No tengo el corazón roto, soy un ser humilde roto, he intentado reunir mis fragmentos, solo he logrado romper a otros...
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Capitulo 10
— Joven el garaje está abierto, ¿quiere que le saque el auto?
— No, lo saco yo mismo.
Camine hacia el garaje, con la llave a la distancia, le quite el seguro de las puestas, cuando estaba frente al auto, abrí la puerta, entre, cerré la puerta, introduje la llave y lo encendí, lo calenté un rato antes de arrancar.
Salí de la casa y tome carretera, el Cairo era una hermosa ciudad, el sol estaba callando, el crepúsculo era color naranja oscuro, entre más aceleraba, era como si la oscuridad me estuviera persiguiendo, el sol se iba apagando rápidamente.
Tenía que atravesar la ciudad para llegar al Hotel Cleopatra, era un hotel que no pertenece a nuestra familia, y que está al otro lado de donde vivimos.
«No sé ni porque voy a ir a ver esa mujer, quizás tenga curiosidad, también es otro acto rebelde, y eso me emociona, son tantas cosas»
Después de conducir por cuarenta y cinco minutos llegue al hotel, me estacione en el estacionamiento del hotel, por suerte estaba techo, y era difícil ver mi auto si no entraban al estacionamiento, tome un ticket del estacionamiento y me fui caminando hasta el lobby.
Fui a la recepción y le pregunté a la chica que estaba de turno.
— Una reserva a nombre de Seth Sawiris.
— Un momento.
La chica comenzó a buscar en el sistema.
— Si, aquí está su llave, es la habitación 210, puede subir con el ascensor al segundo piso.
— Gracias.
Camine rápidamente entre al ascensor y le di al botón, el ascensor se cerró, subió rápido, y se abrió la puerta, yo salí del ascensor, camine por el pasillo hasta que llegue a la puerta de la habitación.
Tenía la llave de la habitación en la mano, pero no me animaba abrir la puerta, de repente me congele, mi cuerpo se puso regido, respire profundo, entonces me di la vuelta para irme, pero en ese momento la puerta se abrió.
— Me vas a dejar plantada...
Me di la vuelta esta mujer estaba en ropa de dormir, un pequeño camisón de seda rojo, me agarro de la mano, y me entró a la habitación, cerró la puerta, tiro fuerte de mi brazo, hasta que me sentó en un sofá, luego se subió sobre mí y comenzó a besarme, era la primera vez que me besaban, mi corazón se aceleró, entonces yo la imite, sus momentos, era tan salvaje, me quito la camisa y el suéter, y me mordió en el hombro.
Yo no sabía que era lo que estaba haciendo, solo seguí el juego y el ritmo de lo que está mujer me estaba enseñado, sin embargo, ella parecía estar desesperada porque yo dormirá con ella, me abrí los pantalones y toco mi virilidad, me sentí también, después de ahí perdí todo el control de mi cuerpo, y me sumergí en el cálido cuerpo de esa mujer.
Después del sofá, pasamos a la cama, de la cama al baño, y el baño a la cama otra vez, todo era tan apasionado, tan salvaje, perdí la noción del tiempo, incluso me quedé dormido, y cuando abrí los ojos, era de día, estaba acostado en la cama solo.
Me senté en la cama, mientras la luz del sol entraba por la ventana, miré a mi alrededor la mujer se había ido, fue mi primera vez y la mujer desapareció.
Sobre la mesa de noche, había una nota, que decía.
"Fue una noche maravillosa, espero que nos volvamos a ver, esta noche será inolvidable para ti, cuando nos volvamos a ver, te daré una sorpresa que marcará tu vida para siempre"
Me acosté en la cama, mirando la nota, y preguntándome que podría ser esa sorpresa, después de un rato deje de mirar la nota y me levante de la cama, entonces escuche que algo vibraba, busque de donde provenía el ruido, era de mi pantalón, saque el celular de mi bolsillo, miré la pantalla, era mi madre, tenía más llamadas de las que podía contar.
— Hola.
— ¡¿Dónde diablos estás?!, no llegaste a dormir, te he llamado miles de veces, ¿por qué no contestabas?, ¡Dime!
— Estoy bien, regresaré pronto.
Cerré la llamada, entre al baño, y me di una ducha, mientras recordaba todo lo que paso la noche anterior, mi corazón se sentía lleno, y mi cuerpo complacido si hubiera sabido que era así, desde hace mucho tiempo hubiera conseguido una mujer.
Salí del baño envuelto en una toalla, recorrí mi ropa para ponérmela, me di cuenta de que mi cuerpo estaba marcado en todas parte, tenía cupones y mordidas, esta mujer pensaba que yo era ganado, y tenía que marcarme como una propiedad.
Me molesté un poco con esa idea, me puse mi ropa, por suerte todo estaba a la vista, y la llave de mi auto estaba en uno de los bolsillos de mi pantalón, después que me puse la ropa, tome la llave de la habitación, la nota dejada por la mujer la entre en unos de mis bolsillos, mi celular en uno de los bolsillos y la llave del auto, en el bolsillo donde estaba mi cartera.
Salí de la habitación, tome el ascensor, rápidamente llegue a la recepción entregue la llave, iba a pagar la habitación, pero ya la mujer había pagado, fue al estacionamiento, me subí a mi auto deportivo, y tomé carretera, sin embargo, no fue a mi casa, fui a dar una vuelta me detuve en un lugar donde podía ver el río Nilo, me baje del auto y me quede un largo rato mirando como fluía el río.
— Hijo, le puedes dar una limosna a esta anciana.
Una señora mayor salió de la nada, miré para todo los lados y solo estaba ella, saque mi cartera y le di todo el dinero que tenía.
— Niño, eres de alma generosa, gracias, te daré algo a cambio.
— No es necesario, no necesito nada.
La mujer me puso una pulsera de color roja en una muñeca, y me dijo.
— Por culpa de la maldad de la gente vas a sufrir mucho, esto vas a hacer que cambies mucho, y muchas cosas terribles te van a pasar, pero al final del camino habrá una luz, viste de colores claros, nunca te vista de negro, porque el negro consume la energía positiva de las personas.
Después de decir muchas cosas que no comprendí la mujer se fue, volví a mirar el río, cuando volví a mirar a la dirección donde la mujer se había ido, ya no se veía ni rastros de ella.