En Manos Del Mafioso

Unos días después Emily estaba comprando en una tienda.

Emily recorría los pasillos de la tienda en busca del producto que necesitaba, tarareando suavemente una canción mientras revisaba las opciones en los estantes. Se estaba cansando de buscarla, cuando de repente, una voz profunda y familiar retumbó detrás de ella.

-Vaya, mira a quién tenemos aquí-

Al darse la vuelta ahí estaba el pasado Tomás junto a la chica con la que la engaño y la maltrato

Emily sintió que su estómago se retorcía nerviosamente al verlo. Su exnovio Tomás la miraba con una sonrisa burlona en su rostro, con su brazo en la cintura de la chica a su lado.

-Te ves... diferente-dijo él, observándola de arriba abajo con una mirada calculadora.

-Supongo que la vida te trata bien- agregó él, sin perder su tono burlón. La chica a su lado permaneció callada, mirando a Emily con una sonrisa complaciente.

-si, eso hace, con permiso- Emily sigue su camino comprando

Tomás le bloqueó el paso, con una expresión de petulancia en su rostro.

-Oh, espera un momento, no te vayas tan pronto- dijo él, con un tono de superioridad. -Estamos teniendo una conversación aquí-

Emily apretó la mandíbula, irritada por su comportamiento. No tenía interés en hablar con él o su acompañante.

-No tengo nada que decirte a ti o a tu... acompañante- respondió ella, intentando rodearlo, pero él volvió a bloquear su camino.

-Siempre tan fría-, dijo él, sacudiendo la cabeza en un gesto condescendiente. La chica a su lado rió suavemente, claramente disfrutando de la escena.

-Vamos, Tommy, deja de molestar a la señorita- dijo con voz suave, acariciando su brazo de forma cariñosa.

Él se rio y le dio una palmada en la mano a la chica, como si estuviera tratando con un animal.

-No te preocupes, cariño, solo estamos teniendo una pequeña charla- le dijo a ella, antes de volver a centrarse en Emily.

Emily hizo todo lo posible por mantener la calma, aunque estaba luchando por controlar su frustración y su molestia.

-Ya te he dicho, no tengo nada que decirte- respondió ella, evitando el contacto visual. Intentó rodearlo nuevamente, pero él la sujetó del brazo con firmeza, obligándola a mirarlo.

-Vamos, no seas tan hostil-, dijo él con un resoplido de exasperación. -Solo quería saludarte y hablar un rato. ¿No podemos ser civilizados por unos minutos, por lo menos?-

La presión de su mano en su brazo la irritaba, y ella intentó liberarse de su agarre, pero él se lo impidió, sujetándola con más fuerza.

-Suéltame-ordenó ella con tono cortante. -No quiero hablar contigo, ni ahora ni nunca-

Él se rio ampliamente, su sonrisa mostrando toda su arrogancia. La chica a su lado siguió de brazos cruzados, observando la escena con interés.

-Tienes un carácter peor que antes. ¿Nadie te ha enseñado a ser más amable?- respondió él, su tono lleno de sarcasmo.

-sueltala- una voz grave y autoritaria Emily vio ahi a luca

Los ojos de Tomás y la chica se agrandaron al reconocer la voz autoritaria que había hablado. Un escalofrío recorrió la espina dorsal.

Tomás se volvió hacia el origen de la voz y vio a Luca Bianchi de pie a pocos metros de distancia, con una expresión fría y severa. Su presencia imponente y amenazante llenaba la habitación, incluso haciendo que la chica a su lado retrajera un paso temerosa.

-Eh... ¿quién demonios eres tú?- preguntó Tomás, tratando de parecer imponente, pero su voz sonó vacilante. Su mano aún estaba fuertemente agarrando el brazo de Emily, aunque ella podía sentir que su agarre se aflojaba por el impacto de la llegada de Luca.

-Creo que deberías soltar a la dama- respondió Luca con voz tranquila pero peligrosa. Su mirada se fijó en la mano de Tomás en el brazo de Emily, y una expresión fría apareció en su rostro.

Tomás vaciló por un momento, claramente incómodo bajo la intensa mirada de Luca. Después de unos segundos de tensión, finalmente soltó el brazo de Emily y dio un paso atrás.

-Bien- dijo Luca, su voz aún fría y autoritaria. -Ahora, si sabes lo que es bueno para ti, desaparecerás de aquí y no volverás a acercarte a ella-

Tomás tragó saliva, claramente aterrorizado por la presencia intimidante de Luca. Asintió torpemente y murmuró un -está bien- antes de salir del lugar con la chica a su lado.

