Lucía había enterrado su pasado para comenzar una nueva vida, pero las malas costumbres siempre se quedan. Charlie sería su nuevo objetivo, sin imaginar que él también ocultaba un oscuro secreto. Sus acciones traerán consecuencias para aquellos que los rodean sin perder su único objetivo, la obsesión.
Las apariencias a veces no son lo que ves, estás ocultan el otro lado de la moneda y Lucía no es ni buena ni mala, solo mentalmente inestable y físicamente una diosa sin presentes.
Esta no es la típica historia de amor. El deseo, la lujuria y el control emocional y psicólogo es lo que Lucía y Charlie provocan a los demas, hasta que ellos se encuentran y toda lógica cambia su vida.
Esta novela está subida de tono y puede tocar temas sensibles. Solo para lectores de 18+.
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#12 Charlie al fin se mete.
"Al menos ahora el tío Jerry está descansando de ti. Yo me hubiera tirado un balazo si hubiera seguido a tu lado. No me vengas con el drama de que soy desconsiderada. Mi deuda contigo fue saldada en el momento que te adueñaste de mi empresa. ¡No quiero que me vuelvas a buscar y tampoco quiero que me hables si nos llegamos a cruzar! Regresa a Londres y déjame en paz."
Charlie comprende lo que hay entre las dos. Al ver el semblante defensivo de Lucía quería intervenir, pero si lo hacía sabía que arruinaría su avance con ella, no podía perder su confianza, mucho menos alejarla.
"Está bien, me iré por ahora. Pero debes saber que en todo este tiempo tu madre estuvo con vida." La noticia dejó a Lucía paralizada, no podía creer lo que la bruja de su tía le decía.
"¡No te creo! ¡Mentirosa!" Grita frustrada.
"¿Crees que no sabía dónde estaviste en todo este tiempo? Obligue a tu tío a decirme la verdad. Si vine a buscarte solo fue para decirte que tu madre despertó del coma. Eras una mocosa de ocho años, no quise decirte la condición de tu mamá por consideración, así que era mejor que enterarás su recuerdo con la muerte de tu papá. Pensé muchas veces en desconectarla y dejarla ir, pero tu tío siempre intervino en esa decisión. Ahora que tu tío murió me sentí con la obligación de desconectarla, pero justo un día antes me llamaron para decirme que despertó. ¿Qué ironía no crees? Tu tío muere y tu madre despierta. No sé si las coincidencias existen, pero está me da un poco de escalofríos."
"¡Llévame con ella! ¡Necesito verla de nuevo!" Ana sonríe al ver su desesperación, pues ella tenía otra intención.
"No lo sé, cuando fui a verla padecía de amnesia. No te recordará, ni siquiera sabe que estuvo casada. No estás lista para confrontarla, sería demasiado para ella. ¡Solo piensa como se pondrá cuando se entere de que tuvo una hija!"
"No me importa, solo dime dónde está."
"No quiero, pero puedo cambiar de opinión si accedes a un trato. Recuerda que soy la única con acceso a tu mamá, sin mí jamás sabrás dónde está."
"Lo sabía. ¡Habla de una vez, que es lo que quieres!"
"Necesito que te cases. Ya arreglé tu encuentro con él y te puedo asegurar que viene de una buena familia." Charlie no se pudo quedar callado, sabía que Ana era despistada y no iba a permitir que le arrebatarán a Lucía frente a sus narices.
"¡Cuánto! ¿Cuánto le ofrecieron por vender a su sobrina?"
Lucía se queda pasmada al escuchar el estruendo de su voz.
"¡Cómo crees! Yo jamás haría algo así. Lucía es mi sobrina y solo quiero lo mejor para ella."
"No me mienta señora, no sabe de lo que soy capaz. ¿Cuánto le ofrecieron? Sea honesta por al menos una vez en su vida." Ana mira de arriba hacia abajo a Charlie, intentando ocultar su temor. Lo tenso que estaba la hacía pensar que podría ponerle una mano encima, no iba a arriesgarse.
"Mi empresa está en bancarrota, si Everly pasa la prueba ellos saldrán mi deuda."
"¿Cuál es la prueba?" Pregunta Charlie.
"Deberá acostarse con él. Si le agrada y no llega a estar tan usada entonces..." Charlie no se contiene ni un segundo más y se abalanza contra Ana, tomando su cuello con mucho enojo.
"Yo pagaré su deuda, pero deberá alejarse de su sobrina a cambio de eso. También me dirá dónde tiene a su mamá porque si no tendré la necesidad de que no vuelva a ver la luz del día.
La suelta aventándola al piso. Ana comienza a toser con desespero, mientras Lucía no sabía que hacer o decir, ni siquiera estaba segura de que todo esto estaba ocurriendo.
"¡Maldito! ¡Cómo te atreves a lastimarme!" Charlie se agacha y con una sonrisa maquiavélica la mira con desprecio.
"Estoy siendo amable en consideración de su sobrina. Usted vino a mi parque de diversiones y no la dejaré salir del país hasta que me diga el paradero de la madre de mi novia. También le daré todo el dinero que necesite, pero será para que regrese de dónde vino y no vuelva a buscar a Everly. Si la vuelvo a ver entonces tendré que quitarle todo lo que quiere y después de que lo haya perdido todo acabaré con su vida."
"¿Quién eres?" Pregunta Ana temblando de miedo.
"No necesita saberlo, solo acepta mi propuesta y lárgate del país."
"¡Bien, está bien! Pero primero el dinero y después te diré lo que sé."
Charlie prende su celular y hace una llamada al banco. Ana le dicta su número de tarjeta y el transfiere el dinero solicitado.
Lucía se siente conmovida, cualquiera en su lugar estaría asustada por el comportamiento de Charlie, pero ella lo veía muy normal, ya ni siquiera lo veía como un peligro.
Ana anotó en una hoja la dirección y el lugar donde se encuentra la madre de Lucía.
"Crees que eres feliz, pero él te hará llorar más que cualquier otro hombre. Cuando eso suceda te acordarás de mis palabras." Dice antes de marcharse, sin mirar atrás.
Lucía ya no puede seguir aguantando y comienza a llorar. Charlie la levanta y la toma entre sus brazos, llevándola hasta su habitación.
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