El Corazón De La Villana

Mientras Alina dormía profundamente, los Emperadores, se encontraban en su habitación, enfrascados en una conversación seria.

__ ​"¿Qué sucede, Ares? ¿Por qué estás tan callado?", __ preguntó la Emperatriz Aria

​El Emperador Ares suspiró con pesadez. __"Lo que pasa es que esta tarde llegó una carta anónima al palacio".

__ ​"¿Una carta? ¿Qué decía que te tiene así?", inquirió ella.

__ ​"Acusaba al Duque Petrob de corrupción, secuestro, venta de esclavos, asesinato y, lo más grave, conspiración contra la familia imperial", reveló Ares, con el ceño fruncido.

__ ​"Esas acusaciones son graves. Sé que es tu tío, pero debemos investigar. Sabes bien que él no te tiene mucho aprecio",__

 Respondió la Emperatriz con firmeza.

,__ ​"Sí, lo sé. Ha estado enfadado desde que mi padre subió al trono, ya que él tenía la esperanza de ser Emperador. Pero al ser hijo de una concubina, no tuvo el apoyo de los nobles, y mi abuela, siendo la Emperatriz, no iba a permitir que otro le quitara el trono a su hijo".

__​"Eso lo tengo claro, cariño. Hay que investigar y, si la carta dice la verdad, debemos hacer que pague por sus crímenes. Así nos desharemos de una vez por todas de todas las ratas que nos molestan. No olvido que él fue uno de los nobles que se opuso a nuestro matrimonio y que ha intentado meter concubinas al palacio",__ recordó la Emperatriz con resentimiento.

__​"Sí, cariño. Mandaré a llamar a Salvatierra para que me ayude. Aunque es un poco molesto, es una persona bastante seria cuando se trata de trabajar en silencio", __ comentó Ares. "También le haré saber a Sian para que ayude a investigar".

__ ​"Tienes razón, no hay persona más leal y de confianza que el duque Salvatierra. En cuanto a nuestros hijos, creo que es mejor asignar a Ray a la investigación y mandar a Sian a la frontera. Una de mis informantes dice que hay nobles del reino vecino intentando instigar a los plebeyos a una rebelión".

__ ​"¿Una rebelión? ¿Cuándo te informaron esto? ¿Cómo se atreven a invadir mi imperio? Al parecer, hemos sido demasiado pasivos para que un pequeño reino crea que puede ir en nuestra contra", exclamó Ares, con una chispa de rabia en sus ojos de dragón.

__ ​"Así parece, cariño. Pero bueno, será mejor que descansemos y continuemos mañana, ya que hay muchas cosas que hacer", __ dijo la Emperatriz, mirándolo de manera pícara.

​El Emperador Ares la miró con una sonrisa sugerente.

__ "¿Segura que quieres descansar? ¿No crees que podemos divertirnos esta noche? Creo que nos faltan más hijos".

__ ​"Cariño, ¿no te es suficiente con los tres que ya tenemos?", preguntó ella, riendo.

,__ ​"No. Necesito por lo menos tres príncipes más. ¡Tienen que ayudarme a cuidar a mi princesa, que ya está creciendo! ¿Qué pasa si aparece un 'sacudo' e intenta llevársela?"__ dijo él en tono de broma, imitando un gruñido.

​La Emperatriz se rió con ganas. __"¡Jajajajaja! Eso no podrás evitarlo. Algún día pasará, al igual que mi padre no pudo evitar que tú me llevaras".

__ ​"Ese anciano zorro todavía me odia. Cuando se enteró de lo nuestro, quiso declararme la guerra"__ , bromeó Ares. __"¡Casi asesina a tu hermano cuando se enteró de que te dejó ir a la frontera a luchar!".

__ ​"Pobre, mi padre quería arrancarle las colas. Decía que por su culpa tú y yo nos conocimos",__ le recordó ella, riendo.

__ ​"Jajaja",__ rió el Emperador Ares mientras besaba y acariciaba a su esposa. Ella se dejó llevar por él, y ambos se abandonaron a la pasión durante casi toda la noche, ajenos a que la semilla de la verdad ya había sido plantada en el palacio.

...............................................................................

​Al día siguiente, Zara entró a mi habitación para despertarme.

