El cielo no puede ser mas azul que ahora, ni la sangre mas espesa y roja, asi como un cadaver no puede oler a rosas.
Mori cuando apenas comenzaba a vivir mi vida, aunque no puedo decir que tenia una gran vida, pero al final del dia me pertenecia, era mia.
Las circunstancias del mundo en aquel entonces, no eran las mas favorables para nadie, las naciones estaban en constante disputas y un solo error basto para desatar la gerra.
Supongo que de alguna maner deberíamos de estar agradecidos por seguir vivos, pero el ser humano siempre se lamenta por lo que no tiene, maldice por lo que le quitaron y pocas veces agradece por lo que le ha sido dado.
El mundo parece mas grande ahora que en ese entonces, ¿Y como no? si quedan muy pocos sobrevivientes.....
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-Lo siento, no debí traerlos hasta aquí. Pero tenía que advertirles, hay muchos allá abajo.- la voz de Roy es apenas un hilo.
-Deben irse, aquí ya no es seguro.
Miró al oscuro y los otros espadachines, definitivamente concuerdo con el chico, no es nada seguro estar aquí.
-Tienen que irse- vuelve a decir, sin embargo; ninguno de nosotros se mueve, ciertamente no es seguro aquí, pero como ya dije antes correr no es una opción.
Apenas intentemos emprender huida y el oscuro ya nos abra matado antes de dar un último respiro. Los tres nos ponemos en posición para la batalla que nos aguarda.
-No te voy a dejar aquí- dice Adam, con decisión.
Inhaló profundo, inclinó ligeramente la cabeza para realizar un disparo limpió directo a la cabeza de un topó. Cuando estoy a punto de jalar el gatillo, la mujer frente a nosotros gira medio cuerpo hacia nosotros.
Para el oscuro ese movimiento de distracción por parte de ella basta, para acercarse. Miró con horror como ese infeliz está justo al lado de ella, listo para atravesarla. Roger y Adam están con expresiones iguales a la mía.
Quiero decir algo, pero la voz no me sale. Ella, sin embargo, está muy tranquila, la veo medio sonreír y a una velocidad que no logró ver, ella mueve su mano y clava el cuchillo que sostiene, justo en el ojo del oscuro.
El zombi no esperaba algo así y para ser honesto nosotros tampoco. Ella lo patea varios metros lejos de donde estamos, luego gira su cuerpo inclinándose levemente sobre los dedos de sus pies, se impulsa y lo siguiente que pasa me hace temblar el corazón.
La mujer frente a nosotros, asesina uno a uno a todos los zombis que seguían de cerca a Roy. La velocidad y determinación de sus ataques resulta espeluznante. Si me hubieran dicho que esta mujer es capaz de igualar la fuerza y velocidad de ataque de un oscuro, o la de un maldito inmortal.
No lo había creído, pero sé que mis ojos no me engañan y los de Roger y Adam tampoco. Si hubiéramos atacado a esta chica en el río, seguramente nos habría asesinado con facilidad.
-Debe ser un mutado de clase cuatro-murmura Roy con una media sonrisa.
De los labios del chico sale un hilo de sangre roja cuado habla, siento pena por él. Es un excelente soldado, pero quienes nos enlistamos sabemos que este puede ser uno de nuestros destinos. Podemos morir destazados por cualquiera de la seis clases de zombis que existen, o transformado en uno de ellos por la mordida de la clase topo.
En el mejor de los casos, cuando eres mordido solo te queda una salida, el suicidio. Es una muerte cobarde para los que somos soldados, pero creemos que es lo mejor, ya que transformarnos en cualquiera de las clases de zombi.
Realmente no es una opción, ya que en la actualidad, existen muy pocos sobrevivientes.
Nosotros los que nacimos sin dones para ayudar a otros, nos convertimos en soldados, médicos o estudiamos alguna cosas que sea de utilidad para todos los sobrevivientes.
Los mutados con alguna habilidad como la chica frente a nosotros, se entrenan a sí mismos para mantener vivos a los más débiles. Existen cuatro clases de mutados.
Aquellos que tienen excesiva fuerza y nada más, son considerados de nivel uno. Los que son realmente veloces son nivel dos, luego está el nivel tres, aquellos que son capaces de dominar algún elemento y por último están los de nivel cuatro.
Los mutados que poseen más de una habilidad, en este caso esta chica; al parecer tiene fuerza y velocidad a su favor.
En el campamento bajo nuestra tutela, tenemos diez mutados, pero solo uno es de clase cuatro. Sephora Reséndiz, pero todavía es muy jóven para pelear.
