¡¡Estoy Harta!!

("Siempre les digo a quienes me leen que las historias que cuento son reales y que la realidad siempre supera la ficción .

Hay veces en las que me faltan detalles de lo sucedido, pero basta hurgar un poco más , tener paciencia (esto no es fácil) y logró encontrarme con el eslabón perdido .

Por eso quiero agradecer a las Paolas a las Elizandra y a las Lilianes de verdad .

Ellas cuando me lean sabrán quienes son .

Su valentía ,su confianza en contarme de sus historias sin tapujos , con los detalles más explícitos de sus relaciones y deseos .

Tranquilas ,no soy quien para juzgar, ni ando por la vida midiendo con una vara de moral a nadie .

Los que quizás se merezcan eso , son quienes con sus actos infrinjan daño a otras personas.

Pero quienes decidan vivir sus vidas de una forma distinta, a las cuales nuestra sociedad preconceptuosa las señala con un dedo , yo no lo haré .

Solo deseo disculparme por el contexto de la historia donde utilice sus relatos.

Son grandes mujeres , valientes y nunca acepten , ni se sientan menos que otras que cargadas de moralina tengan la osadía poner sus vidas en tela de juicio.

Las quiero mucho y siento orgullo de la confianza depositada y de permitirme adentrarme en sus más íntimas confesiones .")

No le dijeron a Elizandra quien le arreglaría el auto ,pero la cuenta sería salada.

Quince mil pesos le cobraban por el trabajo y cuando fue a pagarlo era su ex el responsable.

—Era mas fácil pedirme la moto por el arreglo.— ironizó molesta de tener que devolverle casi todo el valor pagado por su moto.

— ¿Y perderme el pastel de tu mamá?, o de verte,ni pensar.

Deberías salir conmigo.

Estoy divorciado,tu estas sola.

¿Que me dices? ,nos hacemos compania y nos divertimos de nuestras desgracias.— jugaba medio en serio,medio en bromas con ella.

— ¡¡Ni en tus sueños volvería a salir contigo.!!.

Basura que tiro no la vuelvo a recoger aunque me muera de hambre.— sin dudas la ruptura de los dos había sido más dolorosa de lo que su madre pensaba.

— Lamento lo que te hice en el pasado.

Elizandra no me importa quien sea el papá de tus hijos,ni las razones por las que no esta a tu lado en éstos momentos.

Yo también me equivoqué, hice todo mal cuando tuve una oportunidad contigo.

Estaría dispuesto...— insinuaba el hacerse cargo de ella con hijos y todo.

— ¡¡Pero yo no!!,mis llaves..— le extendía la mano molesta con la insinuación.

— Piénsalo..,tus padres..— quiso decir algo más pero Eli lo cortó.

— Mis padres si supieran todo lo que me hiciste ,todo lo que pase y aguanté en silencio a pesar que mi madre siempre estuvo de tu lado,ni te dirigían la palabra,mis llaves.— insistía apurada por irse de allí.

Fue hasta el tablero donde las colgaba y se las entregó.

— Eli...yo siempre te he amado.— tomó las llaves enojada y se regresó a su casa .

Tenía un imán para los tipos traicioneros y embaucadores.

Estaba harta de todo,quería gritar para sacarse un poco la rabia que cargaba hacia los barbas.

Su padre se preocupó y llamó a la puerta.

—¿Hija estás bien??.

¿Mis nietos están bien?,¿necesitas algo??.— no la quería de mal humor, eso no era bueno para su embarazo.

— Si papá solo quiero dormir un poco,empiezo el trabajo en la gasolinera esta noche.— ponía eso como excusa para que no la viera mal ,con rabia del mundo.

— Está bien,recuerda que soy tu papá y estoy aquí para ti.— le aclaraba para que entendiera que la apoyaba incondicionalmente.

Su madre hablaba al teléfono con Gustavo queriendo saber si le había dado una oportunidad.

Siempre había querido verlos juntos y sabía que él sería capaz de hacer lo que fuera por ella ,incluso asumir los hijos de otros,pero nada de eso pasó.

Los días fueron pasando y su cuerpo se acostumbraba de a poco a los dos empleos.

Don Miguel era el más preocupado por el embarazo y el ritmo de vida que estaba teniendo, sin tiempo para disfrutar su estado.

Estaba totalmente dedicado a su hija a pesar de los reproches de su esposa.

Con Enrique se turnaban para acompañarla en los controles,en algunos exámenes, pero en las ecografias iban ambos.

Bromeaban sobre que los niños se parecían a uno o al otro.

La mimaban con alguno que otro antojo,que a Eli le daba pena mencionar al respecto.

Adriana y Melissa también se tomaron un tiempo para visitarla y traerle pañales para cuando nacieran y un cochecito doble para pasear con sus bebés.

Ya sabían que eran dos niños .