​—Princesa, despierte. Debe alistarse y tomar su desayuno.

​—Sí, Sofía, ya me levanto. Déjame dormir otro poco —dijo Alina, mientras se quedaba dormida nuevamente.

​—Su Alteza, soy Zara. Despierte, ya es tarde. Debe ir a su clase de etiqueta y más tarde a su clase de esgrima.__

​Cuando Alina escuchó que era Zara, despertó de golpe y miró a su niñera.

​—Lo siento, Zara. Creo que estaba soñando.

​—Así veo, Princesa. Pero alístese, que ya es tarde.

​En cuanto me volvió a recordar, me levanté enseguida y me alisté.

​Después del desayuno, me dirigí a la sala donde me esperaba la profesora de etiqueta.

​—Princesa, buenos días. Me alegra que haya llegado —dijo la profesora, inclinándose en una reverencia.

​—Buenos días, Baronesa —contesté, haciendo una pequeña reverencia.

​Luego de los saludos, comenzamos con las clases.

​—Princesa, si sigue así de bien en las clases, no tendré nada que enseñarle. ¡Felicidades!

​—Muchas gracias, Baronesa.

​—Hablaré con Sus Majestades sobre esto. Usted está lista para su presentación a la sociedad.

​Después de la clase, me retiré a mi habitación para alistarme para la clase de entrenamiento, donde sabía que mi nuevo profesor de esgrima me estaría esperando.

​Al llegar al lugar de entrenamiento, miré alrededor. Era grande y espaciosa. Además, a lo lejos se veía a los otros caballeros entrenando. El aroma a sudor y metal llenaba el aire, y podía escuchar el sonido de las espadas chocando en la distancia.

​Mi profesor, un hombre alto y delgado con una barba larga y gris, se acercó a mí con una sonrisa. Su mirada era intensa y seria, pero había un destello de calidez en sus ojos que me hizo sentir cómoda.

​—Princesa —me dijo, inclinando la cabeza en un gesto de respeto—. Estoy encantado de ser su profesor de esgrima. He oído hablar mucho de usted por sus hermanos y su abuelo.

​Me incliné ante él, devolviendo el gesto de respeto.

​—Gracias, Profesor —le dije—. Estoy ansiosa por comenzar mi entrenamiento.

​Mi profesor sonrió y me entregó una espada de práctica.

​—Comencemos con los fundamentos —me dijo—. Quiero ver cómo te desenvuelves con la espada.

​Comenzamos a entrenar. Sir Kaelan era un experto en su campo. Me enseñó técnicas y movimientos que nunca había visto antes, y me corrigió con paciencia y firmeza.

​Después de una hora de entrenamiento, mi profesor me dijo que era hora de tomar un descanso.

​—Estás haciendo un buen trabajo, princesa —me dijo—. Pero te falta más fuerza y resistencia. Por lo tanto, mañana, antes del entrenamiento, darás dos vueltas por el campo de entrenamiento.

​—Sí, Sir Kaelan.

​—Después del descanso, te enseñaré un poco de tácticas y estrategia. No debes olvidar que la esgrima no es solo sobre la técnica, sino también sobre la estrategia y la táctica.

​—Lo tendré en cuenta, Profesor —le dije, asintiendo con la cabeza y tomando nota de sus palabras.

​Mi profesor sonrió y me dio una palmada en la espalda.

​—Estoy seguro de que llegarás a ser una gran esgrimista, Princesa. Ahora, prepárate para tu próxima sesión de entrenamiento.

​—Bien —dije, y me levanté para seguir con el entrenamiento.

​Después de otra hora, el entrenamiento terminó.

​—¡Estupendo, Princesa! Lo ha hhecho muy bien para su primera clase.

​—Gracias, Profesor. Me esforzaré mucho para aprender todo lo que debo saber.

​—Sé que lo hará bien. Bueno, nos vemos mañana en la siguiente clasé.

​—Está bien, Sir Kaelan. Me retiro. Nos vemos mañana.

​Me incliné ante él y salí de la sala de entrenamiento, sintiéndome emocionada y motivada para seguir adelante. Luego me retiré a mi habitación y esperé a que llegara la hora de la cena...

🌺🌺🌺🌺🌺🌺🌺🌺🌺🌺🌺🌺🌺🌺🌺🌺