Mi Mujer, Mi Esposa

Alejandra

Pensé que nunca podría estar con otro hombre que no fuera Fernando, pero Robert me hace sentir deseada y sexi, estoy haciendo lo que mi amiga me dijo, disfrutar de este momento y si que es un gran momento, tenía tanto que no sentía un placer tan fuerte, siento temblar todo mi ser gracias a este monumento de hombre.

Me acosté a un lado boca abajo y el empezó a acariciar mi espalda, tienes una piel tan suave no le pide nada a una muchacha de 20 - me dijo y reí , - eso decía mi ex esposo, pero es genética mi madre y mi abuela eran igual , ninguna se veía de su edad, a su edad apenas y tenían arrugas, lo bueno que salí a ellas.

Tu mamá aún vive? Me gustaría conocerla.

No, falleció hace unos años, pero tengo una foto, es de unos meses antes de que falleciera – saque mi celular y se la mostré

Te pareces mucho a tu madre – dijo con una hermosa sonrisa

Si, mi madre se parecía a mi abuela y yo a mi madre, y una de mis hijas se parece a mi.

 Cuantos años estuviste casada? 35 años – conteste

Puedo saber porque se divorciaron? – pregunto cautelosamente

Mmmmm pensé en mi respuesta.

Hubo de todo en nuestro matrimonio nos casamos muy jóvenes a los 18 y ya iba con un bebé en camino, estábamos  muy enamorados pero el matrimonio no es solo eso, a la edad que teníamos nos queríamos comer al mundo y pensábamos que todo era fácil pero cuando vimos que no, Fernando se sumergió en el trabajo, se estrenaba yo lo justificaba hasta que con el tiempo llegaron los golpes esos acabaron cuando lo amenace de meterlo en la cárcel, después empezó con humillaciones, su familia nunca me quiso y nos pusieron las cosas difíciles, para mi ex siempre había algo más importante, pensé que era el trabajo pero luego descubrí que no, no era eso, el trabajo tenía nombre y apellido y resultó con retoño un niño, yo tenía a mi hija la más pequeña también así que decidí no dejarla sin padre porque hasta eso siempre fue buen padre, creo que nunca me recuperé de ese engaño,  empecé a trabajar desde mi casa, así podía seguía cuidando de mi familia y trabando hasta que un día nos dimos cuenta que solo era costumbre, ya no quise luchar por algo que ya no había, ¡amor! siempre creí que se quedó con la mujer equivocada, no todo fue malo solo que peso más lo malo que lo bueno, con el tiempo dejo de doler además siempre me esforcé por ser feliz de disfrutar todo lo bueno que había a mi alrededor, mis hijas, mi familia, amigos, creo que todo eso te hace fuerte, firme el divorcio y aquí estoy, creo que ya hable de más – sonreí.

Cerré mis ojos para ya no pensar en eso.

No dijo nada, empezó a besarme la espalda, la acaricio con esas manos tan grandes y cálidas, me volteó y me miró con ternura, suspiro y me abrazó como si no quisiera soltarme nunca, yo también lo abrace, empezó a besarme el cuello a acariciar mis pechos bajo su mano hasta mi intimidad y haciendo círculos me hizo sentir un placer increíble, es bueno en eso, en seguida se subió y empezó con embestidas suaves, acariciaba mi rostro, mi cabello, beso mis ojos, mis mejillas, mis labios, era tanta ternura y a la vez me llenaba de placer, poco a poco acelero el ritmo, me deje llevar clavando mis uñas en su espalda, mi cuerpo empezó a sentir esa tención placentera que me hace temblar  y terminamos en otro orgasmo, no dejaba de besarme, no se que me pasaba pero me sentí tan bien en sus brazos que podría acostumbrarme a ellos, pero solo era una ilusión, teníamos vidas diferentes en países diferentes, diferencia de edades, yo ya tenía una vida el apenas formaría la de el.

Disfrutaremos al máximo tus vacaciones, - dijo riendo.

Perfecto - le respondí, si iba a estar con el por ese tiempo lo haría bien, sin esconderme y sin remordimientos, viviría esos dos meses al máximo, este hombre es tan guapo y esta de cuerpo lo que le sigue de bueno, esos cuadros en su abdomen, brazos fuertes, sus piernas torneadas, nada que ver con lo que tenia en casa.

La vida, Dios, el destino, no se alguien me esta dando estos momentos de felicidad así que los tomaré sin pensar en nada ni nadie, quien iba a decir que era cierto lo que decía Silvia ¡lo que necesitas es un hombre! Reí yo sola nomas de pensar en todo lo que me dijo la loca de mi amiga