La italiana y el CEO americano. Una Navidad muy diferente. Monalisa, una italiana fuerte, cariñosa, trabajadora, supertorpe o desastrosa, divertida y muy dispuesta, está pasando por un momento muy difícil. Se siente traicionada por las personas que más apoyó y amó, su familia y la de su exmarido. Cuando su matrimonio terminó, fue juzgada y culpada por todo, incluso por la infidelidad de su ex. Cansada de todo y de todos, incluidos sus parientes, y con la Navidad acercándose, decide visitar a su hija y ayudar a una antigua amiga que vive en Nueva York, para despejar su mente.
Abraham es un importante estadounidense, polémico en su vida personal, guapo y muy poderoso. Suele aparecer en público con mujeres bellísimas. Estuvo casado con una famosa actriz durante cinco años y tiene un hijo con ella. Tras la separación, comenzó una relación igualmente polémica, llena de infidelidades de su parte y altibajos con su antigua entrenadora personal, de la cual también tiene otro hijo. Como empresario, es muy respetado, pero su vida personal es bastante cuestionable. A pesar de tener 36 años, sigue disfrutando de fiestas y clubes nocturnos.
Surge un gran negocio, pero el lado personal de Abraham resulta ser clave para sus socios, y su reputación personal es un desastre. Esto puede convertirse en un gran problema, y Abraham necesita urgentemente ayuda en ese aspecto, ya que está interfiriendo en un trato que ha estado buscando por años. Necesita una mujer que lo ayude a mejorar su imagen.
Monalisa, por su parte, quiere un nuevo comienzo, una nueva vida y un nuevo rumbo. Sus destinos se cruzan y...
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Capítulo 10
Martina empieza a reírse.
Monalisa- ¿Qué pasó?
Martina- Pensé que el señor Abraham se iba a morir cuando lo besaste, no sabía qué hacer.
Monalisa- Ni me lo digas, olvidé que aquí no hacen eso, es que para mí es tan normal, tan natural que…
Martina riendo- Mona, se quedó en shock, pero por la cara que puso, le gustaron los besos que le diste.
Monalisa – Ya basta, me miró con cara de susto y ahí me acordé....
Martina – En serio, Mona, llámalo señor.
Monalisa – Ok, lo llamaré, discúlpame, es que hay un pequeño problema.
Martina – ¿Qué problema?
Monalisa - Que como es más joven y hasta guapo, cuando fui a llamarle señor, me vinieron a la mente unas fantasías sexuales.
Martina casi se ahoga con el agua que estaba bebiendo y se ríe a carcajadas, mientras Monalisa se pone roja - Estás loca, Mona.
Monalisa – Estoy muy cuerda, encontraré la manera de llamarle señor sin pensar en cosas prohibidas. Ahora explícame las cosas que ya he olvidado la mitad, creo que voy a tener que tomar apuntes.
Martina riendo- Toma esta libreta, apunta: ¡Café a las 8 en punto! Mona, en serio, es muy estricto con la puntualidad y el silencio.
Monalisa: Pondré la alarma a las 10 para las 8, así llego con el café a las 8.
Martina – ¡Mona!
Monalisa- Tranquila, sobrevivirá, creo....
Martina – Ven, te enseñaré a revisar la agenda y tienes que avisarle si tiene alguna reunión, aunque sea de algún departamento de la empresa. ¡Nadie, aparte de Joe, Sam, Steven, las ex y doña Ruth hablan con él sin tener hora agendada, ni por teléfono! Cuando llamen tienes que anotar, hablar con él y si él lo autoriza, le vuelves a llamar y entonces sí le pasas la llamada.
Monalisa – Calma, ¿por qué no puedo preguntar o pasar las llamadas directamente?
Martina – Mona, él es así, así que...
Monalisa- Ya sé, son sólo veinte días y no lo arruines todo.
Martina riendo- Más o menos así, continuando…
Su relación con su madre es bastante complicada, ella no es una santa, por lo que rara vez se hablan, nunca le pases una llamada suya sin preguntar.
Monalisa – Sé lo difícil que es la familia, claro.
Martina – Vamos a pedir su almuerzo, presta atención, lo llamaré y le preguntaré si quiere algo especial, si dice lo de siempre, sólo dile ok.
Llamamos al restaurante y pedimos lo de siempre, ya lo saben, o el plato que quiera.
Su almuerzo siempre llega a las 11:55 y a las 12:00 tienes que llevárselo.
Simplemente colócalo en la mesa que hay en la sala anexa, la que te enseñé antes, no hace falta que prepares nada, sólo ponlo en la mesa y retírate. Él se encargará del resto.
