Tormenta Del Corazón

El gran día había llegado, Se alistaban los detalles de la boda, sería en un gran jardín de eventos muy propio de la ocasión, se esperaban 150 invitados entre familia, conocidos y amigos de la pareja, los colores pastel serían lo que más brillará en la decoración, el pastel será de 3 pisos.

La novia usará 3 vestidos, uno para el civil, otro para la iglesia y el último para la recepción.

El primero es un vestido sencillo con una pequeña cola atrás y ceñido al cuerpo, el otro será estilo princesa con mucho brillo y el último será estilo sirena. En todos se ve hermosa y su lindo cabello luce espectacular.

El novio por su parte escogió un traje en gris Oxford, con una corbata a juego se ve elegante y sobrio, luce sumamente guapo.

Ambos estaban contentos, y esperaban con ansia el gran momento, sus corazones explotaban de felicidad y emoción.

Estaban a unas horas de si acepto, desde que faltaba un día para la boda, Gibran, había decidido no ver a Silvana.

Quería que ella tuviera toda la experiencia, de una boda por amor, también sabía que ella, no era como todas las demás, era especial.

Decidió hacer todo muy al gusto de Silvana, pero Silvana al ser una chica sencilla no quiso cosas extravagantes y ostentosas, optó por decoración y menú sobrio.

Incluso el vino no era, muy lujoso, pero si era de gran calidad y sabor. Todo estaba listo así que el hermoso día comenzaba.

Mientras tanto, en el pequeño departamento, Danna ayudaba a Silvana a alistarse.

Silvana: Me siento muy feliz, hermano es un día especial, gracias a Danna por acceder a arreglarme, y ponerme muy hermosa.

Danna: Ya eres hermosa cuñada, no creo poder lograr que te veas más hermosa de lo que ya eres.

Kevin: Hermana tú sabes que te adoro y por ti haría lo que fuera por verte muy feliz. Además, a mi novia no le molestará que le toque el ramo.

Danna: Kevin aún somos jóvenes, quizás en unos años más, por ahora es perfecto como estamos.

Kevin: De acuerdo nena, se hará comí tú digas, siempre a tus pies.

Se rieron y siguieron alistándose, para la hermosa boda. Salió con su hijo para encontrarse en el pasillo a Sharon, la madre biológica de Samuel.

En la mansión, el novio se arreglaba, para ir a la iglesia.

En ese momento nada era más importante, ver feliz a su hijo y claro también a Silvana.

Tenía que reconocer que se enamoró de ella solo al verla, y al ver que su hijo la quería como madre, supo que todo saldría, más que bien.

Sabía que Silvana no lo amaba, pero con amor y cuidado, él lograría que se enamorara también.

Sharon: Así que vas a casarte, conmigo nunca quisiste, pero con tu niñera, qué tal?

Gibran: No comiences Sharon, y mas delante de mi hijo.

Sharon: Tu hijo, jaja no me digas, solo por qué me ganaste la custodia total, no quiere decir que solo sea tuyo, también soy su madre.

Gibran: Samuel, ve al departamento con Silvana y Kevin, te veo en la iglesia.

Samuel: Si papá te ves muy bien, te quiero. Señora con permiso y buen día

Sharon: A dónde creer que vas, ven y saluda a tu madre, bésame la mejilla.

El niño pasó de largo y bajo corriendo, las escaleras, mientras Gibran la miraba con furia.

Gibran: Deja en paz a mi hijo, y te recuerdo, que tú no quisiste ni la custodia completa y ni a la mitad, mandaste a decir con tus abogados que no te interesaba el niño, solo querías 20 de los 30 millones disponibles, que había en la cuenta mancomunada.

Sharon: Era importante un patrimonio para mí, además el niño estaba bien contigo, y por lo que veo lo has educado bien.

Gibran: A que viniste, que quieres, no te invite a mi boda, así que retirarte por favor, tu presencia arruina el día.

Sharon: Así que no vas a invitarme? Y yo que quería darte un regalo hermoso, para tu noche de bodas.

Sharon bajo las escaleras con una gran sonrisa de maldad y pensar qué eso solo era el inicio de sus intrigas. Lo que venía era un huracán, no sabían que esperar.

Gibran fue hacia la iglesia y llegó al altar, esperaba con nervios a Silvana, ella llegó con un hermoso vestido princesa lleno de brillos. Se veía hermosa e iluminaba con su sonrisa todo el lugar.

Ya en el altar se tomaron las manos y se miraron a los ojos.

Comenzó la ceremonia, y ellos no dejaban de mirarse A los ojos, todo el tiempo con un hermosa sonrisa en la cara, juramdose amor a cada segundo y esperaban, compartir la felicidad que sentían con sus más allegados y familia.