se conoce mejor… cuando sangra.

Hice una pausa, mirándolo.

—Y hasta ahora, no se ha equivocado.

Me senté frente a él, con una pierna cruzada sobre la otra, como si estuviéramos por tener una charla de negocios.

Oleg me miraba con los ojos abiertos como platos. La boca entreabierta. El labio inferior temblándole como si fuera a colapsar.

—Jefe… por favor… yo no sabía… solo seguí instrucciones…

Levanté una mano, cortando el aire.

—Shhh. No hables todavía. No quiero que me arruines el momento.

Me acerqué con calma. Levanté una de sus manos con cuidado, casi con cariño.

—Tus manos son grandes, ¿eh? ¿Trabajas con herramientas, Oleg?

—Sí, jefe… en mantenimiento… por favor…

—Perfecto. Entonces sabrás que cuando una pieza no sirve…

La agarré fuerte.

—…no se arregla con palabras.

Sin previo aviso, le inserté la aguja bajo la uña del pulgar. Despacio. Milímetro a milímetro.

No grité. Él sí.

El chillido que soltó rebotó contra las paredes del sótano como si alguien estuviera siendo degollado.

Yo ni me inmuté.

—Relájate —le dije, con voz tranquila—. No te preocupes. Gritar también es una forma de hablar.

Me puse de pie y tomé el martillo pequeño. Lo pesé en la mano, girándolo.

Oleg jadeaba. Sudaba. Se meaba encima.

—Qué lástima —murmuré—. La gente siempre quiere hablar después del primer dolor.

Volví a sentarme.

—Ahora sí. Empecemos de nuevo.

Le toqué el rostro, limpiándole una lágrima con el dedo pulgar.

—¿Quién te pagó?

—¡No lo sé! ¡Me dejaron el dinero en un sobre! ¡Solo me dijeron que desactivara el sensor!

—¿Y no preguntaste para qué?

—¡Pensé que era una prueba interna! ¡Una jodida prueba de confianza!

Le di un golpe seco en la rodilla con el martillo.

Ni tan fuerte como para romperla… pero sí lo suficiente para hacerle gritar con fuerza.

—Una prueba es lo que estás pasando ahora, Oleg.

Lo dejé gritar. No me molestaba.

Me paré de nuevo, tomé el alicate, me acerqué a su mano izquierda.

—¿Sabes qué tienen en común los traidores y los mentirosos? —le dije, inclinándome hacia él—. Que ninguno tiene los huevos para asumir lo que hacen.

Con un movimiento seco, le arranqué la uña del dedo medio.

El grito fue gutural. De esos que no parecen humanos.

Yo lo miré.

Y me reí.

—Te estás expresando mejor.

Guardé el alicate y volví a la mesa.

—Tienes tres opciones, Oleg. Me dices quién te contactó. Me das un nombre. O me das el número.

Porque si no… voy a seguir sacándote piezas. Como un maldito rompecabezas.

Él se sacudía. Gritaba cosas que ya no entendía.

Estaba entrando en shock. Pero aún no del todo.

—Jefe… jefe por favor… había una palabra clave… “Maranta”. Eso fue lo que pusieron en el mensaje. Nada más. No hay nombre… ¡se lo juro!

Me detuve.

Lo miré. En serio.

Maranta.

Eso no era cualquier cosa.

Volví a acercarme.

Le hablé muy bajo, muy cerca, casi con afecto.

—Gracias, Oleg.

Le acaricié el cabello empapado por el sudor.

Él empezó a sollozar.

—Lo hiciste bien…

Y en ese instante, con la misma calma con la que uno apaga una vela…

le enterré la navaja en el muslo.

—…pero eso no significa que te vas a ir caminando.

