Hacía ocho años que Valentina Rossi se había visto obligada a casarse con Leonardo Bianchi. Ambos provenían de familias influyentes , pero siempre habían vivido separados y ni siquiera habían consumado el matrimonio.
Sin embargo, ahora Valentina deseaba buscar su propia felicidad, por lo que decidió pedirle el divorcio a Leonardo. Su respuesta fue clara: él era su marido y sería también quien le proporcionaría esa felicidad.
Al principio, Valeria se negó a intentarlo siquiera; al fin y al cabo, Leonardo un conocido donjuán. Pero las circunstancias, incluyendo la crisis de salud de su padre, lo empujaron a reconsiderar su decisión y la hicieron cambiar de opinión.
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Título del capítulo 10 : "Territorio Marcado"
Leonardo observaba desde la distancia cómo Luca y Valentina reían juntos en el viñedo. Los celos lo carcomían por dentro, un sentimiento nuevo e incómodo para él. Decidido a enfrentar la situación, caminó hacia ellos, con cada paso más firme que el anterior.
"Valentina, ¿podemos hablar un momento?", dijo Leonardo, tratando de mantener la calma.
Valentina asintió, algo sorprendida por la repentina seriedad en el rostro de Leonardo. Mientras ella se acercaba a él, Luca la miraba con una mezcla de preocupación y curiosidad.
Leonardo esperó a que estuvieran fuera del alcance de la vista de Luca antes de hablar. "¿Quién es ese hombre?", preguntó, sin preámbulos.
Valentina frunció el ceño. "Es Luca, un amigo que me ha estado ayudando con el viñedo. ¿Por qué preguntas?"
"Porque no me gusta cómo te mira", respondió Leonardo, su tono firme. "Ni cómo te hace reír."
"¿Acaso tengo que pedirte permiso para tener amigos?", replicó Valentina, cruzando los brazos.
"No, pero..." Leonardo se pasó una mano por el pelo, frustrado. "Es más complicado que eso, Valentina."
"Explícame entonces, Leonardo", exigió ella, sus ojos clavándose en los de él.
Leonardo respiró hondo, intentando calmarse. "Tú eres mi esposa, la madre de mi hijo. No puedo soportar la idea de que otro hombre se acerque a ti de esa manera."
"Pero tú fuiste quien nos separó durante todos estos años", señaló Valentina, su voz temblando ligeramente. "Tú fuiste quien me dejó sola."
"Lo sé", admitió Leonardo, su voz más suave ahora. "Y lo lamento todos los días. Pero no quiero que eso sea una excusa para perderte."
Valentina lo miró, sus ojos llenos de una mezcla de emociones. "Leonardo, no puedes simplemente aparecer y esperar que todo vuelva a ser como antes."
"Lo sé, y no espero eso", dijo él, dando un paso hacia ella. "Pero quiero intentar. Quiero que volvamos a ser una familia, sin terceros que interfieran."
Valentina suspiró, bajando la mirada. "No es tan simple, Leonardo."
"Déjame intentarlo, por favor", pidió él, su voz casi un susurro.
Antes de que Valentina pudiera responder, Luca se acercó, claramente preocupado. "¿Todo bien aquí?"
Leonardo se giró hacia Luca, su expresión endureciéndose. "Luca, necesito hablar contigo en privado."
Luca asintió, lanzando una última mirada a Valentina antes de seguir a Leonardo a una distancia segura. "¿De qué quieres hablar?", preguntó.
Leonardo lo miró fijamente. "Quiero dejar algo claro. Valentina es mi esposa. Respeto tu ayuda con el viñedo, pero debes entender que hay límites."
Luca levantó las manos en señal de rendición. "Entiendo, Leonardo. No quiero problemas."
"Bien", dijo Leonardo, relajándose un poco. "Solo asegúrate de mantener esas distancias."
"Lo haré", aseguró Luca antes de regresar al trabajo.
Leonardo volvió con Valentina, quien observaba la interacción desde lejos. "¿Qué le dijiste?", preguntó ella.
"Solo que respetara nuestro matrimonio", respondió él sinceramente.
Valentina asintió lentamente, sus pensamientos claramente en otro lugar. "Leonardo, necesito tiempo para pensar."
"Lo entiendo", dijo él, tomando su mano brevemente. "Pero quiero que sepas que estoy dispuesto a luchar por nosotros."
Con esas palabras, Leonardo se alejó, dejando a Valentina sola con sus pensamientos. Ella lo observó irse, su corazón dividido entre el hombre que una vez amó y el hombre que ahora intentaba ser.
Mientras caminaba de regreso a su auto, Leonardo sabía que la lucha apenas comenzaba. Pero estaba decidido a recuperar lo que había perdido, incluso si eso significaba enfrentar sus propios demonios y los de Valentina.
Valentina, por su parte, miró a Luca desde la distancia, sabiendo que tendría que aclarar muchas cosas con él también. La vida en el viñedo, que había sido su refugio, ahora se convertía en el escenario de una batalla emocional que nunca había anticipado.
Esa noche, mientras Valentina repasaba los eventos del día, se dio cuenta de que Leonardo no era el único que necesitaba cambiar. Ella también debía enfrentarse a sus propios sentimientos y decidir qué quería para su futuro. Y mientras las estrellas brillaban sobre el viñedo, supo que esa decisión no sería fácil.
saludos y bendiciones desde CHILE 🇨🇱🇨🇱🇨🇱🤗🤗
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Gracias por su comprensión y apoyo continuo.
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Araceli Settecase