Las Piezas De Un Rompecabezas

Seguimos platicando, pero hay algo que me atrae hacia sus labios, no sé qué me dio, porque lo hice pero me acerque a sus labios, acorte lentamente la distancia entre los dos, me estaba arriesgando a que me rechazara, cuando me di cuenta era muy tarde ya estábamos a escasos 2 cm de distancia, fue entonces que me detuve, mire sus ojos y después sus labios y de nuevo a sus hermosos ojos, me sorprendió ver que el recorto la distancia que había entre los dos, por fin pude

probar esos exquisitos labios, entonces pude comprobar que efectivamente no tenía experiencia y eso me prendió mucho más, no me quería separar de el, pero debíamos hacerlo, estábamos en público.

Le sugerí ir a otro lado, pero no esperaba que me llevara a su casa, ahora el se encontraba en la cocina, estaba preparando un té, la verdad no me agrada tanto, pero por el tomo lo que sea, no aguante más, lo quería ver de nuevo así que camine a la cocina, pero lo asuste y se quemó la mano, cuando lo estaba revisando para ver que no fuera nada grave, nuevamente le robe un beso, pero esta vez estábamos de pie, por lo que se le dificultaba alcanzarme así que lo tome de la

cadera y lo subí a la barra, Diablos si que me prende, solo con sus besos me provoco una gran erección, pero me tuve que separar de el.

Sergei.- Bueno dime romántico empedernido, pero quiero que la primera vez que te entregues a mi sea solo porque tu corazón me pertenece por completo.

Y si que era cierto, no quería forzarlo, el momento se que habría sido genial, pero tal vez mañana se arrepienta, y no quiero eso.

Me presto su baño, y ropa limpia para dormir, al salir me di cuenta que tendríamos que dormir juntos, yo estaba pensando que igual me podría quedar en el piso o algo sinceramente no lo quería incomodar, pero el me dijo que no le importaba, una vez en la cama le dije mis sentimientos, se que el no siente lo mismo, pero voy a trabajar duro para que me acepte.

A la mañana siguiente escuche algo de ruido, me gire y no lo vi a mi lado, sabia que no se podía ir, ya que esta era su casa, pero se me hizo algo extraño no verlo a mi lado, lo quería ver todo el tiempo junto a mí, en mis brazos, así que preferí bajar a buscarlo.

Al bajar lo encontré con Raul, saludé a mi pequeño y también a Raul.

Raul.- Rodrigo, que hace este tipo en tu casa y así.

Sergei.- Huy, que genio por la mañana, primero saluda no seas maleducado y segundo porque no podría estar en casa de mi novio.

Bueno en realidad no éramos novios, pero lo solté solo para hacerlo enojar, nunca pensé que Rodrigo me fuera a contestar con un abrazo y un tierno beso, no desmintió mis palabras, eso me da más esperanzas, pero ahí vamos de nuevo con el molesto de Raul, me dan ganas de ponerle una cinta en la boca para que ya guarde silencio.

Mi Rodrigo le explico pacientemente todo lo sucedido durante la noche, y después me toco a mi cuando pregunto porque había dicho que era mi novio.

Sergei.- Bueno pues que ayer me le declare y el acepto mis sentimientos, ahora somos novios. ¿Cierto pequeño?

Justo en ese momento lo mire se veía levemente confundido, y yo estaba sosteniendo mi corazón en las manos esperando que no me lo destrozara, sabia que el aun no había aceptado nada, sabía que fácilmente podía decir que no era cierto, que no éramos nada, que lo debía pensar, pero no fue así, creo que vio algo en mis ojos, porque al instante su mirada cambio, se llenó de decisión y dijo que si, justo en ese momento estaba aceptando ser mi novio, y yo no cambia de la alegría, quería saltar, brincar, abrazarlo y comérmelo a besos, pero no era el momento, teníamos visitas.

Me gustaba pasar el tiempo con mi pequeño. Siempre lo abrazaba, lo besaba y aunque el me regañaba algunas veces porque lo hacía en público no me importaba y el siempre me perdonaba, estaba completamente enamorado y se notaba a metros de distancia, también me había dado cuenta que poco a poco los sentimientos de Rodrigo hacia mi fueron creciendo, logre enamorarlo y eso me tenía extasiado.

Narra Rodrigo.-

Estaba preparando todo, ya le había dicho a Sergei que lo esperaba en casa y que de aquí nos iríamos a otro lado a pasear, no creo que se espere esta sorpresa, hice una lasaña, es mi especialidad, y nunca antes se la he preparado a Sergei, puse a enfriar algo de vino, y de postre tenia unas fresas cubiertas de chocolate, esta noche tenía que ser especial.

Llego la hora acordada, y puntual mi Sergei toco la puerta, se veía guapísimo, pero antes de entrar le hice que se tapara los ojos, el se veía feliz como un niño que va a recibir un hermoso presente.

Lo hice pasar y lo coloque frente a la mesa que tenia adornada con rosas, el vino y la comida ya lista, cuando le destape los ojos, se quedó maravillado.

Sergei.- Mi pequeño no me esperaba esto, en verdad eres maravilloso. Gracias

Rodrigo.- Te mereces esto y más.

Nos sentamos en la mesa, me alegro saber que mi comida era de su agrado incluso dijo que lo podría comer por el resto de su vida, pero en definitiva no era posible, subiríamos de peso y eso no seria nada sexy, comenzamos a reír, éramos realmente felices.

Cuando terminamos de comer fuimos a la sala, no tenia chimenea como en las películas románticas, pero al menos podríamos sentarnos y continuar platicando mientras comíamos el postre, o tal vez ver la tele o algo que el quisiera.

Sergei.- Mi pequeño, ahora tu cierra los ojos.

Hice lo que me pidió, estaba muerto de nervios, no sabia lo que el iba a hacer, de pronto siento que coloco un objeto en mis manos y después me dio un casto beso en los labios.

Sergei.- Abrelos.