Monalisa – Estupendo.
Martina – Después querrá un café expreso pequeño, exactamente a la 1:00 p.m., llévaselo, ni antes ni después, Mona.
Monalisa- Estoy aterrorizada, ¿yo qué voy a comer?
Martina riendo – Después de entregarle la comida, puedes almorzar donde hemos hecho el café, hay un sillón muy cómodo, pero procura no dormirte, vuelve a la 1:00 p. m. con el café.
Puedes pedir del mismo restaurante y él paga, no te preocupes por eso.
Nunca entres en su despacho si él no te lo pide y si necesitas hacerlo tiene que ser algo muy importante,
en caso de que necesites hablar con él, llámale y pregúntale.
A las 3:00 p.m. en punto, a las 3:00 p.m., Mona, toma otro café, este es un poco más grande, sólo una taza, si quiere algo diferente, él mismo te lo pedirá antes.
A esa hora suele estar muy concentrado, así que entra en silencio y sólo tienes que ponerle el café en la mesa y salir sin hacer ruido. Si no dice nada, tú tampoco digas nada.
Muchas veces entro, dejo el café y parezco invisible, se queda súper concentrado.
Hay muchas mujeres que lo persiguen, NUNCA le pases ninguna llamada y algunas, no sé cómo, consiguen subir con excusas ridículas, llama a los de seguridad y se acabó la historia.
Tiene dos ex mujeres, Emma y Evelyn.
Emma es toda fitness, insoportable al extremo y se cree la última Coca-Cola del desierto, nunca te enfrentes a ella.
Llama para hablar de Vicky, que es su hija, pedir dinero y desde hace unos meses se ha echado otro novio, así que ya no llama al señor Abraham como antes.
Evelyn se casó por lo civil y por la iglesia con él, digamos que fue el amor que tuvo, es muy simpática, sólo que a veces se vuelve loca y monta numeritos.
Tienen un niño que es guapísimo. Bueno, sus dos hijos, tanto Vicky como Cris, son la viva imagen del señor Abraham, rara vez vienen por aquí, pero si lo hacen, ¡déjalos entrar siempre!
El señor Abraham adora a los niños y detesta a las ex, pero siempre las atiende por sus hijos.
Evelyn no es insoportable, sólo que lo molesta cuando quiere algo más que la pensión.
Te conozco, Monalisa, y nunca te metas en sus discusiones.
Si por casualidad aparece por aquí es, como te dije, para montar un espectáculo.
Así que entra, le grita, hace su show y se va.
Y del señor Abraham no oirás ni su voz.
Él es muy callado y siempre trata de resolver las cosas con calma, claro que también se enfada, pero no grita.
Monalisa – Me gustaría ser como él, pero yo grito hasta cuando hablo.
Martina riendo- Bien recordado, ¡no hables alto! Intenta hacer como si estuvieras susurrando y tu tono será perfecto.
Monalisa – Haré lo que pueda.
Martina – Gracias, Mona, continuando...
Después del café, cuando sean las 3:30 p.m., entras y recoges su taza, de la misma manera que la llevaste, en silencio y sin llamar la atención...
Monalisa piensa que la va a matar...
Monalisa – Ok.
Martina – En ese tiempo entre las 3:00 p.m. y las 3:30 p.m. puedes comer si quieres, donde hemos hecho el café hay nevera, microondas y puedes usarlo.
Sales a las 6:00 p.m., si el señor Abraham todavía está en la oficina, sólo tienes que llamarle y preguntarle si necesita algo más, si dice que no, dile que te vas.
Si necesita que te quedes más tiempo, te lo pedirá y siempre con antelación.
Si ya no está, revisa su despacho, comprueba que todo esté en orden y cierra todo.
Si él todavía está, sólo deja todo cerrado y en orden aquí.
¿Entendido, Mona?
Monalisa piensa, entender, lo entiendo, ahora bien, si me voy a acordar y voy a hacer todo eso es otra historia.
Monalisa – Sí, tranquila, le encantará volver a verte, te lo aseguro.
Martina – Es un hombre estupendo, sólo que un poco polémico en su vida personal, pero siempre me ha respetado mucho y dentro de la empresa exige mucho eso.
Monalisa- Me gusta eso, y espero que no me acuse de acoso, cuando lo besé fue sin querer, es que en Italia eso es muy normal.
Martina riendo- Sí, y no puedo olvidarme de su cara de susto, me hizo reír, nunca se esperó eso, pero tranquila, es muy buena persona y no va a decir nada.
Martina pide la comida y le va pasando todo a Monalisa, números, lista de las personas que no pueden entrar y así se quedan.....