El color azul como el blanco predominaban como el color elegido para las primeras vestimentas de los pequeños.

Fueron días alegres que se terminaron pronto debido al trabajo que tenían sus amigas.

Nuevamente se sentía solitaria sin todo ese bullicio que las dos traian a su vida .

Empezaba a complicarse su relación nuevamente con doña Alma.

Muchas veces llegaba en la mañana del trabajo y su ex estaba en la cocina con su mamá.

Aunque quería desayunar solo de verlo allí se iba a dormir sin comer nada.

Aunque su esposo se lo reprochaba en forma continua, estaba empecinada en juntarlos nuevamente.

Con toda la paciencia que ya no tenia con su esposa ,armaba una bandeja y se la llevaba a su hija para que comiera algo antes de dormirse.

Siempre que llegaba se metia en un ducha demorada .

Su padre le aviso del desayuno .

— Eli,te dejo tu desayuno, no dejes que se enfríe.

Yo mismo te lo preparé con todo lo que te gusta.

Tienes que alimentarte mejor, recuerda lo que nos dijo el médico en la última consulta.— le advertía.

— Gracias papá, ya salgo del baño.— estaba vistiendose.

— Hija no te enojes con tu madre , ella piensa que es mejor para ti si tienes un hombre al lado.

Lo que no entiende es que ya tienes dos ,a tu hermano y a mi.

Además pronto seremos cuatro.— sonreía.

— Yo no tengo palabras contigo papá y lamento decepcionarte de esta manera.

Me siento tan mal aquí dependiendo de ti como si fuera una niña pequeña. — salía del baño y lo abrazaba.

Necesitaba ese abrazo de su papá.

— No me perdonaría si hubieras decidido no tenerlos por estar desesperada.

Creo que en eso al menos te crie bien, le das valor a la vida.

No sabes lo apurado que estoy para que nazcan y mimarlos hasta el cansancio.— le acariciaba el vientre.

— Gracias por todo lo que haces por mi papá.

Te prometo que no voy a decepcionarte mas y solo te voy a dar motivos de orgullo.— le tocaba la nariz y tomaba la bandeja para que se acomodara a desayunar.

— Nunca me has decepcionado.

Ahora come,y trata de descansar.

Esos pobres angelitos deben estar tan cansados como tú..

Se sentó en la cama y su papá le acomodaba las almohadas,mientras le untaba aceites perfumadas en los pies para aliviar el cansancio.

Mas relajada ,se acomodaba para dormir.

Don Miguel cerraba las cortinas y recogía la ropa sucia para ponérsela a lavar.

Le daba un beso como si fuera una niña pequeña y se marchaba cerrando con cuidado la puerta para no hacer ruido.

Su esposa lo miraba de brazos cruzados enojada con el por seguir consintiendola.

— Vas a dormir en el sofá. — le advertía.

— Yo voy a dormir en mi cama , donde he dormido por más de 40 años.

Los incomodados que se muden.

Si no quieres dormir en la cama ,no puedo obligarte,pero nunca dormi en ese maldito sofá y no voy a empezar a hacerlo después de viejo.

Pero como te dije ,si te molesta , duerme tu, ¡¡ya me estoy hartando Alma!! ,me estoy hartando.— le advertía siguiendo su camino a la cocina para dejar los restos del café de su hija y colocar la ropa para lavar.

Se sentó en el jardín esperando que el lavarropas hiciera su trabajo.

Su esposa lo miraba sin saber que hacer para que se le fuera el enojo ,así que se acercó a él.

—¿Que tienes ganas de comer?.— le preguntaba para apaciguarlo.

— Por mi y por Eli no te preocupes.

Apenas se despierte vamos a comer unas viandas que Enrique va a traer.— eso era una bofetada en su orgullo.

—¿Viandas??,¿ estas loco o que??.— no podía creer que ni su comida queria.

—Cocina para ti ,si tiene hambre.

Nosotros ya tenemos comida.— cuidaba si el lavado había terminado para colgar la ropa.

—Escuchame bien Miguel Dominguez, todo lo que hago,lo hago por su bien.

Pero tu mal interpretas todo.

Imagina que me ponga como tu y Enrique a festejar todo lo que hace mal.

En poco tiempo no tendrás que ayudarla con dos niños, mejor pon una guarderia en casa.— insinuaba que tendría mas hijos una y otra vez.

—Nosotros ya tenemos comida..— le hacía oídos sordos a su insensatez.

— Esta bien,coman lo que quieran.

Pero si sigue viviendo sin entender que perjudica a inocentes como esos niños, le estamos haciendo un mal.—

Tomó sus llaves y se marchó en un taxi que llamó.

Iria a la casa de una de sus amigas a pasar el dia y olvidarse un poco de la guerra que tenia con su marido y su hijo desde que Elizandra regresó embarazada a la casa pidiendo ayuda.