Cuando se fueron, Emily se dio vuelta hacia Luca, aliviada por su intervención pero también irritada por su intromisión. Trató de recuperar la calma y recuperar su orgullo, aunque todavía podía sentir el calor de dónde él la había tocado.

-Gracias por la ayuda- dijo ella, cruzándose de brazos. -Aunque no te pedí que intervinieras-

Él la miró con una expresión fría y calculadora, como si intentara discernir qué pasaba por su mente.

-No lo hiciste- respondió él, con calma. -Pero no podía quedarme impasible viendo cómo ese idiota te trataba así-

-que haces aqui? comprando viveres o siguiendome?

Él soltó una risa breve, con una sonrisa arrogante en su rostro.

-Por suerte para ti, estaba comprando- respondió él, cruzándose de brazos. -No todo lo que hago tiene que ver contigo, pequeña-

Su tono burlón hizo que su irritación creciera nuevamente. ¿Por qué todo lo que salía de su boca sonaba a provocación?

-Por supuesto que no- dijo ella con sarcasmo. -Porque obviamente tú no tienes nada mejor que hacer que seguir a las mujeres por las tiendas-

además donde están tus compras?-emily pregunto

Él se rio entre dientes, con una expresión traviesa en su rostro.

-Ah, los víveres, ¿eh?- repitió él, como si estuviera divirtiéndose con eso.  Agarra un frasco al lado de ella y dice -Aquí está lo que buscaba-

Emily miró el frasco en su mano con incredulidad. ¿Ese era el motivo por el que él estaba aquí? No podía entender por qué, entre todas las personas, Luca Bianchi, de todos los lugares, estaba aquí en esta tienda.

-Eres muy extraño- dijo ella, negando con la cabeza.-Siempre estás en el lugar menos esperado-

Él se rio de nuevo, sin inmutarse por su comentario.

-Podría decir lo mismo de ti, pequeña- respondió él, con un brillo divertido en sus ojos. -Eres toda una sorpresa, ¿no es así?-

Su sonrisa provocadora la irritaba hasta el punto de querer golpearlo, pero se contuvo. En cambio, ella puso los ojos en blanco y respondió con sarcasmo.

-Por favor, deja de llamarme 'pequeña-

Su sonrisa creció aún más al oír su rechazo.

-Por qué no?- respondió él, con un toque de burla en su tono.-A mí me parece apropiado, considerando tu tamaño-

Emily lo fulminó con la mirada, molesta por la burla. Su altura era uno de los temas en los que estaba más sensible.

-Mi altura es algo perfectamente normal, por cierto- replicó ella con irritación.-No es mi culpa que tú seas un gigante-

Él soltó una carcajada ante su pequeño arrebato.

-Un gigante, eh?- repitió él, con una sonrisa traviesa. -No es mi culpa que seas tan diminuta-

Emily estaba irritada, incluso molesta por cómo parecía disfrutar de molestarla con su estatura.

-¡Cierra la boca!- exclamó ella, perdiendo su paciencia. -Basta, deja de burlarte de mi tamaño-

-ya perdón..-la mira- te pago tus compras- dice el

La oferta la tomó por sorpresa, y ella lo miró con una expresión confundida.

-¿Disculpa?- respondió ella, cuestionando su intención.-No necesito que me pagues mis compras-

Él se rio entre dientes ante su negativa, con una sonrisa traviesa.

-Vamos, déjame hacerlo- repuso él. -Es lo menos que puedo hacer después de salvar a tu pequeño trasero de ese imbécil hace unos minutos-

Ella frunció el ceño al recordar el incidente con Tomás. A pesar de que le molestaba admitirlo, él tenía razón. Él había intervenido en el momento justo.

-Está bien- dijo ella, con un suspiro resignado. -Si insistes en pagar, solo por esta vez-

Él le sonrió con satisfacción, claramente complacido por su decisión.

-Estoy encantado de hacerlo, pequeña- dijo él, con su sonrisa sardónica. -Vamos, toma lo que necesitas y yo pago-

emily penso ya que quiere pagar comprare todo lo que no estaba en la lista también, sonrio

Él notó su sonrisa y la miró con sospecha.

-Espera un minuto...- dijo él, sospechando de sus intenciones. -No intentes aprovechar mi oferta y llenar un carrito completo-

Emily puso su mejor sonrisa inocente, con un tono falso de ingenuidad.

-No sé de qué estás hablando- respondió ella, manteniendo su sonrisa. -Solo quiero comprar algunas cosas extra, ¿eso está mal?-

Él la miró con incredulidad, sin confiar en absoluto en su inocencia.