-Capitán-escucho la voz de Roy y me giró para verlo-Deben dejarme aquí, esa chica tal vez pueda ayudarlos a salir de estás montañas.
Roy escupe sangre una vez más, pero esta ya no es tan roja como antes, el virus debe haberse regado con más rapidez gracias a que estuvo corriendo.
-Sshh- lo silencia Adam para que guarde energía.
Vuelvo la vista justo en el momento en que veo como la chica clava un pequeño cuchillo en el oído de la última mujer zombi de pie. Luego saca el cuchillo y me quedó helado.
Antes de entrar el cuchillo media cuando mucho diez centímetros la hoja, solo la hoja sin contar el mango; ahora mide aproximadamente cuarenta y cinco centímetros.
No sé cómo rayos paso esto, pero la hoja se extendió cuando la incrustó.
Ella se gira y camina hacia nosotros, se inclina ante Roy, corta la tela de su pantalón mostrando la evidencia de su actual infección. El chico comienza a decirle que nos ayude, pero para ser honesto mi cerebro a un procesa lo que acabamos de presenciar.
Mientras Roy habla, yo solo puedo limitar me a mirarla, es realmente hermosa y no me había fijado hasta ahora. Su piel es blanca, sus cabellos largos, son negros como la noche sin luna ni estrellas, sus ojos son de un café oscuro, sus labios tienen la forma de un corazón grueso y grande.
Es delgada, de pie debe llegarme al hombro más o menos. No soy consciente de su desnudez hasta que Roger le lanza su ropa y ella comienza a vestirse, así que miró a otro lado.
-Debemos irnos-digo levantándome, había olvidado que estaba agazapado sobre una pierna hasta que esta me dolió.
Le hago una seña a ella para que nos acompañe, me mira por un segundo y luego mira su mano.
-Si sobrevives tu vida me pertenecerá Soldado-dice repentinamente y no comprendo de que va.
-Esto va a doler-vuelve hablar y acto seguido le hunde uno de sus cuchillos a Roy en la pierna, el chico grita antes de desmayarse.
Adam le grita, pero antes de que Roger o yo podamos detenerlo, él dispara. La bala se estampa en la mejilla de ella, se compacta y luego cae libremente hasta el suelo.
Los tres miramos con horror aquella escena, estoy seguro de que deje de respirar en algún momento porque mis pulmones reclaman aire, pero olvide momentáneamente como debo hacerlo. Ella se levanta como si nada hubiera pasado.
Dice algo, pero no soy capaz de escucharla. Los tres estamos en Shock, ella camina cuesta abajo y de pronto se detiene, medio gira su cuerpo y dice.-No intenten sacar a ROJA, ella saldrá por si sola cuando allá terminado de limpiar la sangre.
-Lleven al soldado con ustedes, aunque eso implique ir más lento- dicho esto, se va tan rápido que solo la veo desaparecer frente a nosotros.
En toda mi vida, nunca antes vi que una bala se estrellará en el rostro de una persona viva y esta saliera en pie como si nada.
Los oscuros y las moles, son criaturas a las cuales una bala no puede penetrar, pero ellos ya están muertos y su nueva genética los volvió resistentes, pero un mutado sin importar su nivel, no puede hacer eso.
Siento que me jalan y apenas reaccionó para ver a Roger tirando de mi brazo, me dice algo, pero no le entiendo así que me vuelve a jalar y esta vez comienzo una caminata torpe.
Poco a poco vamos subiendo la montaña, aunque no estoy muy seguro de lo que hago. Siento que mi mente se quedó en ese lugar, Roger me jala y yo obedezco.
Corremos cada vez más rápido hasta que mi corazón bombea con fuerza haciendo que me retumben los oídos, por cada latido siento que mi mente se despeja, miro a mi alrededor para ver donde rayos esta Adam.
Logró verlo corriendo a un lado de nosotros con Roy sobre su espalda, no sé si es la adrenalina lo que nos mueve a todos, pero jamás había visto a Adam y Roger correr tan rápido.
O quizá sea yo quien está corriendo lento.
-Capitán-llama Roger deteniéndose para ayudar a Adam con su carga, me detengo a verlos, ambos están con las caras rojas por el esfuerzo.
Respiró hondo y me acerco para quitarles a Roy, me fijo en su pierna. El cuchillo que la chica le clavo sigue ahí; sin embargo, las venas que se habían comenzado a ver negras, han reducido su tamaño y su color.
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