1
😍❤️кαяєи🍀🇻🇪
cada vez sé pone más buena.. 😱😱😎😎
😍❤️кαяєи🍀🇻🇪
gracias autora por otra vez mostrar a los de está historia.. me gustó mucho que esta vez le colocarás rostro al papá de Nikolai.. al viejo sin vergüenza jajajaja.. al pica flor.. y es que está como los hijos. buenote 🤣🤣😂😂🤗🤗
Daemin: Me alegro de que te haya gustado ☺️🫶🏻
total 1 replies
😍❤️кαяєи🍀🇻🇪
el que está libre de pecado que tire la primera piedra... más claro de lo que les hablo Nikolai imposible.. 😵‍💫😵‍💫😏😏
😍❤️кαяєи🍀🇻🇪
te quieren destronar Niko.. y quién será ese traidor tan cerca de ti.!!!! 😐😐
😍❤️кαяєи🍀🇻🇪
😱😱😱 que Nikolai herido.. nooooo.!!!
😍❤️кαяєи🍀🇻🇪
sinceramente me encanta tu historia. te lo he dicho desde que la empecé a leer.. Pero sería mucho pedir que nos regales un maratón jajajajaja.. 🤭🤭🤗🤗☺️☺️
😍❤️кαяєи🍀🇻🇪: jajajaja sería buenísimo.. me encanta el suspenso que llega tu historia. 🫶🏻
Daemin: en esa estoy no te preocupes 😉
total 2 replies
😍❤️кαяєи🍀🇻🇪
que bueno que ya estás aquí nuevamente autora.. ahora sí, plis deleitanos con más capitulos. mira que los extrañé jajajaja ☺️☺️😎😎
Bianca Diaz Quiroz
yo si te estrañe y me alegro que vuelvas a escribir , pero igual disfruta tus vacaciones 🫰🏻
Daemin: yo también las extrañé un montón! 🥹💛 Para mí, disfrutar de estas mini vacaciones es justamente eso: poder volver a escribir y subir capítulos para ustedes.😌
total 1 replies
Irazu Díaz
tranquila no te estreses , concéntrate en lo mas importante (tus estudios ) y obvio como cada capitulo que nos regalas es muy intrigante me encanta toda via ay muchos secretos x descubrir para entender la historia, animo 👍🏻👍🏻👍🏻👍🏻👍🏻🫰🏻🫶🏼
😍❤️кαяєи🍀🇻🇪
😱😱 tía al rescate.!!!
Mauge Albornoz Diaz: hay está historia está buenísima felicidades autora!!
total 1 replies
😍❤️кαяєи🍀🇻🇪
tranquila autora, te entiendo. pero no te creas si había falta que actualizaras... extrañaba leer lo que seguía a continuación.!!!! y ese Dmitri también quiere probar lo del hermano.. ya veo por dónde va la cosa y como que será un amor de 3 🫣🫣🤦🏻‍♀️🤦🏻‍♀️
😍❤️кαяєи🍀🇻🇪: es que se nota que los 2 de cierto modo gustan de ella y la quieren proteger. y Anastasia bueno quedó perpleja jajaja.. me encanta tu historia te lo dije desde un principio. ☺️☺️
Daemin: 🤭 ay, esa mente tuya... me encanta que estés tan metida en la historia.
Pero tranquila, que aquí nada es casualidad. Dmitri no da un paso sin motivo… y Nikolai tampoco.

¿Amor de 3? No sé...

No te adelanto nada. Pero te prometo que no vas a poder soltarlo.😏😈
total 2 replies
CHANCHI
POBRE ANASTASIA NO SABE PARA DONDE DISPARAR CN TANTOS HOMBRES 🤣🤣
Irazu Díaz
aparecieron los gemelos fuego , igual a nuestros protagonistas uno serio el otro Travieso 🥰
Irazu Díaz
no que no se comparte , respeta travieso ? Anastasia que vas aser con semejantes bombones , son hermanos acuerdate tienes para escoger 🤤
😍❤️кαяєи🍀🇻🇪
🥳🥳🥳🥳🥳 ya por lo menos le dió el primer beso. Dios que más nos esperará en esta trama 😎😎🫣🫣
😍❤️кαяєи🍀🇻🇪
me encanta el descaro de Dmitri. y el temple de macho alfa de Nikolai. y que bueno que dentro de todo Anastasia medio se adapté a la vida que le tocó. amó tu novela. actualiza por favor jajajaja 😅😅🫶🏻🫶🏻🤭🤭😊😊
😍❤️кαяєи🍀🇻🇪
nooo seas así.. me dejaste castigada por varios días jajaja. pero bueno entiendo las responsabilidades también. están súper los capítulos 🫶🏻😎
Irazu Díaz
ay x dios tu si sabes dejar con suspenso con mil emociones juntas , de verdad eres muy buena escritora me encanta el trabajo que ases
Daemin: Aww, gracias ☺️ esto me anima cada día ❤️
total 1 replies
😍❤️кαяєи🍀🇻🇪
🫣🫣 Dmitri por Dios.!! 😱😱
😍❤️кαяєи🍀🇻🇪
no importa cuántos años tengo Nikolai me quedo con ese hombre frío jajaja.. pero se que Anastasia le va a derretir ese corazón de hielo.. gracias escritora... por favor regálame más capitulos plis 🫣🫣🤭🤭🙏🏻🙏🏻😎😎 ha faltó una foto del viejo picaflor el papá de Nikolai y Dmitri. jajajaja hubiese sido bueno verlo. 😂😂
Daemin: hay síii 😂😂 se me paso por hay lo presentaré 😄
total 1 replies
NovelToon
Step Into A Different WORLD!
Download MangaToon APP on App Store and Google Play