-No intentes engañarme, pequeña- dijo él, con un toque de burla en su tono. -Sé que estás tratando de aprovecharte de mi generosidad-

tu tienes millones no gastare mucho

Él soltó un suspiro resignado, sabiendo que ella tenía un buen punto.

-Está bien, adelante- dijo él, con una sonrisa resignada. -Llena un carrito completo si quieres-

La sonrisa de Emily se hizo más amplia al escuchar su permiso, sintiendo cierta satisfacción en su pequeño plan.

-Excelente- respondió ella, con un brillo en sus ojos. -Estoy segura de que encontraré cosas que necesito aquí-

Ella comenzó a caminar por la tienda, cargando un carrito y eligiendo artículos a diestro y siniestro, llenando el carrito hasta el tope.

Él la observaba mientras ella llenaba el carrito, con una mezcla de diversión y resignación.

-No pensé que fueras tan materialista- dijo él, con una sonrisa burlona. -Creo que estás abusando un poco de mi generosidad aquí-

-tu te ofreciste, y solo son viveres no bolsos

Él se rio entre dientes ante su respuesta.

-Supongo que tienes razón- admitió él, con un suspiro resignado.-Si son solo víveres, no hay problema, supongo-

Él miró hacia el carrito lleno a rebosar y sacudió la cabeza con una sonrisa irónica.

Emily continuaba escogiendo artículos y metiéndolos en el carrito, disfrutando de la libertad para comprar lo que quisiera. Sabía que él podría permitirse comprar todo el stock de la tienda sin ningún problema.

-Creo que ya tengo todo lo que necesito aquí- dijo ella, empujando el carrito hacia él. -Deberíamos ir a la caja y pagar-

Él asintió y siguió a Emily hacia la caja, aún divertido por su deseo de comprar casi todo lo que había en la tienda.

-Sólo espero que no me arruines con este carrito lleno- dijo él en broma, mientras se acercaban a la caja.

-como si eso fuera posible-

Él soltó una carcajada ante su comentario, y no pudo evitar seguirle el juego.

-Cierto, casi me olvido que soy multimillonario- respondió él con un toque de sarcasmo. -Un poco de gasto en víveres no me hará mucha mella-

Emily sonrió con satisfacción al escucharlo decir eso, sabiendo que su pequeño plan estaba funcionando.

-Exactamente- dijo ella, con un toque de orgullo en su voz. -Así que deja de preocuparte por el precio y sólo paga sin rechistar-

Él sacudió la cabeza con una sonrisa divertida, aceptando su destino financiero.

-Está bien, de acuerdo- dijo él, levantando las manos en señal de rendición. -Pago sin rechistar, como la señorita mandona que eres-

Una vez que Luca había pagado por todas las compras, no le permitió a Emily llevar ni una sola bolsa.

-Ni hablar, yo me encargo de esto- dijo él con cierto aire mandón. Señaló hacia sus guardias, que permanecían en posición de espera cerca de allí.

-Mis hombres se encargarán de cargar las compras-

Emily no pudo evitar sentirse un poco irritada por su tono autoritario, pero sabía que discutir con él era inútil a esas alturas.

-De acuerdo, como quieras- respondió ella con resignación, cruzando los brazos y mirando cómo sus hombres cargaban las bolsas.

Él notó su expresión molesta y sonrió divertido.

-No te pongas así, pequeña- dijo él con un toque malicioso. -Estoy intentando ser caballeroso aquí. ¿No deberías estar agradecida por mis gestos de galantería?-

Ella puso los ojos en blanco, pero no pudo evitar sonreír ligeramente ante su tono burlón.

-Si así se llama 'galantería'..- respondió ella, con un toque de ironía.-Supongo que debería estar agradecida por tus modales arcaicos-

Él se rio entre dientes ante sus palabras.

-Tienes una manera peculiar de mostrar gratitud, pequeña- dijo él, con un tono de diversión. -La mayoría de la gente simplemente dice 'gracias' y sigue adelante, pero tú siempre encuentras la manera de pelear-

Ella soltó un suspiro resignado, dándose cuenta de que tenía razón.

-Bien, bien- admitió ella, con un toque de derrota en su voz. -Te agradezco por pagar mis compras. ¿Eso es lo que quieres oír?-

Él se rio entre dientes una vez más, claramente disfrutando de su pequeño enfrentamiento verbal.

-Así me gusta un poco más- dijo él, con un toque de satisfacción. -Un poco de gratitud no te matará, ¿sabes?-